El catedrático del Instituto Tecnológico de México, Edgardo de Buscaglia, añadió que esas agrupaciones actúan fuera de las instituciones oficiales y de la ley, ya estén integradas por mercenarios o pobladores de una localidad.
Esa conducta es un indicador de la debilidad del Estado, de la incertidumbre y temor que sienten los vecinos y empresarios, agregó el especialista, de acuerdo con la reseña que publica el diario El Universal.
Comentó que en muchos casos hay policías involucrados en esos grupos, pagados por comerciantes para que cumplan esa función fuera de la ley.
Refirió que estas actividades de autodefensa terminan afectando sus propios ámbitos sociales al generar más violencia e incrementar el nivel criminal.
Un estudio patrocinada por el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales del Colegio del Ejecito de Estados Unidos, por su parte, considera que esos grupos pueden representar una amenaza para la propia seguridad del país y para el Estado.
Esas células de vigilancia aparecieron ante la ausencia de confianza en las autoridades y jueces, prosigue el texto, y provocan una burbuja en la cual la autoridad del estado no es reconocida.
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