Panamá, 24 feb (PL) Las comisiones de la Coordinadora por la defensa de los Recursos Naturales y Derechos del Pueblo Ngöbe-Buglé y Campesino, y el gobierno panameño, reiniciarán el lunes el diálogo minero sin variar en sus firmes posiciones.
Hasta ahora no hay nada que indique lo contrario, pues los indígenas siguen en su creencia de que la construcción de hidroeléctricas en zonas anexas a las comarcas como la de Barro Blanco los perjudica, y el gobierno insiste en la necesidad de desarrollarlas para abaratar costos del suministro eléctrico.
En consecuencia, los indígenas sostienen que, simplemente, deben ser abolidos esos proyectos y el gobierno se mantiene en que son importantes para la economía del país.
La comarca Ngöbe-Buglé â�öprotegida por leyâ�ö descansa en gran parte sobre la Cordillera Central, de donde nacen los ríos más caudalosos de Veraguas, Chiriquí y Bocas del Toro, y sus aguas son para los indígenas como un ser vivo intocable.
Fuentes de la Coordinadora dijeron que el gobierno se había comprometido usar el asueto carnavalesco y aplazamiento del diálogo para negociar con los empresarios dueños de las obras la suspensión del proyecto Barro Blanco que, según los indígenas, afecta a 40 comunidades, pero no lo hizo.
Le solicitamos un alto y que se investigara a fondo lo que conlleva ese proyecto para valorar sus verdaderos peligros para la comarca, aseguró Alberto Montezuma, fiscal de la Coordinadora, en un programa de televisión.
El ministro de Gobierno, Jorge Ricardo Fábrega, respondió que "estamos en eso", al ser abordado por el posible freno de la hidroeléctrica Barro Blanco, cuyos concesionarios afirman haber invertido ya unos 100 millones de dólares, pero no dio más detalles.
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