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lunes, 3 de diciembre de 2012

Reelección de Obama sella ciclo electoral estadounidense

Por Jorge V. Jaime*

Imagen activaLa Habana (PL) Las elecciones generales de 2012 en Estados Unidos concluyeron con una noticia anticipada -la reelección de Barack Obama- y una tendencia sorpresa que acarreó puntos negativos para el conservadurismo republicano y marcó el despunte de un llamado liberalismo social. Después de unos días de recuentos y rebusques, se confirmó que la victoria del mandatario demócrata fue contundente con 126 votos electorales más que Mitt Romney, cuatro millones de sufragios populares de ventaja, y triunfos en ocho de los nueve estados pendulares.

Fueron los comicios más caros en la historia del norteño país, con dos mil millones de dólares gastados en todo el curso del espectáculo político, que computó un valor de 17,11 dólares por cada voto. Pese a eso, 13 millones de electores decidieron no acudir a las urnas.

Los resultados del 6 de noviembre entregaron un nuevo periodo de cuatro años al gobernante afroamericano, quien ahora permanecerá en la Casa Blanca hasta el 2017, y además dejaron entrever cierta predisposición demográfica en contra de conceptos conservadores.

Dos fuertes candidatos de la organización ortodoxa Tea Party anotaron derrotas el primer martes de noviembre, cuatro estados suscribieron enmiendas en favor de los matrimonios de igual sexo, y tres territorios norteamericanos favorecieron el consumo de marihuana.

Estos hechos representaron un gran cambio en la sociedad estadounidense, al parecer no previsto por la campaña republicana. La evolución en la opinión pública fue inducida por una masiva influencia de votantes jóvenes, comentó el analista político Eric Wright.

El Partido del Té vio esfumarse dos de sus apuestas para el Congreso. Después de servir un término, el representante Allen West perdió otra oportunidad en Florida, y en Indiana el senador Richard Mourdock mordió el polvo luego de difundir comentarios desafortunados sobre el aborto.

La congresista y excandidata presidencial Michele Bachmann, una de las caras más visibles por la derecha religiosa, ganó en su distrito con un exiguo margen de solo uno por ciento.

Observamos una nítida manifestación de lo que podemos denominar liberalismo social y a través del país vimos que un combo de creencias progresistas colocó un freno al añejo conservadurismo de los neodixies (sureños), acotó la politóloga Jeannie

Baeuffer.

Voces influyentes dentro del Partido Republicano culparon a la inconstancia ideológica de Romney por el cuadro general de pérdidas -los demócratas también triunfaron en el Senado-, e instaron a ordenar filas y recalibrar programas de cara a 2014 y 2016.

En una jornada antecedida por los coletazos del huracán Sandy, Estados Unidos vivió igualmente elecciones salpicadas por irregularidades, aguaceros, denuncias, disfunciones electrónicas y largas filas de votantes en los centros de consultas. Autoridades supervisoras reportaron problemas en el proceso nacional desde varios territorios, con mayor relevancia de irregularidades en Pennsylvania, Ohio y Florida, estado que casi dos semanas después del cierre de urnas aún recontaba papeletas protestadas.

Miembros de la Coalición Cívica de Protección Electoral informaron que luego de ocho horas de abiertas las urnas habían recibido 35 mil llamadas de quejas por parte de ciudadanos que asistieron al evento político en los 50 estados y el Distrito de Columbia.

En Philadelphia, un fuerte bastión demócrata, el Partido Republicano solicitó la mediación de una corte federal luego de que 75 de sus inspectores no pudieron acceder a los sitios de votaciones porque les fueron inhabilitadas sus credenciales oficiales.

Desde Ohio, organizaciones de los derechos civiles protestaron porque algunos programas informáticos instalados en el norteño departamento permitían el acceso de personal ajeno al sistema y, por ende, manipulación de sufragios.

Trascendió que en el condado Pinellas, Florida, oficiales del colegio electoral telefonearon a miles de votantes para convocarlos al encuentro con las urnas "el miércoles día 7", 24 horas después de la fecha correcta.

En el suburbio floridano Broward al menos 700 de las llamadas boletas ausentes (enviadas por correo por electores con ubicación lejana) fueron rechazadas debido supuestamente a que no llevaban la firma de la persona suscriptora.

Una secuela indirecta de las presidenciales fue el hervidero de ideas separatistas que siguió al sufragio. En ese sentido, el excandidato a la Oficina Oval Ron Paul reafirmó que la secesión es un profundo principio conceptual del pueblo estadounidense y no debe verse como traición.

Paul, representante republicano por Texas, exigió a la administración del presidente Obama prestar atención a las peticiones cismáticas que varios estados presentaron ante Washington a través de la página de Internet de la Casa Blanca.

Este país nació con la consigna de la secesión de Inglaterra en el siglo XVIII, y aquellos primeros patriotas no fueron llamados traidores. No hay nada ilegítimo en desear un gobierno central más responsable, subrayó el diputado.

Millares de demandas de desunión fueron planteadas al Ejecutivo, con destaque para el sureño y conservador estado de Texas, donde más de 115 mil firmas ciudadanas se recogieron para respaldar ese propósito.

En total, más de medio millón de personas en 40 territorios de la Unión enviaron solicitudes formales a Obama para que sus estados se separaran del gobierno federal y formaran repúblicas independientes de Estados Unidos.

A partir de la reelección del Presidente, las peticiones llegaron desde Alabama, Arkansas, Colorado, Florida, Georgia, Indiana, Kentucky, Louisiana, Michigan, Mississippi, Missouri, Montana, Oregon, Tennessee y Texas, entre otros departamentos.

Dos terceras partes de los estados involucrados en la lista separatista apoyaron al republicano Romney durante los comicios y tienen antecedentes racistas en sus expedientes históricos.

El senador conservador John McCain admitió que la campaña republicana durante la etapa de primarias fue "la más sucia que haya visto" y, por ende, resultaba una meta muy difícil ganar la Casa Blanca.

Las críticas entre los contendientes fueron muy lejos, sonaron infortunadas, y se volvieron demasiado personales. Entonces, lo digo, el único beneficiado fue el presidente Barack Obama, remarcó el legislador por Arizona.

En el contexto internacional, la reelección de Obama para el periodo ejecutivo 2013-2017 tendrá un impacto discreto porque el mandatario norteamericano 44 ha afirmado que se enfocará en temas internos como combatir el desempleo y reactivar variables macroeconómicas domésticas.

Portavoces de los dos principales partidos políticos en Estados Unidos comentaron que desde el siguiente día de las votaciones tácitamente comenzaron las campañas para la carrera presidencial 2016.

El Partido Demócrata se prepara para presentar como futuros postulantes al actual gobernador de Maryland, Martin Oâ�ÖMalley, o incluso a la senadora por Nueva York Kirsten Gillibrand, para buscar contentar al voto femenino en caso de no cristalizar la opción Hillary Clinton.

Los republicanos tienen un escenario más complicado luego de que desde George W. Bush han perdido todas las elecciones importantes. Los nombres que más se escuchan son los de Jeb Bush, y del gobernador de New Jersey, Chris Christie.

Lo de este año era una victoria cantada de antemano. Mitt Romney tiene quijada de cristal. Perdió en 1994 frente a un demócrata, y también en 2008 incluso antes de tener la oportunidad de competir con uno, así resumió las elecciones de 2012 David Axelrod, principal consejero político de Obama.

*Jefe de la redacción Norteamérica de Prensa Latina.

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