Es una ruta natural de caminatas, zona de pesca y punto de encuentro obligado para novios, amigos y familias que quieren consumir el tiempo libre.
Su construcción empezó a principios del siglo XX y fue tan lenta que terminó en los años 50. Ahora este flanco estratégico de la capital cubana está en obras de cirugía mayor.
La ampliación y modernización del puerto de Mariel incluirá el surgimiento de una nueva terminal de contenedores en ese sitio, 60 kilómetros al oeste de La Habana.
En consecuencia, la actual zona de descarga –al final de la bahía, donde termina el Malecón– quedará libre dentro de unos dos años. Al desaparecer el movimiento marítimo comercial, esta parte de la capital se convertirá en un gran complejo de servicios turísticos. El primer tramo de obras comprende la renovación de todos los tendidos subterráneos (agua, electricidad y teléfono), la demolición de edificios insalvables, la rehabilitación de otros y la construcción de nuevos inmuebles, entre ellos un hotel.
En una siguiente etapa la zona irá cambiando de rostro, al ampliar su plataforma de servicios y extender el área de circulación hasta donde ahora es un muelle de maniobras.
Gerardo Arreola, corresponsal
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