Los grandes medios de comunicación esconden que el gobierno de Damasco ha detenido a incursores turcos, británicos y quataríes entre otros, que se presentaban como “luchadores por la libertad”.
La ofensiva contra Siria ocurre en el marco de la contraofensiva del capitalismo global contra las tendencias democratizadoras que sacuden al mundo árabe y en momentos de los más grandes desajustes de la economía mundial comandada por las grandes corporaciones financieras internacionales.
Del mismo modo, condenamos la reunión que realizan en Túnez los supuestos “amigos de Siria”, que siguiendo el modelo libio pretenden violentar la soberanía de ese país. Ese encuentro es impulsado por quienes quieren intervenir militarmente e imponer el mandato de Washington en toda la región.
Al respecto, valoramos la oposición de China y Rusia, así como la de los países del ALBA a esos designios y sus llamados a un diálogo entre las partes sirias.
Nuestro respaldo es al derecho soberano del pueblo sirio para resolver sus propios problemas y para las fuerzas avanzadas de ese país que se movilizan y no creen en los cantos de sirena imperiales, aunque tengan la música del fundamentalismo religioso y de la farsa de “democracia” propugnada por el poder global, que impuso banqueros en el mando de Grecia e Italia y reprime a los pueblos que confrontan los ajustes en Europa y EEUU, como lo acreditan recientes imágenes difundidas mundialmente.
Por otra parte, Siria, como la Argentina, tiene amputada una parte de su territorio. Nuestras Malvinas y los Altos del Golán, éstos últimos usurpados por Israel desde la “guerra de los seis días”, son defendidos por los países agraviados en base al principio de integridad territorial que protege el Derecho Internacional.
Al respecto consideramos que el voto de nuestro país en la Asamblea General de la ONU, siguiendo la línea de los EEUU contra Siria, es inconveniente no sólo desde la postura sobre esa nación árabe, sino para la unidad de todas aquellas naciones que sufren el colonialismo y la ocupación militar extranjera de todo o parte de su territorio.
Ello cobra ahora especial trascendencia dado que Siria ha sido designada país relator del caso Malvinas cuando se reúna el Comité de Descolonización de la ONU el 14 de junio próximo.
Argentina debe estar, hoy, al lado de Siria, y siempre, junto a todas aquellas naciones y pueblos del mundo que aspiran a la independencia, la justicia social y la libertad.
Secretariado Nacional
24 de febrero de 2012
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