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jueves, 14 de abril de 2016

El norte de Huehuetenango se debate entre inversiones millonarias, violencia y el discurso del odio



En esa misma década, el proyecto de la carretera de la FTN generará nuevas dinámicas, cuyo tramo final fue planificado para recorrer los municipios de Santa Cruz Barillas, San Mateo Ixtatán y Nentón. Pero la variedad de sus riquezas naturales y los proyectos de explotación de éstas que se planificarán a partir de entonces, convertirá a ese territorio del norte de Huehuetenango en una zona de grandes intereses. La guerra contrainsurgente que golpeó con severidad esa región en la década de 1980, haciéndola un teatro de guerra y masacres y con comunidades divididas y enfrentadas entre sí, montarán un escenario complejo (Ver mapa 1).

El histórico abandono estatal de ese territorio, cuya única presencia ha estado fundada en términos militares y de control poblacional, ha acentuado la pobreza extrema en aquellos municipios. Esto permitió posteriormente que se asentara el crimen organizado en sus múltiples formas y que hoy toma concreción en el contrabando, la trata de personas, la migración de indocumentados a Estados Unidos y el narcotráfico, entre otros. Muchas comunidades se encuentran en la actualidad en medio de varias amenazas, sin visos que se resuelvan sus problemas estructurales y más bien con una tendencia a complicarles su futuro.

Es en ese contexto que han surgido recientemente, supuestos grupos armados como las autodenominadas Fuerzas Campesinas Armadas (FAC)1, que anuncian acciones de tipo militar que pretenden reivindicar las demandas que en la última década las comunidades de los Pueblos Maya Chuj y Maya Q´anjob´al vienen exigiendo a los gobiernos de turno, sin que hasta la fecha sean escuchadas. Más bien, la respuesta estatal se ha traducido en amenazas y criminalización mediante la utilización de un discurso que califica las demandas comunitarias de “terroristas y anti desarrollo”; encarcelamiento de liderazgos comunitarios; y negación de la validez y vinculación de las Consultas Comunitarias como mecanismos legítimos y ancestrales de organización y expresión de las comunidades y los Pueblos.

Este tipo de acciones, sean un montaje o no, ponen en riesgo las justas y legítimas demandas de esos Pueblos y sus comunidades, sembrando mayor zozobra y terror a la que ya viven. Se está creando un ambiente propicio para mayor violencia contra las comunidades que resisten contra los proyectos hidroeléctricos, particularmente los ubicados en San Mateo Ixtatán. El discurso del odio inmerso en comunicados de prensa y entrevistas radiales son llamados a la provocación y a la “legitimación” del uso de la violencia y la represión contra los Pueblos.

En esas condiciones, todo ese territorio en sí ha pasado nuevamente a convertirse en una región de sumo interés, tanto para grandes capitales corporativos nacionales y extranjeros así como para grupos políticos cuyos intereses confluyen con los primeros; en términos geopolíticos y militares, recobra mayor fuerza colocándola en la agenda de seguridad nacional del Estado y de las fracciones económicas oligárquicas y militares que lo controlan; y, para el gobierno de Estados Unidos no sólo pasa a integrar una zona de interés geopolítica sino también económica, bajo el manto del Plan de Alianza para la Prosperidad del Triángulo Norte. Mientras tanto, los Pueblos siguen esperando atención a sus justas y legítimas demandas en medio de esa disputa de grandes intereses.

Nota
  1.  Se conoció de la existencia de un panfleto calzado por las FAC el 11 de marzo de 2016, y circularon dos primeros videos por medios electrónicos calzados igualmente por las FAC, el 28 de marzo de 2016. Un tercer video calzado por las FAC también, comenzó a circular por medios electrónicos el 8 de abril de 2016.
 http://www.alainet.org/es/articulo/176730

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