Resumen Latinoamericano
va a cumplir 24 años de labor “contra informativa”, por medios
gráficos, emisiones radiales, televisivas y su sitio web. Su director
Carlos Aznárez es conocido por esa labor; siempre se referencia en
Rodolfo Walsh, con quien supo trabajar en la clandestina Agencia Ancla,
contra la dictadura militar-cívica.
Otros lo deben recordar por
sus Cátedras Bolivarianas dictadas en la Universidad de Madres de Plaza
de Mayo; luego del habitual sectarismo de Hebe de Bonafini en ese centro
de estudios pasaron a otros ámbitos, en el país y la región.
Siempre su Norte es el Sur, para parafrasear a Telesur, donde Resumen tiene un espacio, como corresponde a su tesonera defensa de la Venezuela bolivariana.
Otros
lectores quizás lo recuerden por sus campañas a favor del pueblo vasco y
sus organizaciones populares como Herri Batasuna, ilegalizada por el
poco democrático gobierno español del PP y también el PSOE. Ese medio de
contra información, como gusta en definirse, es el más consecuente
defensor de la libertad de los presos políticos vascos.
Cuba también está dentro de sus prioridades informativas. Cuando Fidel Castro vivía, circuló una foto donde leía un ejemplar de Resumen Latinoamericano,
acercada por un dirigente de la Unión de Jóvenes Comunistas, la que hoy
se empeña en tomar más compromisos con el legado fidelista.
En el
orden nacional la publicación se ubicó a la izquierda del kirchnerismo,
a lo largo de los doce años de sus gobiernos, sin perjuicio de lo cual
apoyó sus mejores realizaciones en derechos humanos e integración
latinoamericana. Eso sí, fue muy crítica del general César Milani y el
Proyecto X de espionaje descubierto a raíz de actuaciones ilegales de
Gendarmería. Otra cosa que Aznárez no bancó fue la burocracia sindical
enquistada en las CGT, luego comprimidas en el Triunvirato. Debe ser por
sus vivencias y reivindicación de otro sindicalismo, el de Raimundo
Ongaro, Agustín Tosco, René Salamanca y Atilio López.
Más que un robo
Porque ese es su árbol ideo-genealógico, el medio atacado se ubicó en las antípodas del gobierno neoliberal de Mauricio Macri.
Y no sorprendió que el pasado 31 de diciembre a la noche, madrugada del
1 de enero, fuera “objeto de un robo o saqueo direccionado’”. El
comunicado denunció que “entraron a nuestra redacción y nos sustrajeron
el equipo completo de video (dos cámaras de filmación y fotografía
-Lumix GH1 y Lumix GH2) con sus respectivos objetivos, con el que
habitualmente hacemos el programa televisivo, varios micrófonos (entre
ellos dos inalámbricos y dos corbateros), un grabador de sonido que
utilizamos para el programa de TV y de radio, varios cables de conexión
de sonido, auriculares, y dos cámara fotográficas, una Nikon analógica y
una Cannon B60. Además, robaron un proyector de video, con el que
habitualmente realizábamos video conferencias del ciclo de Cátedras
Bolivarianas”.
Se recalcaba que “quienes realizaron toda esta
operación de saqueo no rompieron ni revolvieron nada, sino que fueron
directamente a apropiarse de los equipos”.
En un segundo
comunicado, titulado “No fue robo, sino allanamiento y apropiación para
disciplinar”, agregaban: “nos hemos dado cuenta que además de todas las
cámaras y equipos faltantes, también se apoderaron de todos nuestros
discos externos de las computadoras, donde guardábamos información que
utilizamos para nuestro periódico y el resultado de diez años de archivo
de los documentales que hemos realizado y los programas de TV. A esto
se suma, que los ‘visitantes’ se llevaron varias tarjetas de memoria de
las cámaras de video y fotografía, con material producido en los últimos
meses”.
Por eso denunciaron el robo pero también un “virtual
allanamiento” para quitarlos del medio y de la tarea periodística. “Lo
que se busca es disciplinar y dar miedo, para que otros u otras pongan
sus barbas en remojo y no molesten con sus trabajos, artículos, videos,
audios, de contra información”, aseguraron.
Lo sucedido tuvo
repercusión en muy pocos medios, salvo en la Red Nacional de Medios
Alternativos y muy pocos más, de allí la importancia que LA ARENA le
otorga. En Clarín esto no será noticia.
Ese ataque del Año Nuevo
tiene mucha semejanza con el que sufrió el 12 de diciembre pasado la
redacción donde funcionan la revista Anfibia y el portal Cosecha Roja,
en Capital Federal. Allí robaron una computadora con todo el archivo
fotográfico, una notebook, un proyector, un grabador de voz de alta
fidelidad, algo de dinero y destruyeron muebles y papeles. Anfibia es
una revista digital donde los escritos de no ficción se emparentan con
lo catedrático y académico para dar lugar a un diálogo fructífero y un
nuevo producto cultural. Cosecha Roja es un portal de noticias cuya
selección difiere notablemente con la que hace Todo Negativo, alias
“Todos Nosotros” (“Nosotros”, o sea Ernestina de Noble, Héctor Magnetto y
demás sobreseídos definitivamente por el juez Julián Ercolini por la
apropiación de Papel Prensa en la dictadura).
Quizás sea
casualidad, pero la última noticia de Cosecha Roja antes de sufrir el
robo y atentado involucraba a dos agentes de la Policía Federal
detenidos tras un robo a una hormigonera de donde se habían llevado 360
mil pesos. Sí, seguro que fue una casualidad el recuadrar esa noticia y
lo que vino horas después. Es de mal pensados ligar una cosa con otra.
Son casualidades, nada más.
“Uno de los policías fue identificado
como el agente Gonzalo Daniel Trejo, quien presta servicio en la guardia
de infantería de la fuerza, y el otro es su hermano, el agente bombero
Facundo Ezequiel Trejo, con destino en el Cuartel Aeroparque Jorge
Newbery”, había precisado Cosecha Roja.
El director de ese portal y
de Anfibia es Cristian Alarcón, quien dio dos precisiones muy
sugestivas del robo. La primera, que en el mismo edificio hay firmas
tecnológicas con equipos mucho más valiosos que los robados en su
oficina, y no fueron visitadas. La segunda, que al lado funciona una
dependencia administrativa de la Policía Federal y enfrente está la
Jefatura de Gabinete, en pleno centro porteño, muy custodiado.
Como
ambas publicaciones dependen de una universidad nacional (la
Universidad Nacional de San Martín), que alquila las oficinas, la causa
pasó a la justicia federal. Adivine el lector adónde quedó la causa. Sí,
en el juzgado federal N° 10, de Julián Ercolini. ¿Anfibia tendrá la
suerte de Magnetto o la mala suerte de CFK?
Mala suerte de alternativos
Los
medios alternativos son un canal muy necesario para enterarse de lo que
el poder quiere ocultar o poner sordina. Son todos hechos y mantenidos a
pulmón, todo a pulmón, como canta Alejandro Lerner. La ley de servicios
de comunicación audiovisuales n° 26.522 preveía apoyo financiero
federal a esos medios, pero llegaban tarde y algo selectivamente en la
AFSCA de Martín Sabbatella. Prácticamente se cayeron con Macri y los
funcionarios del área y la Enacom de Miguel de Godoy, quienes mutilaron a
puro decreto la normativa que la Corte había dictaminado como
constitucional.
Otras veces esas agencias alternativas son
infiltrados por la Policía Federal como se descubrió en 2013 con el caso
del agente Américo Balbuena, metido durante diez años en la Agencia de
Noticias Rodolfo Walsh y que se reportaba a la sección Reunión de
Información de la División de Análisis de la PFA, a cargo del comisario
Alejando O. Sánchez. Un despacho de APL, Agencia para la Libertad, del
escritor Oscar Castelnovo, citando al portal Cosecha Roja, informó que
el comisario inspector Sánchez será el jefe de la dirección general de
Antiterrorismo de la PFA, promovido por Patricia Bullrich. Posiblemente
el comisario jefe ahora mande a Balbuena a hacer cursos con la policía
de Tel Aviv y el Mossad, con la que Bullrich firmó acuerdos.
Buena suerte de monopolios
En
el ring opuesto, Clarín y los monopolios de la (in) comunicación se
sirven de medidas del gobierno que ellos promovieron como sinónimo de
“Cambio”.
A las disposiciones que mutilaron la ley de medios y
desaparecieron el AFSCA, se sumaron la autorización a Clarín para
adquirir Nextel y entrar en el negocio de la telefonía móvil. El
columnista de Odisea, el programa de Carlos Pagni en TN, Nicolás
Dujovne, fue promovido a ministro de Hacienda con claros deberes de
ajustar el gasto público y reducir el déficit fiscal.
Aunque
todavía no se publicó la lista oficial de adónde va la pauta oficial,
seguramente en su mayoría habrá vuelto a sus lugares habituales,
monopólicos.
El último día del 2016 el presidente Macri, en sus
prolongadas vacaciones en Villa la Angostura, tuvo el arduo trabajo de
firmar digitalmente un decreto. Y el ministro Oscar Aguad pudo decir que
se había aprobado la “convergencia plena en el área de las
telecomunicaciones”.
A partir del primero de enero de 2018, las
empresas del sector podrán brindar de manera simultánea los servicios de
televisión por cable, telefonía fija y móvil e internet, modalidad
conocida como “cuádruple play”.
Aunque subsisten diferencias entre
Clarín, Telefónica, Claro, DIRECTV, América y otros monopolios, todos
ellos festejan la decreto-Macri-manía.
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