Carlos Maldonado
Un hilillo frío recorre el espinazo. Todos los candidatos de la derecha en nuestro país, Guatemala, cuando lo son y, cuando uno de ellos llega a ocupar la poltrona presidencial, acuden, tal cual penitentes a la Meca o Jerusalén, a la siniestra Embajada imperial. ¡Pero dos veces sin haber tomado posesión! Eso, si ya huele a fosa pestilente, a ríspida genuflexión.
Mientras en Europa, la troika, que no es más que el verdadero gobierno jamás electo por votante alguno, impone a los pueblos griego e italiano, dictaduras tecnócratas que aplicarán las medidas neoliberales que dejarán a los trabajadores de esos países en trapos de cucaracha arrebatándoles presente y futuro para pagar lo que los bancos ya les han robado; y, en Estados Unidos, al igual que en el ViejoContinente, se arremete en forma similar contra sus trabajadores desempleados y empobrecidos, a cachiporra y bala, en Guatemala, el Imperio ha establecido, en Latinoamérica, su quinta frontera.
La izquierda anodina que nunca entendió a Lenin, menos al Ché y mucho menos lo que hoy pasa en el mundo, ahora tendrá que mascar el ajo junto a todos. Sus análisis que nunca han servido de luz ni a ellos mismos, se extinguirán como sus lánguidas actividades de salón. Como el voto nulo y la abstención al cual llamaron y que explotaron junto a las luces y bombas pirotécnicas que anunciaron la celebración del regreso de los siniestros. Se impondrá la necesidad de volver a leer, a ceder y tirar a la basura las fijas ideas para avanzar con claridad. Y, como a todo hay que buscarle su lado feliz, quizá en medio de la amargura del retroceso y el protectorado, nazca la pequeña luciérnaga que guíe la rebelión.
Mientras tanto, tendremos que soportar la prepotencia, la pedantería de quienes creyéndose triunfadores se regodean por anticipado, entrando y saliendo de la “embajada” con sus órdenes bajo el brazo cuyo gobierno supranacional es el verdadero régimen de quienes en estos confines han aceptado su peso y su barbarie aplicándolo a sus poblaciones a golpe de escuela y garrote, de televisión, consumismo y descuartizamiento. Ahora con una novísima invención: el ZAR antidrogas que no sabemos si es la construcción de Zetas Al Rescate a cuya cabeza estarán nuestros encomiables amigos: los gringos. Si no que lo diga el otrora digno México con sus más de 70,000 muertos en el oscuro reinado del procónsul yanqui asimilado Felipillo Calderón I.
Soportar también, al enjambre de “orejas” y lame botas que ya revolotean por doquier sin que aquellos hayan jurado aún “defender” la Constitución en la toma de posesión. Entre esos, los que sin habérselos pedido ya pusieron sus plumas y espacios al servicio de sus nuevos amos. Pero peor que ellos, los que luciendo sombrero socialdemócrata, firmaron una espuria extradición, tratando de congraciarse con los perversos que irrespetando promesas y acuerdos ya en la llanura iniciarán su persecución. Y, aquí también hay que esclarecer que muchos de izquierda piensan que bueno está por corrupción sin enterarse que es más por venganza política de la oligarquía que ni siquiera desde los podios acepta ser ofendida por un advenedizo que no solo no era de sus pares sino les jodió negocios y desplazó de muchos lugares. Pero, qué mejor premio al cobarde y traidor que creyéndose salvado sentirá la miseria y de la felonía el sabor. Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.
Hasta la próxima y que, a los creyentes, que su señor los agarre confesados y a los que no dejando de serlo o por simple convicción, pues, más claros y con ganas de aprender para estar preparados.
Colectivo La Gotera
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