Entrevista a Silvio Schachter, miembro del Consejo de Redacción de la revista Herramienta
M.H.: Estuviste en Brasil hace poco, en México y también en Cuba. Me gustaría un comentario sobre esas visitas.
S.S.:
En Brasil en realidad estuve hace unos cuantos meses y sí, estuve en
México y acabo de llegar de La Habana de un evento sobre ciudades al que
me invitaron.
M.H.: Hablemos de México entonces, porque
allí se han producido cambios políticos favorables, a diferencia de
Brasil. ¿Cómo viste la situación política mexicana?
S.S.:
En realidad son impresiones, no es mi especialidad pero sí puedo
compartir algunas primeras impresiones. Sin duda, a contramano de lo que
viene pasando en América Latina, la asunción de AMLO ha generado no
solo en México sino en América Latina y el mundo, expectativas
favorables.
Las expectativas sobre si va a ser posible la
cuarta transformación como él la llama en referencia a las tres
anteriores, la Independencia, la Reforma y luego la Revolución mexicana.
La realidad es que a partir de las experiencias vividas en nuestro
continente con otros gobiernos que tuvieron que enfrentar procesos
intensos de la aplicación de políticas neoliberales como es el caso de
México con los gobiernos de Calderón, Fox y el más reciente de Peña
Nieto, ya sea del PRI o del PAN, AMLO no asume en condiciones económicas
ni políticas favorables, o sea que va a tener que librar una batalla
muy importante para revertir todo lo que estas políticas han destruido
en México.
Hay que agregar un dato no menor, que para mí es el
más importante y es la espiral de violencia que sacude a México. En año
pasado hubo 31.000 víctimas de homicidios. Estamos hablando de una
década en la que hubo casi 300.000 mil homicidios registrados, porque
hay una parte de México dominada por el narcotráfico donde las víctimas
no son declaradas ni reconocidas.
Esa trama, que algunos han
definido como “Narco Estado”, donde se cruzan además del accionar de las
bandas, la corrupción policial, política, judicial, es un condicionante
enorme, muy preocupante y es el tema que aparece primero entre las
inquietudes de la población mexicana, junto con la situación económica,
el salario, etc. Pero en el cruce con el pueblo, esta mirada de temor,
odio, resentimiento hacia el Estado que ampara estos crímenes y es parte
también, es muy fuerte.
En cuanto a medidas económicas la
realidad es que los gobiernos anteriores han dejado una situación tan
devastada que con 4 o 5 medidas la situación tendería a mejorar, por
ejemplo, el aumento del salario mínimo que sigue siendo muy bajo
comparativamente con el de otros países del mismo nivel de desarrollo
que México. O la reducción del salario de algunos funcionarios públicos,
del gasto público innecesario y volcarlo a favor de los sectores más
necesitados, eso sin duda tendría que tener una repercusión más o menos
inmediata.
Pero el tema de la violencia es central, más allá de
que se han planteado ya algunas medidas, creo que hay una intención y
ganas de que eso pueda instrumentarse.
Por otro lado no va a
ser fácil gobernar con los tres partidos principales el PRI, el PAN y el
PRD, su anterior partido, en contra. Ya los primeros días cuando
planteó una reducción a los funcionarios del Poder Judicial, la Corte
Suprema salió a cruzarlo diciéndole que no va a aceptar, que es
inconstitucional. Repitiendo lo que se viene dando a nivel regional que
es la jugada política del Poder judicial, usarlo como ariete en contra
de toda posibilidad de cambio, que ponga en cuestión no solamente sus
privilegios sino los privilegios a los que responde.
También es
cierto que para llegar a la instancia en la que está tuvo que aceptar
algunas alianzas que se expresan en su propio gabinete, el caso de
Moctezuma, un hombre que fue ministro de Zedillo, que fue miembro del
PRI, que trabajó mucho tiempo vinculado a una de las corporaciones más
importantes, la de Salinas, la segunda más importante después de la de
Slim que no está bien visto por los sectores de la izquierda en México.
Son sectores a los que trata de tranquilizar y que muestran los límites
de las transformaciones que AMLO está dispuesto a hacer.
Un
dato importante es la suspensión de la realización del aeropuerto que
era algo muy polémico y rechazado por los sectores populares e
indígenas. Pero ahora se habilitó un frente nuevo con el tren Maya que
muchas organizaciones están cuestionando porque atraviesa zonas
selváticas de una fauna y flora muy ricas y territorios indígenas con un
proyecto más desarrollista que de preservación cultural y ambiental.
Tiene que lidiar con un montón de conflictos, sin hablar del principal
que tiene con su vecino, Trump, que le está marcando la cancha todos los
días, con barbaridades como que el muro lo está pagando el gobierno
mexicano.
Por otro lado, los movimientos indígenas, el Congreso
nacional indígena y toda la zona de influencia del zapatismo tiene muy
bajas expectativas de que pueda cambiar algo, por la forma que está
estructurada la política en México, el papel del Parlamento, de las
instituciones, la historia de sometimiento a los sectores indígenas en
México y que si bien hay todo un ritual de AMLO, cuando asumió y cuando
presentó en el Zócalo el proyecto del tren Maya, donde hubo rituales y
utilización del lenguaje vinculado al México indígena, persiste la
desconfianza hacia los aparatos del Estado y su capacidad para dar
respuesta a reclamos históricos. Están tomando distancia en una actitud
expectante de poca confianza. No tanto en AMLO sino en el aparato del
Estado con el que va a tener que lidiar.
La generación del período especial no se siente parte de un proceso de transformación revolucionaria
M.H.: Volviste recientemente de Cuba, donde se está llevando
adelante un debate constitucional y se esperan cambios institucionales
importantes. Ha asumido un nuevo presidente, ¿qué impresiones trajiste?
S.S.:
Tuve la posibilidad de pasar por Cuba en varios procesos, en la década
del 70 cuando todavía se veía la euforia de la transformación
revolucionaria, en la etapa de la revisión que se dio en los ´80 durante
la rectificación de errores, después la etapa del período especial que
fue realmente brutal para los cubanos en lo cotidiano y en cuanto a
perspectivas, y en estos días ver lo que está pasando en lo que se
podría llamarse el período post Fidel.
Yo fui particularmente a
participar de un evento, estuve mucho tiempo vinculado a eso y mi
relación con los cubanos tuvo que ver más con temas de debate
urbanístico, de la ciudad, de las perspectivas de hacer ciudades
sustentables en el marco de la sociedad capitalista, etc. Pero por
supuesto pude percibir y conversar sobre lo que pasa hoy en la realidad
de Cuba.
Respecto al debate constitucional en la población
llana, en la gente “de a pie” no hay muchas expectativas de cambios, más
allá de algunas cosas formales, que pueden tener un valor simbólico y
de algunas decisiones que pueden incidir en algunos aspectos de la vida.
Pero los niveles de participación en el debate y las modificaciones que
se han planteado que han sido bastante amplias, sobre todo para un
sector, no han generado un entusiasmo generalizado. Habrá que ver
después con las últimas modificaciones qué se va a terminar de aprobar
en 2019.
Sobre todo hay cambios importantes respecto a la
iniciativa privada. En eso hay una apuesta fuerte y se notan cambios, un
conjunto de actividades que estaban en estado de ilegalidad pasaron a
ser legales formalmente. Por ejemplo, el uso de la doble moneda no solo
para los turistas, la apertura de un montón de lugares de habitación
para turistas, que antes también estaban en algo semi clandestino y que
ahora son formales, etc. Me parece que en eso sí hay cambios, pero la
sensación en una generación no pequeña de cubanos es que la revolución
es un hecho histórico, con todo lo que eso ha significado, no se sienten
parte hoy de un proceso de transformación revolucionaria. Eso es algo
muy fuerte y sobre todo en una generación que nació en la época del
período especial y no vivió los cambios y beneficios que trajo la
revolución sino que han vivido carencias.
Sigue habiendo una
inmigración que ya no es política sino económica, mucha gente se va.
Tenían muchas expectativas con los acuerdos que habían realizado con
Obama, que Trump tiró para atrás. Sobre todo depositados en el tema del
turismo y en algunos proyectos socioeconómicos en los cuales ellos
confían que pueden traer una mejora a la situación en Cuba.
Noto desasosiego en la sociedad, es una impresión subjetiva, pero es lo
que noté que predominaba. En los días que estuve allí se anunciaron
medidas muy importantes que se vienen trabajando hace tiempo, la
primera, que no me parece menor porque hay toda una intención de darle
jerarquía al sistema digital, integrar a Cuba en el mundo y por dentro a
través del mundo digital, internet y los medios más actuales; es que
hasta ahora, salvo las instituciones formales, todo lo que tenía que ver
con wifi era a través de celulares y tarjetas que tenían que comprar e
ir hasta una plaza o a la puerta de un hotel para comunicarse brevemente
con el mundo y entre ellos.
Ahora, a partir del 7 de
diciembre, se anunció a través del ministerio de Comunicaciones, que
todos los cubanos van a poder tener, al menos en las principales
ciudades, internet en sus casas a través de un abono. Lo cual va a
producir en mi opinión una enorme revolución en la vida cubana, porque
era algo muy restringido hasta este momento. Eso habrá que medirlo en el
tiempo pero creo que va a tener un enorme impacto.
Fue un
trabajo muy duro armar esto para los cubanos, cuando lo tuvieron listo
vino un ciclón y se los volteó, siendo todo importado, lo pagan con
divisa y la divisa viene a partir del turismo. Así que costó mucho
esfuerzo y me da la sensación que es una voluntad de integración y en
respuesta a algo que venía pidiendo un sector de la población y sobre
todo la juventud.
El otro tema es un mecanismo más preciso para
legislar la actividad privada, de control hacia el transporte, los
locales de comida, abastecimiento, etc., que ahora será mucho más
riguroso. Eso genera mucho ruido porque hay una gran parte de la
sociedad que se acostumbró a partir del período especial a recibir
ingresos adicionales a través de un conjunto de actividades que no
estaban reglamentadas.
Respecto del matrimonio igualitario pude
participar en un debate parcial, no creo que sea el tema único, porque
en Cuba se ha avanzado mucho en cuanto a los temas de género, de hecho
las operaciones de género son legales y las financia el Estado. El
feminismo ha hecho conquistas muy importantes, el aborto es legal desde
la revolución. El tema del matrimonio igualitario tiene mucho que ver
con el tema de la adopción. Hay una resistencia sobre todo en las
generaciones mayores, que los matrimonios tanto de hombres como de
mujeres gay y lesbianas puedan adoptar, porque en general en Cuba, a
diferencia de muchos otros países latinoamericanos, no hay muchos chicos
en situación de adopción, ya sea porque el Estado contiene en parte eso
y porque hay una historia familiar en la que el hermano, la abuela, el
tío o cualquiera de la familia se hace cargo de la crianza y el Estado
ofrece recursos importantes para ello. Entonces cuesta bastante el tema
de la adopción y surge el cuestionamiento de que si hay matrimonios
heterosexuales que no pueden adoptar, para qué le van a dar la
posibilidad a homosexuales. Una mirada estrecha que me parece tiene que
ver con prejuicios generacionales y que supongo que en algún momento se
saldará.
El objetivo del nuevo Código urbanístico y de
edificación es ofrecerle seguridad jurídica a los que se están
apropiando de la tierra pública
M.H.: Dando vuelta
la página internacional, el pasado 6 de diciembre la Legislatura aprobó
el Código urbanístico y el Código de edificación en forma definitiva.
¿Cuáles serían los aspectos más relevantes a tu entender de estas dos
medidas?
S.S.: No es fácil de abordar el tema en
pocos minutos porque tiene una cantidad de facetas complejas, desde el
proceso en que se gestó, dónde, cómo participó la sociedad, qué tiene
que ver con el Código anterior que fue aprobado por la dictadura, cuánto
hay de nuevo y cuánto de viejo, cuáles son los argumentos formales que
se han planteado para este Código. Todos esos aspectos merecen un
análisis porque trascienden la aprobación misma del Código porque pintan
un poco lo que está pasando en nuestra sociedad.
Puntualmente
si tengo que poner algunos títulos te diría que el objetivo es ofrecerle
seguridad jurídica a aquéllos que se están apropiando de la tierra
pública. Lo que antes tenía que pasar por la Legislatura y que muchos
vecinos u otros sectores podían cuestionar porque violentaba el Código
anterior o las normas de la Constitución de la Ciudad ahora va a estar
explicitado negro sobre blanco, en algo que ya no es una Ordenanza sino
que es una ley en tanto que ahora la Ciudad es autónoma y tiene su
propia Constitución. Este Código ya es ley y al serlo es muy difícil
modificar sus aspectos fundamentales.
Quiere decir que donde
antes había una plaza o un edificio público y que ahora se licitó y se
entregó a una corporación privada, una vez que la corporación empiece a
trabajar es casi irreversible. Con lo cual va a continuar la liquidación
del espacio público de la Ciudad a manos de las corporaciones de
negocios inmobiliarios.
La Agencia de bienes se ha transformado
en una inmobiliaria del PRO y sus amigos que están liquidando la
Ciudad; en un corto y mediano plazo va a ser tremendo. Hoy vivimos un
diluvio y eso tiene que ver con la forma en que se construye y se piensa
la ciudad. Si se construye lo que el Código nuevo autoriza vamos a
duplicar la superficie construida que hay en CABA, imaginate lo que
pasaría con los servicios y la infraestructura, un colapso.
M.H.:
Dialogando con Elio Brailovsky señalaba un aspecto que ha sido tenido
poco en cuenta inclusive por los críticos de estas dos resoluciones, que
es la situación del desarrollo inmobiliario en zonas inundables como
producto de la modificación que provoca el cambio climático.
S.S.:
Nosotros con un grupo con el que trabajamos estos temas hemos hecho un
cuestionamiento, que ya viene de las anteriores gestiones, no tiene solo
que ver con el Código actual, lo que pasa es que este Código no sólo
quiebra esa tendencia sino que la agudiza. Ese es el tema.
Toda
el área metropolitana de Buenos Aires ha violentado los cursos
naturales de arroyos y ríos que se desarrollaron a lo largo de miles de
años. Nosotros estamos sobre ríos de llanura que ante cualquier
obstáculo desvían en inundación. Inclusive los 500 proyectos de barrios
cerrados que se han construido se han transformado en diques, terminan
por inundar a poblaciones y a barrios tradicionales y populares aledaños
y repercuten sobre el sistema hídrico de la Ciudad de Buenos Aires. A
eso sumale que se sacan los adoquines y se asfalta, que al aumentar el
cemento hay menos capacidad de absorción, que aumenta lo que se llama la
escorrentía con la basura que tapa los sistemas de desagüe pluvial.
Todo lo que se está haciendo es en contra de la naturaleza porque la
Ciudad, inclusive sus árboles, son artificiales, no responden a la
naturaleza del lugar. Entonces basta que llegue el otoño para que se
llene de hojas la calle y obstruya los pluviales y se inunde. Además de
que toda la infraestructura sanitaria está colapsada y que vivimos
rodeados de ríos contaminados. Si analizás las principales cuencas, como
la del Río de La Plata, donde la gente no se puede bañar pero estás
tomando agua de allí, porque es de donde viene el sistema de agua
corriente. Además la cuenca del Matanza-Riachuelo, del Reconquista y del
Luján son todos ríos contaminados.
Sobre eso no ha habido
respuesta ni política. Por otro lado se legisla y actúa sobre la CABA
como si fuera un ente aislado en el territorio y en realidad es parte
del Area metropolitana y sobre eso no ha habido ningún tipo de
diagnóstico. Entonces es muy difícil pensar algo para mejorar sin un
diagnóstico, no se hace ese diagnóstico porque pondría en evidencia que
la forma brutal de urbanización del capital nos lleva a este colapso y
que las medidas que se han tomado no solo no sirven sino que agravan la
situación, el transporte, la energía, la huella ecológica que deja el
Area metropolitana en todos los aspectos.
Se producen 17.000
toneladas de basura por día en el Area metropolitana. No se recicla casi
nada de eso, el ideal de basura cero es una falacia, así como otras
tantas que contiene el Código sobre la base de un merchandising o un
sistema de utilizar parámetros internacionales en afán propagandístico.
Se habla de “sustentable”, “verde”, “polisémica”, “inclusiva” y el
Código no resuelve ninguno de esos temas, al contrario, Buenos Aires no
es sustentable ni lo va a ser con este Código, no es verde, porque lo
que se está construyendo atenta contra eso.
Dice que tiene que
haber una plaza cada 400 metros, lo cual es imposible de materializar si
cada lugar público de la Ciudad lo están vendiendo para que se
construyan edificios. En esto hay que reconocer que no es una innovación
del PRO, a pesar de que ellos están batiendo récord. Esto viene de
muchos gobiernos que han apostado a un proyecto desarrollista irracional
sobre las formas de generar ciudades, a esto sumale los barrios
cerrados en el Gran Buenos Aires, en el conurbano, que además de generar
aislamiento, confrontación y una especie de enguetamiento asfixiante,
generan enormes conflictos ambientales sin ningún control.
Ahora el proyecto del gobierno de la provincia de Buenos Aires, de la
gobernadora Vidal con sus socios, el ex peronista que ahora es ministro
de Gobierno, Joaquín de la Torre, y Dante Galeazzi, el funcionario que
es yerno de Constantini , dueño de Nordelta, es el encargado de analizar
los planes de regularización de los asentamientos de las urbanizaciones
cerradas, imaginate para qué lado va a legislar.
Ya han
violentado la ley llamada del uso justo del hábitat que establece
claramente que esos 500 asentamientos están en condiciones de
irregularidad. Y lo van a normalizar a pesar de que no ha aportado todo
lo que decía la ley que tenía que aportar. Lo lamentable es que si bien
ha habido una respuesta y muchos vecinos empezaron a manifestar cuáles
son los problemas que va a acarrear todo esto, todavía una gran parte de
los habitantes de la Ciudad que han recibido fenómenos gentrificadores,
de expulsión de pobres hacia la periferia, no lo ha tomado en sus
manos.
Es tan importante que hubiese merecido al menos un
plebiscito o un referéndum. En otras ciudades del planeta por proyectos
mucho menores se consulta a la sociedad en términos generales y no estas
audiencias públicas que son una parodia, porque no cambian nada, no son
vinculantes, ni siquiera puede haber debate, solo exposiciones y
después se sigue adelante.
M.H.: En donde inclusive los vecinos que participaron de esas
audiencias públicas se enteraron en ese momento de una serie de
modificaciones, por ejemplo, el caso de Agronomía, la apertura de la
calle Zamudio entre Beiró y Tinogasta que atravesaría el predio de la
Facultad, destruyendo su patrimonio natural y generando tránsito
vehicular en un área que es utilizada para descanso y recreación de los
vecinos, que crearon una petición para exigir la cancelación de esos
planes. Por otro lado, se habilita la construcción de edificios de 48
metros de altura frente a la Facultad, tras el supermercado de la calle
Warnes entre Chorroarín y las vías del ferrocarril Urquiza. Una vecina
de Paternal, Rosa Simón, que participó de las audiencias públicas dijo
“nos venimos a enterar que van a construir 11 torres en nuestro barrio,
específicamente entre las calles Chorroarín, Constituyentes y Joaquín
Zabala, sin hacer un estudio de impacto ambiental y sin consultarlo con
los vecinos”. Algo parecido señalan algunos vecinos de Saavedra en
relación al Parque Sarmiento, uno de los tres grandes parques de la
Ciudad que está al borde del completo colapso a causa de la pretensión
del gobierno de mudar allí las instalaciones del Instituto de educación
física Nº 1 Dr. E. Romero Brest abriendo paso a la venta de las tierras
en donde actualmente se encuentra el Instituto en el costoso barrio de
Núñez. Eso implicaría la concurrencia de unos 3.000 estudiantes que
realizan actividades durante 6 días a la semana y ya no quedaría lugar
para que los vecinos disfruten del Parque Sarmiento.
S.S.:
Tocás un tema muy sensible porque toda el área de Av. Libertador,
incluyendo el Tiro Federal, el Cenard, el Centro de rehabilitación
ubicado en la zona, como el mismo proyecto de traslado de los cinco
hospitales a uno solo, porque todo lo que sea posible de privatizar para
hacer negocios inmobiliarios está en carpeta. Han logrado con el Código
legitimar esto, donde antes no se podía construir ahora se puede. El
nivel de voracidad que ha demostrado particularmente Rodríguez Larreta
nunca fue visto antes. Todos han entregado una parte de patrimonio
público, pero esta gestión se lleva el récord. Entre otras cosas porque
Puerto Madero se terminó, y los grandes empresarios inmobiliarios que lo
construyeron necesitan tierra, y el Estado se ha transformado en el
principal proveedor de tierra.
Algunos lo llaman el
extractivismo urbano, una forma de desposesión de lo común. Habría que
pensar si el día de mañana se necesita un nuevo hospital o una nueva
escuela o cualquier otro proyecto de vivienda social no va a haber lugar
donde hacerlo porque una vez que se construye y se desarrolla el tejido
urbano lo metaboliza. El caso más emblemático de Agronomía, porque allí
el tema no solo era la calle sino la construcción de un micro estadio
en un terreno cerca del club Comunicaciones. Ahí tuvieron mucha
presencia los vecinos del barrio Cortázar. Ese intento también se había
dado en Balvanera donde los vecinos lograron evitarlo y se construyó una
plaza.
El tema de la búsqueda de un espacio público para
construir un emprendimiento privado como es el micro estadio para hacer
espectáculos concesionados, termina resolviéndose en Atlanta, que es un
ejemplo muy concreto de cómo se violentan las leyes, porque para que no
se enteraran los vecinos hasta que estuviera consumado, tuvieron que
utilizar a la agencia que se encarga de protección ambiental para que le
diera un tratamiento no relevante y no pasara por audiencia pública. Si
la agencia hubiese dicho que eso era de un impacto relevante había que
hacer un estudio de impacto ambiental y los vecinos tenían que haber
sido convocados.
En el corazón de Villa Crespo, en un terreno
acotado, sin estacionamiento se construye un estadio para 16.000
personas y van a hacer entre 2 y 3 eventos por semana. Si eso no es
impacto ambiental en un edificio que tiene más de 20.000 metros
cuadrados cuando la norma dice que un edificio que tiene más de 5.000
tiene que pasar por impacto ambiental, que es sonoro, de transporte, de
flujos, de instalaciones sanitarias, todo lo que puede generar el
movimiento de tanta gente. En este caso equivale al doble del Luna Park
que está en una zona no habitacional y funciona a contramano de la
actividad intensa del día.
Eso se resolvió así y los vecinos se enteraron por La Nación
porque va a quedar en manos de una empresa que es la que tiene los
estadios Arena en todo el mundo y el diario. Le dieron una concesión, el
terreno es de Atlanta y se lo había dado el gobierno para que ampliara
la sede social, en principio se lo había dado a otra empresa que no lo
había podido terminar, en 2015 se voló el techo del micro estadio y
quedó trunco y en 2017 la Legislatura lo amplió con una nueva ley y les
permite hacerlo en un ámbito difuso, porque no especifica ni el tamaño
ni la capacidad. Tal fue así que los legisladores que fueron encarados
por los vecinos les respondieron que no sabían para cuántos espectadores
iba a ser, que pensaron que era para 5.000 no para 16.000. Lo cual
habla muy mal de los legisladores de la oposición que votaron a favor,
porque se aprobó con 46 sobre 52. Tienen la norma para hacer lo que
quieren. Esa es la manera de operar de este gobierno.
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