La falsedad mediática levantada contra Libia para justificar su destrucción y luego repartirse, entre las potencias coloniales aglutinadas en la OTAN, su despojo, no ha servido para hacer lo mismo contra Siria. Y, es que Rusia y China, que no creo no hayan entendido la situación del país norafricano en su momento pero que no actuaron con la misma determinación, hoy saben que si la agresión de las potencias coloniales se concreta contra su aliado del oriente medio, estaría confiriendo a estos piratas, dirigidos por Estados Unidos, un territorio clave para la posterior invasión a Irán y con ella fincar el cerco a sus propios territorios. Estrategia que es apoyada por los serviles gobiernos aglutinados en la mal llamada Liga Árabe que con sus recientes actitudes genuflexas a Occidente se han desenmascarado como verdaderos agentes del Imperialismo sionista en total traición a sus pueblos. La Primavera Árabe genuina les pasará factura más pronto de lo que piensan.
La guerra que las facciones mercenarias y los traidores sirios llevan a cabo contra su propio pueblo es financiada por las potencias colonialistas, de eso no hay duda, por tanto, es menester que el gobierno se apoye en sus más cercanos aliados, Rusia e Irán, pues si los mercenarios ganan terreno el enclave para futuras incursiones estará a favor del imperialismo anglosajón y sus planes expansionistas mundiales. De los errores de Gaddafi hay que aprender. Al imperialismo no hay que cederle ni un tantito así de oportunidad.
Por otro lado, como los imperialistas han pedido a voces en relación a gobiernos legítimamente electos por sus pueblos, que estos sean derrocados, que sus líderes sean asesinados o que dejen el poder, como lo hizo ver impúdicamente Clapper, un alto funcionario del gobierno gringo, en una forma abierta y descarada borrando de un manotazo las decisiones de sus poblaciones, el mundo oprimido y agredido por aquellos también tiene derecho a pedir que los regímenes fascistas de Estados Unidos y de las otras potencias coloniales como Inglaterra, Francia y Alemania dimitan o se enfrenten a similares acciones que para ello se hagan necesarias. ¿Acaso no tendrían más derecho quienes han perdido hijos, padres y hermanos que los que, sabiendo el mundo de la falsedad de sus argumentos de defensa de la libertad y la democracia, sus agresiones son por la codicia y la ambición de su elite gobernante? Además, con ello ponen el destino del mundo en riesgo nuclear.
Hay cabezas pensantes trabajando para llevar a cabo los planes imperiales las cuales hacen que el mundo sea cada vez más peligroso y esclavizado. Por tanto, cuando para detener dicha locura, es necesario sacrificar a unos cuantos que a millones, el producto de la ecuación no debe dar lugar a dudas.
El descaro del Imperio es hoy más evidente. La hiena Clinton mostró los verdaderos colmillos de fiera sedienta de sangre cuando se topó con el muro de Rusia en el Consejo de Seguridad y los planes imperiales sufrieron un traspié para destrozar al pueblo sirio. Su desvergüenza ya no es escondida por lo cual la guerra contra el capitalismo tiene que ser declarada abiertamente pues su desaparición pasa a ocupar el lugar de máxima necesidad para la sobrevivencia de la humanidad. El capitalismo ya ha demostrado con creces que no resolverá los problemas de los humanos y del planeta. Todo lo contrario, por lo cual no hay que dudar más. O, la vida o la desaparición.
¡Trabajadores del mundo, uníos!
Colectivo “La Gotera”
Guatemala, 01 de febrero de 2012
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