Delegados de 24 naciones analizan en La Habana los nuevos desafíos de la región
El avance de la derecha
prende alertade la izquierda
Empieza en la capital de Cuba el Encuentro hemisférico derrota del ALCA
Urge coalición para frenar ofensiva de la derecha latinoamericana
Avanza agenda comercial de EU para destruir a AL, advierte el economista Osvaldo Martínez
Luis Hernández Navarro
Periódico La Jornada
La Habana.
El avance de la ofensiva de la derecha latinoamericana en la región
ha hecho que las luces de alerta de la izquierda se prendan. Para
frenarla y mantener el rumbo de las transformaciones sociales pareciera
urgente poner en pie una coalición de fuerzas similar a la que, hace 10
años, derrotó el Área de Libre Comercio para las Américas (ALCA),
promovida por Estados Unidos.
Este es el trasfondo central de la reunión continental que este
viernes comenzó en la Villa Panamericana, en La Habana, Cuba, la cual
terminará el próximo 22 de noviembre. Titulado Encuentro hemisférico
derrota del ALCA. 10 años después, el evento reúne a 160 delegados, de
108 organizaciones, provenientes de 24 países, muchos de ellos actores
directos de aquella batalla.
Formalmente, el motivo de la reunión es ligeramente diferente.
Consiste en conmemorar 10 años de la derrota del ALCA y enfrentar los
nuevos desafíos que acechan a las fuerzas progresistas con iniciativas
como las de TPP, TISA, TransAtlático. Sin embargo, en el centro de los
análisis y la discusión está la idea de si es cierto o no que ha llegado
a su fin el ciclo de gobiernos progresistas en América Latina.
La historia
Por supuesto, la historia está viva en este encuentro. El
4 y 5 de noviembre de 2005, en Mar del Plata, Argentina, se puso en
evidencia –según el economista paraguayo y asesor del movimiento
sindical en Brasil– un cambio de época en América Latina. En esa ocasión
se realizó la cuarta Cumbre de las Américas y George Bush –presidente
de Estados Unidos– llegó a imponer el ALCA.
En esos días una amplia coalición de movimientos populares
continentales, que comenzó a construirse desde 1997, convergió con los
presidentes de Venezuela, Argentina y Brasil, Hugo Chávez, Néstor
Kirchner y Lula da Silva, en su rechazo a la propuesta estadunidense.
Con su particular estilo, junto con las siglas, ante una impresionante
multitud, Chávez mandó la iniciativa comercial
al carajo. El proyecto de Bush descarriló.
Esa amplia convergencia entre movimientos populares y gobiernos se
había venido gestando en una campaña de gran aliento que inicialmente
tuvo que remar contra la corriente. Todavía en abril de 2001, en la
cumbre de presidentes en Quebec, solamente Hugo Chávez cuestionó la
agenda de negociación del acuerdo comercial.
Sin embargo, pocos días después, esa resistencia en las calles tuvo
un aliado central. En un discurso pronunciado el primero de mayo de
2001, al calor de grandes protestas antiglobalización en los países
desarrollados, Fidel Castro señaló:
Para Cuba es absolutamente claro que el llamado ALCA en las condiciones, plazo, estrategia, objetivos y procedimientos conducen inexorablemente a la anexión de América Latina a Estados Unidos. Cuatro años más tarde, esa agenda fue sepultada.
El acto en La Habana para conmemorar esa gesta comenzó con un
recorrido histórico de lo sucedido en este terreno, a cargo de Gustavo
Codas. Lo siguió el economista cubano Osvaldo Martínez, quien analizó en
detalle el impacto general del libre comercio en la región, la lógica
del capital y las trasnacionales. De paso hizo un mapa de los acuerdos
bilaterales y subregionales. La ecuatoriana Irene León explicó cómo la
derecha se ha rearticulado en la región y cuál es su lógica militar,
mediática y cultural. Recuperando las problemáticas y el lenguaje de los
movimientos populares, el cubano Gilberto Valdés descifró los procesos
de cambio en curso, los mecanismos de integración y la acción de los
actores subalternos.
Al analizar el nuevo protagonismo de la derecha continental, Gustavo
Codas dijo que ésta busca aprovechar las dificultades de los gobiernos
posneoliberales. Se ha fortalecido en las calles, ha creado redes,
nacionales, regionales e internacionales. Sin embargo, según él,
no tiene proyecto alternativo a las conquistas del ciclo progresista. Su retorno ha fracasado en Chile y Paraguay. No se propone, como la derecha europea tras la segunda guerra, mantener el estado de bienestar. Esta derecha quiere abolir las conquistas del ciclo de transformaciones. A diferencia de los años 60 con el neoliberalismo, hoy no tiene condiciones de verbalizarlo. Pero, junto con el imperialismo, intenta aprovechar las dificultades económicas y políticas para tratar de dar vuelta atrás en la historia.
Osvaldo Martínez explicó cómo, ante el fracaso del ALCA, Washington
ha seguido avanzando en su agenda comercial con flexibilidad, de manera
bilateral o transcontinental, con la apuesta de abrir los mercados
locales a sus productos y desintegrar América Latina. Esos acuerdos,
aseguró, son la plasmación jurídica a nivel de estados, del proyecto
trasnacional.
Según Irene León, estos últimos 10 años han sido de una alta
intensidad histórica. El capital trasnacional (poder que no rinde
cuentas a nadie) ha seguido avanzando sobre estados, estableciendo
mecanismos de poder fáctico por fuera de cualquier control ciudadano.
Por su parte, Gilberto Valdés apuntó cómo la lucha contra el ALCA
tuvo un fuerte componente anticapitalista. Relativizando los
desencuentros entre movimientos populares y gobiernos progresistas,
aseguró que los conflictos entre ambos no van a desaparecer.
¿Tiene futuro el movimiento emancipador en el continente? Sí,
aseguran los asistentes al evento. El movimiento camina. “Eso es posible
–según Codas– porque los aciertos del ciclo de transformaciones han
sido muy superiores a las dificultades que hemos encontrado. Está en
manos de los luchadores y luchadoras de nuestro pueblo construir ese nuevo horizonte.”
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