Sexta Misión UITA en Honduras
Rel-UITA
Urge diálogo en las meloneras de Honduras |
El
pasado 4 de mayo, la Junta Directiva de la Iniciativa de Comercio Ético
(ETI) con sede en Londres, una alianza de compañías, organizaciones no
gubernamentales (ONG) y sindicatos comprometidos en trabajar
conjuntamente para identificar y promover buenas prácticas en la
ejecución de los códigos de conducta laborales, incluyendo su monitoreo y
verificación independiente, resolvió suspender a la transnacional
irlandesa Fyffes de su membresía, acatando las recomendaciones del
subcomité que ha investigado reiteradas denuncias de violación de los
derechos laborales y sindicales en Honduras.
La resolución de la Junta Directiva de la ETI [1] es el epílogo de una disputa entre Fyffes, la Unión Internacional de Trabajadores de la Alimentación (UITA) y BananaLink, sobre las violaciones a los derechos de miles de trabajadoras y trabajadores de las fincas meloneras en el sur de Honduras.
El comunicado de la ETI explica que Fyffes, recientemente adquirida por la compañía japonesa Sumitomo, está ahora obligada a "trabajar con la UITA para llegar a un acuerdo marco que sea mutuamente aceptable".
De no hacerlo dentro de un plazo acordado de 90 días, la transnacional irlandesa sería expulsada definitivamente de esta instancia de comercio ético.
"Hay una constante que ha estado en el centro de la disputa: que los trabajadores de Suragroh[2] en Honduras deben poder disfrutar de su derecho a ser representados por quienes elijan", declaró Peter McAllistair, director ejecutivo de la ETI.
Según él, la suspensión de Fyffes ofrece una oportunidad que hay que aprovechar.
"El objetivo no es sólo resolver los problemas a corto plazo, sino construir un mejor ámbito empresarial a través del desarrollo de sistemas maduros de relaciones laborales", agregó el directivo de la ETI.
Fyffes antiética
Un largo historial de antisindicalismo
En las plantaciones de melones de Fyffes, el 80 por ciento de la mano de obra es femenina y temporal. La mitad de estas mujeres son madres solteras.
Tras la conformación de subseccionales del Sindicato de Trabajadores de la Agroindustria y Similares (STAS), la transnacional frutera reaccionó despidiendo y no recontratando a cientos de trabajadores y trabajadoras organizados, obviando la solicitud de instalar una mesa de negociación colectiva.
En más de una ocasión, el STAS denunció las extenuantes jornadas de trabajo, el no pago del salario mínimo ni de las horas extra y las vacaciones proporcionales, así como la falta de acumulación de antigüedad y de cotización a la seguridad social.
Asimismo, señaló las malas condiciones higiénicas y de seguridad, el despido de trabajadoras por estar embarazadas y la creación de “listas negras”.
El reciente ataque perpetrado contra Moisés y Misael Sánchez[3], ambos miembros del sindicato, ha generado aún más preocupación entre los trabajadores organizados y las comunidades donde vive la mayoría de la mano de obra de las meloneras.
Exitosa campaña mundial
Fyffes debe recapacitar
“Esperamos que esta decisión de la ETI lleve a Fyffes a poner en marcha procedimientos para asegurar la libertad sindical y trabajo decente en todas sus cadenas de suministro”, dijo Jacqui Mackay, coordinadora nacional de BananaLink.
“La campaña mundial de la UITA y de BananaLink dio relieve internacional a las pésimas condiciones de labor y la violación de derechos humanos en la fincas de Fyffes. Aguardamos que la transnacional recapacite, se siente a dialogar y comience a limpiar su imagen respetando el derecho que tienen las trabajadoras y los trabajadores a organizarse y a luchar por condiciones de trabajo dignas”, señaló.
Gerardo Iglesias, secretario regional de nuestra Internacional, dijo a su vez: “la Misión de la UITA solicitó al ministro de Trabajo y a la Fiscalía de la Nación, la necesidad de una intervención decidida, urgente y eficaz en la salvaguardia de la libertad sindical, la integridad física de la dirigencia y activistas del Sindicato, y se dé cabal cumplimiento a los dictados de la Constitución y los convenios internacionales ratificados por Honduras”.
Notas:
[1] http://www.ethicaltrade.org/bl og/fyffes-eti-membership-etis- may-2017-board-meeting-decisio n
[2] Sur Agrícola de Honduras
[3] http://informes.rel-uita.org/i ndex.php/sindicatos/item/no-no s-van-a-intimidar
Fuente: Rel-UITA
La resolución de la Junta Directiva de la ETI [1] es el epílogo de una disputa entre Fyffes, la Unión Internacional de Trabajadores de la Alimentación (UITA) y BananaLink, sobre las violaciones a los derechos de miles de trabajadoras y trabajadores de las fincas meloneras en el sur de Honduras.
El comunicado de la ETI explica que Fyffes, recientemente adquirida por la compañía japonesa Sumitomo, está ahora obligada a "trabajar con la UITA para llegar a un acuerdo marco que sea mutuamente aceptable".
De no hacerlo dentro de un plazo acordado de 90 días, la transnacional irlandesa sería expulsada definitivamente de esta instancia de comercio ético.
"Hay una constante que ha estado en el centro de la disputa: que los trabajadores de Suragroh[2] en Honduras deben poder disfrutar de su derecho a ser representados por quienes elijan", declaró Peter McAllistair, director ejecutivo de la ETI.
Según él, la suspensión de Fyffes ofrece una oportunidad que hay que aprovechar.
"El objetivo no es sólo resolver los problemas a corto plazo, sino construir un mejor ámbito empresarial a través del desarrollo de sistemas maduros de relaciones laborales", agregó el directivo de la ETI.
Fyffes antiética
Un largo historial de antisindicalismo
En las plantaciones de melones de Fyffes, el 80 por ciento de la mano de obra es femenina y temporal. La mitad de estas mujeres son madres solteras.
Tras la conformación de subseccionales del Sindicato de Trabajadores de la Agroindustria y Similares (STAS), la transnacional frutera reaccionó despidiendo y no recontratando a cientos de trabajadores y trabajadoras organizados, obviando la solicitud de instalar una mesa de negociación colectiva.
En más de una ocasión, el STAS denunció las extenuantes jornadas de trabajo, el no pago del salario mínimo ni de las horas extra y las vacaciones proporcionales, así como la falta de acumulación de antigüedad y de cotización a la seguridad social.
Asimismo, señaló las malas condiciones higiénicas y de seguridad, el despido de trabajadoras por estar embarazadas y la creación de “listas negras”.
El reciente ataque perpetrado contra Moisés y Misael Sánchez[3], ambos miembros del sindicato, ha generado aún más preocupación entre los trabajadores organizados y las comunidades donde vive la mayoría de la mano de obra de las meloneras.
Exitosa campaña mundial
Fyffes debe recapacitar
“Esperamos que esta decisión de la ETI lleve a Fyffes a poner en marcha procedimientos para asegurar la libertad sindical y trabajo decente en todas sus cadenas de suministro”, dijo Jacqui Mackay, coordinadora nacional de BananaLink.
“La campaña mundial de la UITA y de BananaLink dio relieve internacional a las pésimas condiciones de labor y la violación de derechos humanos en la fincas de Fyffes. Aguardamos que la transnacional recapacite, se siente a dialogar y comience a limpiar su imagen respetando el derecho que tienen las trabajadoras y los trabajadores a organizarse y a luchar por condiciones de trabajo dignas”, señaló.
Gerardo Iglesias, secretario regional de nuestra Internacional, dijo a su vez: “la Misión de la UITA solicitó al ministro de Trabajo y a la Fiscalía de la Nación, la necesidad de una intervención decidida, urgente y eficaz en la salvaguardia de la libertad sindical, la integridad física de la dirigencia y activistas del Sindicato, y se dé cabal cumplimiento a los dictados de la Constitución y los convenios internacionales ratificados por Honduras”.
Notas:
[1] http://www.ethicaltrade.org/bl
[2] Sur Agrícola de Honduras
[3] http://informes.rel-uita.org/i
Fuente: Rel-UITA
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