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jueves, 4 de abril de 2019

La nueva convergencia del Frente Amplio que se propone el “socialismo” en el siglo XXI con más reformas


Se trata del nuevo reagrupamiento interno del Frente Amplio que contempla a las organizaciones Izquierda Libertaria, Movimiento Autonomista, Movimiento Socialismo y Libertad, y Nueva Democracia, buscando a través de configurar un bloque de izquierda al interior de la colectividad enfrentar al bloque moderado de RD y luchar por un socialismo del Siglo XXI.
Estudiante de Psicología Universidad de Antofagasta

FOTO: ElDesconcierto

Convergencia: Reformas para un bloque izquierda al interior del Frente Amplio

Luego de un año de debates al interior del ala izquierda del Frente Amplio, figuras como la diputada de la Izquierda Libertaria Gael Yeomans, y el alcalde de Valparaíso y militante de Movimiento Autonomista, Jorge Sharp, dan anuncio al nuevo reagrupamiento interno llamado Convergencia.
Poniendo énfasis discursivamente en luchar por poner en pie una corriente “por un socialismo feminista y libertario”, además de una política de la mano de los territorios.
“Desde la Convergencia creemos en un país desde un socialismo del siglo XXI, en el que realmente se pueda avanzar en derechos plenos para las mujeres, los trabajadores y trabajadoras, los pueblos indígenas y la diversidad sexual. Ese es el camino que proponemos para profundizar nuestra democracia” Afirma Yeomans.
Revolución Democrática, la organización de Georgio Jackson y Catalina Pérez, se situó como la organización con más parlamentarios y figuras, y se hizo de la hegemonía del Frente Amplio, ubicando la política “moderada” de la colectividad por delante. Es así que las organizaciones de “izquierda” dentro de la colectividad han planteado diversas tácticas y fraseologías para “izquierdizar” al conglomerado. Desde planteamientos como dejar su militancia anterior y entrar en masa a RD para cambiarlo desde dentro, hasta reconfiguraciones y reacomodaciones que han transitado por los planteamientos tácticos del neo-reformismo.
Sin embargo, se trata de palabras mayores las que plantea Convergencia. Luchar por el socialismo en pleno siglo XXI es un desafío que a quienes levantamos La Izquierda Diario a nivel internacional, y como corriente trotskista representa una tarea de primer orden día a día. Es por esto que lejos de cualquier atisbo de tildar esta lucha como “utópica”, consideramos necesario profundizar y debatir al respecto.

Las reformas: el trampolín de Convergencia para el socialismo en el Siglo XXI

“Tenemos que ser audaces, el país no aceptaría que el Frente Amplio se encapsule en prácticas que han generado el mayor desapego a la política de los últimos años. Nosotros apostamos por una alternativa territorial porque creemos que los cambios son posibles hacerlos desde ahora y eso requiere que las comunidades sean protagonistas porque de lo contrario vamos a estar replicando lo que tanto queremos cambiar”. Declara Jorge Sharp.
Y es que la crisis política que abrió el 2011 con masivas movilizaciones estudiantiles resquebrajó la “política”, rajando el velo que cubría las enormes redes de corrupción de los partidos tradicionales que llevaban adelante partidos desde el Partido Socialista hasta la UDI. En donde el Frente Amplio surgió de la mano de denunciar la “vieja forma de hacer política”.
Planteando desafiar esta “vieja fórmula”, el neo-reformismo en su ala “territorial” propone una ecuación muy particular. Bajo su estrategia política, plantean que de la mano de desarrollar una política “representativa” desde los territorios, sumado a las bancadas electorales que vaya sumando esta ala izquierda a través de los votos “territoriales”, podrán avanzar hacia un socialismo del siglo XXI. Es decir, realizar una política territorial para después depositarla en las urnas.
¿Y qué sería esta “tesis” del socialismo del siglo XXI? Podríamos afirmar que Yeomans lo explica al afirmar que su propósito es “profundizar nuestra democracia”. Es decir, profundizar la misma democracia capitalista a través de una mayor política frenteamplista en los territorios, para que el día de votaciones la gente vaya de sus poblaciones, sus lugares de trabajo y estudio a votar por el ala-izquierda del Frente Amplio, y que el parlamento se llene cada día más de Yeomans y Sharps, y así plantear y aprobar reformas para que el día de mañana llegue un socialismo que acabe con todas las miserias de hoy.
Pero, ¿y en qué momento esta “profundización de la democracia” se propone barrer con toda la estructura que sostiene a éste régimen que hace vivir en la miseria a miles de adultos mayores con pensiones de hambre, que niega el derecho al aborto legal, seguro y gratuito a las mujeres más precarizadas, en la que la comunidad LGBTTI+ vive una alta tasa de crímenes de odio? ¿En qué momento se propone barrer con la misma estructura que hace que estudiantes deban abandonar sus estudios porque la beca de gratuidad no les cubrió sus estudios, de los trabajadores que dejan su vida en el trabajo sin poder ver a sus familias por las extenuantes jornadas laborales y por la brutal explotación que viven día a día, de los miles de manifestantes que son brutalmente reprimidos por Carabineros, quienes no conformes con asesinar cobardemente a Catrillanca se proponen seguir adelante con los montajes y la represión con la reducción de los controles de identidad a jóvenes de catorce años?
¿Qué tiene de nuevo esta estrategia de la nueva ala que pretende surgir en el Frente Amplio, llevando votos a las urnas para hacer las amigable el parlamento, si es precisamente en la cocina parlamentaria donde se congelan por años los proyectos de ley y es un lugar infértil para nuestras demandas, donde tan sólo obtenemos migajas, como vimos con la beca de la gratuidad después de la masiva movilización estudiantil del 2011, que hoy dejará a 27 mil estudiantes a la deriva a nivel nacional, o también, con el derecho al aborto donde el Gobierno de Bachelet, muy por lejos de la demanda de las calles, entregó un restrictivo aborto en tres causales cubriendo apenar un pequeño porcentaje de los abortos que se realizan en el país.
El planteamiento programático de esta Convergencia pareciera asegurar que es a través de estas reformas y votaciones llegaremos algún día al socialismo, sin enfrentar directamente a los empresarios, a la policía, al gobierno y a la derecha. En definitiva, ningún nexo entre la democracia capitalista al “socialismo del siglo XXI”.

Organización y programa más allá de las fronteras de la fraseología

Podríamos resumir la práctica del neo-reformismo con éstas declaraciones de Pablo Iglesias, dirigente de Podemos en España, organización en la que se referencian organizaciones como Movimiento Autonomista e Izquierda Libertaria: “El problema es que todavía se tiene que verificar que alguien desde un Estado puede plantear semejante desafío […] si nosotros gobernando vamos a hacer una cosa dura de repente tienes a buena parte del ejército, del aparato de la policía, a todos los medios de comunicación […] tienes a todo contra ti, absolutamente todo. Y un sistema parlamentario, en el que cómo aseguras tú una mayoría absoluta, es muy difícil […] Para empezar habría que haber llegado a un acuerdo con el Partido Socialista.”
¿De dónde surgen estas declaraciones? Son extraídas del programa televisivo Fort Apache, en donde al ser interpelado sobre la transformación de Syriza –colectividad política neo-reformista griega- en un gobierno aplicador de ajustes de la Unión Europea, afirmaba que la formación griega no tuvo otra alternativa que seguir el curso que siguió.
Es decir, cruzarse de brazos ante los ataques del gobierno, de la policía y el imperialismo y esperar a las próximas elecciones para que la bancada frenteamplista y sus cargos de gobierno sigan aumentando. Pero en ningún momento el planteamiento de levantar una gran organización que se proponga afrontar estos desafíos, y que luche día a día por un programa transicional que rompa con la estructura capitalista y abra así las puertas para una plena conquista del socialismo en el siglo XXI.
Es por esto que quienes militamos en el Partido de Trabajadores Revolucionarios no nos conformamos con solamente legalizar partidos y lanzar candidaturas electorales, aunque si es un terreno que disputamos, tal como lo hicimos el año 2017 levantando candidaturas obreras y anti-capitalistas para amplificar la difusión de nuestras ideas, sino que nos proponemos ser parte de una organización que agrupe a cientos de miles de trabajadores, trabajadoras, migrantes, pueblos originarios, diversidad sexual, y jóvenes, pero no bajo fraseologías con tono de izquierda mientras su planteamiento sigue siendo “súmese y vote por nosotros”. Sino que a tomar la construcción del socialismo en pleno siglo XXI, bajo la organización en cada lugar de trabajo y estudio.

Es por esto que luchamos por la nacionalización de los recursos naturales bajo gestión de las y los trabajadores, en conjunto con las comunidades aledañas, para así realizar una transición del sistema económico capitalista a uno socialista.
Además de luchar también por la reducción de la jornada laboral a seis horas, cinco días a la semana, repartiendo el trabajo entre ocupados y desocupados, para que no hayan despidos y no haya gente sin trabajo, además de impulsar una ley contra los despidos, para avanzar así a una forma de trabajo colectivo que nutra a la sociedad de conjunto, y que barra con el enriquecimiento de unos pocos a costa del trabajo de muchos.

Estos son ejemplos de un programa transicional que nos permitiría avanzar en la conquista de un socialismo en pleno siglo XXI, bajo un planteamiento internacionalista que luche también por la coordinación socialista de los pueblos de Latinoamérica.
Creemos que el desafío pasa por articular una gran fuerza movilizada en las calles, en los lugares de trabajo, en el sector de servicios, en los establecimientos educacionales, barriales, espacios rurales, para asestar un gran golpe al capitalismo, mediante un planteamiento de un gobierno realmente democrático que supere todas las formas anteriores y restringidas de democracia y democracia radical que la burguesía y el neo-reformismo plantean: un gobierno de las y los trabajadores en ruptura con el capitalismo, que en América Latina se pueda articular como una federación de las repúblicas socialistas, para dar paso con esta posición a una nueva sociedad. Ese es nuestro planteamiento y nuestro horizonte de lucha. Todo lo demás es poesía.

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