El presidente boliviano, Evo Morales, denuncia que
líderes latinoamericanos sufren ataques por su postura progresista y
antimperialista y les expresa su solidaridad.
En particular,
Morales se ha solidarizado con su homóloga brasileña, Dilma Rousseff, y
los exmandatarios, la argentina Cristina Fernández de Kirchner y el
brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, ante las conspiraciones."Expresar toda mi solidaridad con la compañera Cristina, Lula y Dilma que defienden la democracia, la transformación pacífica de los países vecinos", ha dicho este domingo Morales durante un acto público en la ciudad de Tarija.
Expresar toda mi solidaridad con la compañera Cristina, Lula y Dilma que defienden la democracia, la transformación pacífica de los países vecinos", ha dicho este domingo el presidente boliviano, Evo Morales.El mandatario boliviano asegura que los ataques políticos y acusaciones judiciales contra esos líderes —con quienes ha mantenido una relación cercana— tienen carácter "progresista" y "antimperialista".
Ahora está de moda el golpe congresal o judicial como se hace con expresidentes de los países vecinos en contra de los gobiernos progresistas", reflexiona el presidente boliviano, Evo Morales.Para Morales, los militares ya no se prestan para dar golpes de Estado, por eso desde el órgano legislativo, tanto en Brasil como en Argentina, están fabricando juicios políticos para defenestrar los gobiernos constitucionales como, recuerda, ocurrió en Paraguay en 2012, cuando el Congreso revocó el mandato del presidente Fernando Lugo.
"Ahora está de moda el golpe congresal o judicial como se hace con expresidentes de los países vecinos en contra de los gobiernos progresistas", reflexiona el presidente andino.
Sin embargo, "esta revolución democrática con presidentes o gobiernos progresistas ya son imparables", por eso, añade, desde Estados Unidos tratan de debilitarlos o promover golpes de Estado.
Morales, que ha sido blanco de una campaña en su contra a través de las redes sociales, ha lamentado que Fernández de Kirchner sea objeto de acusaciones por presunto delito de enriquecimiento.
Asimismo, afirma que los opositores "buscan cualquier pretexto" para llevar a Lula, acusado de corrupción por el caso Petrobras, ante los tribunales con el fin de no permitir su candidatura en las próximas elecciones.
En cuanto a Rousseff, la bancada opositora presentó el pasado miércoles un informe, donde acusó a la mandataria de cometer "delitos de responsabilidad" previstos en la ley y por ello pide someterla a un juicio político.
Entre tanto, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, dijo el martes que “no hay ningún fundamento" para la destitución de la presidenta brasileña, Dilma Rousseff.
El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, manifestó el martes que no se han llegado a demostrar la culpabilidad de Lula ni de Rousseff en los casos de corrupción y, a su juicio, dichos señalamientos se deben a que “están luchando contra la cadena O Globo, contra esa estrategia que tiene la derecha y sus medios de comunicación para hacer fracasar a los gobiernos progresistas”.
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