"Lamentamos profundamente el trágico desenlace del demencial intento de rescate ordenado por el gobierno colombiano el día 26 de noviembre en el departamento del Caquetá", dice un comunicado de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia difundido en su web.
En la nota, se explica que en respuesta a la exsenadora Piedad Córdoba y a un grupo de personalidades femeninas de todo el mundo, había sido aprobada la liberación por el Secretariado de las FARC cuando estaba encabezado por Alfonso Cano, quien murió el pasado día 4 en un bombardeo en el departamento del Cauca.
Añade que la entrega requería de una "necesaria discreción" y los prisioneros de guerra serían trasladados a un posible lugar que "se indicaría en su momento".
En los archivos tomados por el Ejército tras el combate en el cual murió Cano estaban estas decisiones, asegura las FARC.
"Es evidente que tras hacerse de la información, el gobierno nacional y el alto mando militar tomaron la determinación de frustrar la gestión humanitaria y sus posibles efectos. Los resultados están a la vista", dice el comunicado.
Recalca que en 14 años, la oligarquía colombiana no se ha condolido "un instante por la suerte de los soldados y policías que entregan su vida, su integridad o su libertad por defenderles sus inmensas fortunas".
Subraya que en prisiones del país cerca de ochocientos guerrilleros y más de siete mil quinientos luchadores sociales son sometidos a "infamantes tratos".
Las FARC reiteraron su voluntad de dialogar sobre un acuerdo que permita el canje de prisioneros.
Una operación de ese tipo abrirá las compuertas a la paz, lo cual "es una necesidad histórica por la que clama Colombia", concluye el comunicado a través del cual el Secretariado del Estado Mayor Central de las FARC-EP, trasmite sus condolencias a los familiares de los tres policías y un militar.
Este martes, el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, advirtió, que "el fusilamiento" de los cuatro miembros de la fuerza pública tiene que tener consecuencias internacionales para las FARC.
Durante una ceremonia religiosa en la Catedral Primada de Bogotá, el titular recalcó que el rescate militar es una obligación del Estado colombiano.
El presidente Santos junto al ministro de Defensa y altos mandos militares y de la Policía despidieron con honores a los sargentos Libio José Martínez y Álvaro Moreno, así como a los mayores Edgar Yesid Duarte y Elkin Hernández Rivas.
Ayer, el vicepresidente, Angelino Garzón, dijo que el Gobierno insistirá en los rescates militares, pese a las críticas a ese tipo de acción por los riesgos para la vida de los prisioneros en manos de la guerrilla. Muchas voces en Colombia, incluidos algunos de los familiares de las víctimas y de los que aún permanecen prisioneros de la guerrilla, criticaron la acción militar del pasado sábado por los altísimos riegos que representa para la vida de éstos.
rc/otf
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