Bloque Verde
Es contundente que a
nivel global este el glifosato está siendo rechazado por de la opinión
publica, incluso en algunos países se ha sido prohibido; al mismo tiempo
se está condenando en tribunales de justicia estadounidenses a
Monsanto-Bayer a pagar indemnizaciones millonarias por negligencia sobre
sus efectos crónicos en la salud; pese a esto la industria mundial
produce el doble de la demanda global, de la cual 80% es formulado en
China.
Las consecuencias del uso del glifosato son graves y están
relacionadas específicamente con problemas de la salud humana y
ambiental, ser precursor de ciertos tipos de cáncer, erosión de la
biodiversidad, perdida de fertilidad del suelo, contaminación de
alimentos y fuentes de agua, todas afectaciones documentadas y
respaldadas con rigurosidad. Una prohibición de este agrotóxico traería
beneficios para la población.
Actualmente el Gobierno de Costa
Rica analiza la posibilidad de restringir el uso del herbicida glifosato
en el territorio nacional, pero esa no es la única acción contra el
herbicida más vendido del mundo. Hay en el territorio nacional 16
declaratorias municipales, universitarias e institucionales contra la
aplicación del glifosato en áreas públicas. Además, hay un recurso de
amparo con el expediente 19-001 662-007-CO interpuesto en la Sala
Constitucional, por parte de personas de organizaciones de Bagaces,
Guanacaste, que se encuentran afectadas por este plaguicida que algunos
lo señalan como causante de la Enfermedad de Insuficiencia Renal Crónica
(EIRC).
Hay evidencia de sobra. Incluso científicos argentinos
se dieron a la tarea de recopilar 830 documentos con evidencia
científica sobre el impacto de este herbicida. Se trata de un compilado
entre informes de investigaciones clínicas, experimentales, de
laboratorio, revisiones, contestaciones y resúmenes de congresos, que
han sido publicados en revistas científicas (Rossi, 2018). Es decir,
existe evidencia importante de que las consecuencias del uso de
glifosato son mayores que sus beneficios.
En esta coyuntura es
importante hacer el ejercicio de pensar en un futuro sin glifosato para
que, como sociedad costarricense, podamos tomar una decisión informada.
Según
el Instituto Regional de Sustancias Tóxicas (IRET) de la Universidad
Nacional “el glifosato es un herbicida altamente hidrosoluble, con la
capacidad de contaminar rápidamente aguas de escorrentía y superficiales
como ríos y lagunas; se adsorbe a las partículas del suelo y puede, de
esta forma, estar biodisponible para organismos que se alimentan por
filtración de sedimentos. Es muy tóxico para organismos acuáticos como
peces, algas y helechos; medianamente tóxico para anfibios, crustáceos y
lombrices de tierra” (IRET 2015).
Según el ingeniero agrónomo
Fernando Ramírez, del IRET “el cultivo que más glifosato consume
porcentualmente, de acuerdo con el uso total en Costa Rica, es la palma
africana (24,9%), le sigue arroz (7,8%), café (5,4%), banano (5,2%),
cítricos (4,6%), pastos (3,7%) y frijol (2%). Para otros cultivos
perennes como mango, aguacate, mora, rambután, cacao, etc., se estimó un
uso en conjunto del 1,1%. Tubérculos como yuca, tiquizque, ñame, ñampí y
otros suman un uso del 0,4% y las hortalizas que incluyen papa,
zanahoria, repollo, cebolla, chile, tomate junto con melón y sandía
suman el 0,4% (Ramírez, 2017).
Ramírez ademas señala que un 37,1%
es usado en labores no agrícolas, esto significa en zonas públicas como
calles, parques, aceras, acción ilegal por no estar permitido el uso
del glifosato para estas labores.
El glifosato contra la agricultura
Se reportan numerosos efectos negativos de este herbicida en el
desarrollo de los cultivos en los que se emplea. Pero sobresalen efectos
que tiene que ver con la nutrición de las plantas y con la calidad
nutricional de los alimentos que se producen. Para traerlo al plano
nacional, en el cultivo del café se sabe que el glifosato está causando
intoxicaciones crónicas de la planta, lo que lleva a hacerlas más
susceptibles a enfermedades y a bajar su productividad. Lo mismo está
pasando en palma aceitera, donde el uso de este herbicida está dañando
las raíces del cultivo con grandes perdidas para el sector.
Por
otro lado, se reporta un efecto directo en la fijación de nitrógeno de
las leguminosas por la acción del glifosato (Watts, 2016), haciendo que
estas plantas no puedan incrementar la cantidad de este elemento en el
suelo, fundamental para técnicas de asociación de cultivos utilizadas en
prácticas culturales como el asocio de la milpa.
Se sabe que el
glifosato inmoviliza nutrientes del suelo, evitando que las plantas
puedan adsolverlos. “Las partículas de glifosato pueden unirse a los
metales (por ejemplo Fe y Mn) y formar complejos glifosato-metal poco
solubles en los tejidos vegetales y o en la rizósfera de las plantas. El
glifosato retarda la etapa de emergencia de la plántula, deformaciones
en las hojas primarias (cotiledones), aumenta la formación de
antocianinas en los cotiledones (rasgos de falta de luz), desarrollo
desproporcionado de la raíz, senescencia tardía de los cotiledones
(retraso en el crecimiento de las plantas) y deformación de las hojas,
en comparación a las plantas donde no se aplica el glifosato” (Civeira,
2012).
Un futuro sin glifosato sería una oportunidad para
incrementar la productividad agrícola (puesto que ya no se contaminarán
los suelos); para transitar a formas de producción de alimentos
sostenibles; para disminuir la incidencia de plagas; para aprovechar las
tecnologías de cobertura de suelo; para la rotación de cultivos; para
el manejo manual de plagas (lo que ayudaría a paliar el desempleo
rural). Además, se prevendría la incidencia de enfermedades crónicas
para humanos; tendríamos menos riesgo de estar en contacto con agua y
alimentos contaminados, entre otros beneficios.
Las alternativas
al glifosato ya son una realidad y se están utilizando. Existen
prácticas culturales, rotación de cultivos, uso de coberturas, deshierba
mecánica y manual, uso de tecnología a base de aire caliente o fuego,
entre otros.
En Costa Rica desde el año 2017 se desarrolla un
movimiento social para desintoxicar Costa Rica y dejar de ser el país
más fumigado del mundo. Es así como personas y organizaciones impulsaron
las declaratorias de cantones libres de herbicidas en áreas públicas.
Todo un esfuerzo desinteresado que ha dado el fruto de tener hasta el
momento 22 territorios libres de estas sustancias.
Notas:
- Fernando Ramírez. (2017) Uso del herbicida glifosato en Costa Rica en el periodo 2007 a 2015
- Eduardo Martín Rossi. (2018) Antología toxicológica del glifosato
- Instituto Regional de Estudios en Sustancias Tóxicas (IRET). (2015). Base de datos de ingredientes activos importados en Centroamérica. Universidad Nacional. Costa Rica. http://
plaguicidasdecentroamerica. una.ac.cr/ - Gabriela Civeira, Ms. Sc. Ing. Agr. (2012)Recopilación sobre los efectos del Glifosato en agroecosistemas http://www.suelos.org.ar/
adjuntos/glifosato_en_ agroecosistemas.pdf - Meriel Watts, et al. PAN (2016) https://spip.
ecologistasenaccion.org/IMG/ pdf/informe-pan-glifosato.pdf
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