En la capital peruana, a la que asistió el subsecretario para América
Latina de la Cancillería mexicana, Maximiliano Reyes Zúñiga, el Grupo
de Lima emitió una declaración firmada por Argentina, Brasil, Canadá,
Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Guyana, Honduras, Panamá,
Paraguay, Perú y Santa Lucía, en la que llaman “ilegítimo” el periodo
presidencial que iniciará Maduro el próximo jueves 10.
La declaración no fue firmada por México, en lo que constituye el
primer deslinde del nuevo gobierno de Andrés Manuel López Obrador frente
a las posturas que ha asumido el Grupo de Lima en rechazo al régimen de
Maduro.
Durante el gobierno de Enrique Peña Nieto, que culminó el pasado 1 de
diciembre, México había sido uno de los más activos participantes del
Grupo Lima, y en mayo pasado firmó una declaración en la que ese foro
integrado por 14 naciones latinoamericanas desconoció las elecciones en
las que Maduro resultó reelecto como presidente de Venezuela.
Esos comicios, señaló el grupo, no cumplieron con los estándares
internacionales de un proceso “democrático, libre, justo y
transparente”.
Durante la campaña electoral que se realizó en México el año pasado,
López Obrador advirtió que en su política exterior retomaría los
principios de la Doctrina Estrada, que pugna por la no intervención en
asuntos internos de otros países y por el respeto a la autodeterminación
de los pueblos.
Maduro fue uno de los gobernantes que el pasado 1 de diciembre
asistieron a una comida en Palacio Nacional en México tras la
juramentación de López Obrador como presidente, lo que contrastó con la
distante y tensa relación que había tenido Peña Nieto con el mandatario
venezolano.
La declaración que este viernes firmaron 13 cancilleres del Grupo de
Lima cataloga de “ilegítimo” el segundo periodo presidencial que
iniciará Maduro el próximo jueves 10, por ser producto de unas
elecciones que no contaron con la participación de todos los actores
políticos venezolanos, ni con la presencia de observadores
internacionales independientes.
Además –abunda–, carecieron de “las garantías y estándares
internacionales necesarios para un proceso libre, justo y transparente”.
El proceso electoral al que se refiere el Grupo de Lima se realizó el
20 de mayo de 2018, luego de que Maduro convocó sorpresivamente a
elecciones mientras sostenía un diálogo con dirigentes de la oposición
venezolana en República Dominicana. El llamado a los comicios rompió esa
negociación política.
Las elecciones, en las que no pudieron participar líderes opositores
por estar presos, inhabilitados o en el exilio, han sido desconocidas
por medio centenar de países.
De acuerdo con la oposición venezolana, observadores internacionales y
dirigentes sociales, el Consejo Nacional de Venezuela (CNE) y el Poder
Judicial responden a los lineamientos de Maduro, lo que imposibilita que
cualquier elección se realice en condiciones de equidad.
Hace tres años la oposición ganó con amplitud las elecciones
legislativas y obtuvo las dos terceras partes de los escaños de la
unicameral Asamblea Nacional, pero Maduro, con el respaldo del CNE y el
Poder Judicial, desconoció en los hechos a esa instancia legislativa y
convocó a una Asamblea Nacional Constituyente de la que marginó a los
partidos opositores.
Maduro ganó su reelección con 67.84% de los votos, según los
resultados oficiales, pese a que todos los sondeos de opinión indican
que entre el 80% y 90% de la población quiere su salida del poder tras
cinco años de recesión, escasez de alimentos y medicinas, una
generalizada corrupción y una hiperinflación que el año pasado llegó a
un millón 500 mil por ciento.
En su declaración de este viernes, el Grupo de Lima pidió a Maduro
que no asuma la Presidencia el próximo jueves 10 de enero, que respete
las atribuciones de la Asamblea Nacional y que le transfiera –en forma
provisional– el Poder Ejecutivo, “hasta que se realicen nuevas
elecciones presidenciales democráticas”.
De igual manera, reafirmó “su inequívoca y firme condena a la ruptura
del orden constitucional y del Estado de Derecho en Venezuela”, y
resaltó que “sólo a través del pleno restablecimiento, lo más pronto
posible, de la democracia y el respeto de los derechos humanos, se
podrán atender las causas de la crisis política, económica, social y
humanitaria que atraviesa ese país”.
También manifestó que la solución a la crisis política en Venezuela
corresponde a los venezolanos y, por lo tanto, reiteró su determinación
“para apoyar las iniciativas políticas y diplomáticas que conduzcan al
restablecimiento del orden constitucional, de la democracia y el Estado
de derecho en ese país, a través de la celebración de un nuevo proceso
electoral con garantías democráticas”.
El subsecretario mexicano para América Latina, Maximiliano Reyes Zúñiga,
aparece en la foto que se tomaron los cancilleres del Grupo de Lima al
término de la reunión de este viernes en la capital peruana.
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