Otramérica
Los detenidos y heridos se cuentan por cientos. Mientras las
autoridades de México tratan de sindicar a grupos anarquistas de
organizar las protestas contra la toma de posesión de Enrique Peña
Nieto, la realidad desmiente la contaminación informativa. En todo el
país se produjeron el sábado manifestaciones contra un nuevo presidente
que consideran “ilegítimo”.
Juan Francisco Quinquedal, 67 años, es un viejo conocido de las luchas sociales en México. Todo el mundo lo llama Kuy. Miembro de La Otra Campaña,
impulsada desde el zapatismo, hombre de la cultura, profesor de teatro,
activo defensor de la soberanía de los pueblos, estaba ayer en coma inducido, después de que la agresión policial le produjera salida de la masa encefálica y lo dejara en un estado de salud muy grave.
Un testigo lo relata así: “Teodulfo Torres y Juan Francisco Kuy
estaban caminando sobre Congreso de la Unión para dirigirse a la
concentración de personas convocadas por el movimiento 132. Al pasar a
10 metros de las vallas de seguridad colocadas por el Estado Mayor
Presidencial, la Policía Federal y la Policía del Distrito Federal
hacia donde se encontraba la concentración de personas manifestándose,
de repente se escucharon los tronidos y fueron lanzados gases
lacrimógenos sin advertencia previa. Torres sacó una cámara de video
para grabar lo que sucedía cuando Kuy gritó y cayó al suelo sangrando
de la cabeza. Otros compañeros que vieron la agresión de lejos se
acercaron a auxiliar y mientras ello sucedía la policía siguió
aventando bombas impidiéndoles realizar dicho auxilio. Una persona que
estaba cerca logró llegar y entre ésta y Torres lograron sacar del
lugar a Juan Francisco Kuy Kendall Leal cargándolo hasta una ambulancia
de la Cruz Roja”. Heriberto Paredes, compañero de la Agencia Autónoma de Comunicación Subversiones,
nos relata cómo conoció a Kuy en el marco de los preparativos de la
llegada de La Otra Campaña añ DF en 2006. “Hace un par de meses que lo
vi en una marcha, se veía contento, se le notaba fuerte y con ganas de
hacer muchas cosas más, nos saludamos fraternamente y hoy pudo ser un
día de esos, uno en los que se coincide. No fue así: una bala de goma
lo hirió y ahora se encuentra internado en un hospital. Según nos
reportan fuentes familiares y compas de #YoSoy132 Media, él está
estable y en coma inducido. No está muerto, no se ha convertido en el primer asesinado del gobierno de Enrique Peña Nieto. No hace falta...”
Kuy y cientos más
Los informes oficiales hablan de 92 detenidos y de decenas de heridos, 7 ellos de gravedad, en Ciudad de México. Pero el Comité Cerezo México ya ha consolidado una lista preliminar con 101 detenidos,
de ellos 9 menores de edad. De ahí que algunos familiares reporten que
hay personas desaparecidas, ya que la Procuraduría de la Ciudad de
México no ha informado sobre su paradero.
Esas cifras son de la capital. En Guadalajara (Jalisco) también se reportan al menos 30 detenidos y 45 heridos. Los altercados se produjeron cuando los manifestantes pasaban frente al recinto donde se celebra la Feria Internacional del Libro
(FIL), fuertemente custodiado por la policía. Los manifestantes
denuncian la complididad de la FIL con las autoridades policiales. La FIL y la Universidad de Guadalajara,
organizadora del evento, expresaron anoche en un comunicado: "Cuando la
violencia invade el espacio público nos convierte a todos en sus
rehenes. Rechazamos categóricamente los actos que se vivieron hoy por
la tarde en el ingreso a esta Feria, y pedimos a quienes buscan que
este país llegue a un entendimiento que se apeguen al diálogo y a la
paz". Ni una palabra sobre los heridos o sobre los detenidos.
La Procuraduría del DF y el alcalde de la ciudad, Marcelo Ebrard,
han intentado atribuir la convocatoria a tres supuestos grupos: Bloque
Negro Anarquista, Cruz Negra Anarquista y la Coordinadora Estudiantil
Anarquista. La realidad los desmiente sin dificultad.
Primero,
porque las marchas que arrancaron a las 4:30 a.m. del sábado en la
capital estaban convocadas por el movimiento juvenil #YoSoy132 y las
del resto del país también contaban con su sello, además del del Movimiento de Regeneración Nacional
(Morena) y facciones del PRD. Se produjeron manifestaciones de rechazo
a Peña Nieto y en denuncia por lo que consideran la “compra” de la
Presidencia de la República en estados como Jalisco, Yucatán, Quintana Roo, Guerrero, Sinaloa, Baja California Sur, Chiapas o Querétaro. El movimiento de protesta y resistencia fue nacional.
La batalla del DF
En asuntos de violencia siempre hay dos miradas.
La oficial, marca a los manifestantes como alborotadores que atentan
contra la propiedad privada y “obligan” a la Policía a actuar. Lo que
aconteció en el DF este sábado tiene otro correlato.
Los algo menos de 3.000 manifestantes
que se fueron aglutinando en la madrugada llegaron a las 7 de la mañana
a los predios de San Lázaro, sede de la Cámara de Diputados, donde Peña
Nieto debía asumir su cargo oficialmente.
Allí se toparon con una barrera metálica de dos metros de altura y con un despliegue policial de, al menos, 6.000 unidades equipadas con material antimotines.
La Policía, ante los inútiles e inofensivos golpes de algunos
manifestantes contra la barrera, reaccionó con gases lacrimógenos y
pelotas de goma. En una de esas arremetidas cayó Kuy. También, entre
otros, Carlos Jair, de 24 años, con una herida en el cráneo,
estudiante de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM) y
miembro del Comité de Lucha; Julián Uriel Sandoval Díaz, con un impacto en el ojo derecho; Rubén Fuentes Pablo, de 31 años, con un impacto de bala en el muslo izquierdo; Adrián Luna Guzmán,
de 23, con golpes en diferentes partes del cuerpo, o José Iván
Villavicencio, que también resultó lesionado por una bala de goma en el
muslo derecho.
Desde las 7 a.m. hasta bien entrada la tarde se
repitieron las refriegas por diferentes calles del centro de la ciudad:
Madero, Juárez, la Alameda, frente al Palacio de Bellas Artes…
Los
reportes de los medios independientes que estaban en la zona (los
medios comerciales nacionales lo trataron como un suceso mínimo
destacando destrozos y minimizando la acción policial) iban contando
como la policía “encapsulaba” a pequeños grupos de manifestantes, detenía por la espalda,
cargaba… Los estudiantes se defendían con todo, incluso con cócteles
molotov. Como siempre, se olvida cómo empezó todo. Un lector lo
planteaba así anoche: Se está deteniendo por parte de policías,
granaderos, antimotines, etc…, a todas las personas que se acercan a
este sitio. Obviamente, esto resulta en un círculo vicioso de violencia y represión”.
Según Desinformémonos,
“alrededor de las 16:30 horas, los contingentes de manifestantes habían
sido disipados por los embates policiacos ocurridos en diversos puntos
del Centro Histórico. Un grupo de aproximadamente mil personas se
dirigió entonces a la Acampada Revolución, en el Monumento a la
Revolución, y de ahí se desplazaron hacia la Agencia 50 de la
Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, en la colonia
Doctores, en donde hay 92 personas detenidas y no se permite el acceso de abogados defensores, informan integrantes del movimiento #YoSoy132”.
Ebrard,
jefe del Distrito Capital afirmaba anoche en conferencia de prensa:
"Nunca habíamos tenido una provocación de este tamaño, esto no tiene
que ver con una protesta política aceptable, condenamos todos los actos
de barbarie". Además, acusó a grupos anarquistas de "dañar
deliberadamente la ciudad", sin que tuvieran "nada que ver" con la
investidura de Peña Nieto. Ebrard, miembro del PRD, es recordado en
México por su destitución como Secretario de Seguridad en 2004 tras los
sucesos de Tláhuac, cuando dos agentes de policía fueron lichados y
matados por la población. Poco después, en 2005, en un mitin, golpeó a
un ciudadano que le recordó esos hechos. En 2010 trató de convertirse
en el candidato presidencial del PRD, aunque perdió en las encuestas
primarias ante Andrés Manuel López Obrador. Tras las últimas elecciones
AMLO abandonó el PRD y fundó el Movimiento de Regeneración Nacional
(Morena).
Peña Nieto, presidente
Mientras la ciudad de México ardía y en todo el país se producían manifestaciones en su contra, Enrique Peña Nieto,
del PRI, asumía como presidente de la República, después de un
controversial torneo electoral plagado de denuncias de fraude y de
alianzas entre los grandes grupos mediáticos, la vieja casta política
del PRI e, incluso, grupos del crimen organizado. Durante su campaña
nació el movimiento #YoSoy132.
Ayer habló en su discurso de investidura de “un México en Paz” y prometió una reforma educativa, un seguro social universal y una cruzada nacional contra el hambre.
Poco especificó sobre su “nueva” estrategia contra la violencia, aunque
adelantó la unificación del Código Penal y la creación de un nuevo
cuerpo policial. Su antecesor, Felipe Calderón, sale del poder con un saldo de 83.000 asesinados y miles de desaparecidos en su guerra contra el narco, en lo que ha sido la mayor fractura social y humana del México contemporáneo.
Peña Nieto es recordado por los movimientos sociales por los hechos represivos de San Salvador Atenco,
en 2006. Cuando Peña era gobernador del Estado de México dirigió una
brutal operación policial contra esta comunidad que, según
investigaciones posteriores de la Comisión Nacional de Derechos Humanos
(CND) y la Suprema Corte de Justicia de la Nación, incluyó “abusos
de parte de las fuerzas municipales, estatales y federales, detenciones
arbitrarias, trato cruel, inhumano y/o degradante, allanamientos de
morada, tortura, abuso sexual y violaciones a mujeres, además de
violación a los derechos de menores de edad”.
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