Si en febrero del año precedente esos productos se adquirían en unos 522 pesos (unos 50 dólares) ahora los mexicanos deben erogar más de 564 pesos (aproximadamente 56 dólares) para poder comprar, entre otros alimentos, tortillas de maíz, pan, arroz, carne, leche, papas y frijoles.
De esos productos el que mayor elevación de precio sufrió fue la tortilla, principal alimento básico de consumo popular, que subió 9,5 por ciento.
Según se estima, el incremento del valor de la canasta básica del consumo mensual de una persona creció poco más de 41 pesos (cuatro dólares).
Ello confirma el deterioro del poder adquisitivo del salario, en especial de las familias de menores ingresos, advirtió un informe citado por La Jornada.
De acuerdo al Banco de México, la Comisión Nacional de Salarios Mínimos y del Consejo Nacional de Evaluación de Políticas de Desarrollo Social (Coneval) son esas familias las que invierten un mayor porcentaje de su dinero en insumos alimenticios.
Desde finales de 2010, el incremento en los precios de los alimentos aceleró el deterioro de los salarios y, en consecuencia, las entradas de las familias.
Esta situación hasta febrero de 2011 se debió en primera instancia al aumento en los precios internacionales de trigo, maíz y arroz, principalmente, lo que ocasionó un incremento en los productos derivados incluidos en la canasta básica.
Ese escenario se recrudeció a partir de abril con los cambios climáticos ocurridos en México, entre ellos las heladas de febrero y septiembre del año anterior, seguidas de las sequías que se extienden hasta la fecha, así como inundaciones en el sur-sureste del territorio nacional.
A juicio del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP) las presiones inflacionarias en los alimentos seguirán latentes en los próximos meses de 2012, ante la escasez de productos básicos por la menor producción de bienes agrícolas.
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