Por Juan Carlos Díaz Guerrero
Asunción, 26 sep (PL) En Paraguay hay un cambio estructural importante en la percepción ciudadana de lo que es el sector público, afirmó hoy el ministro de la Secretaría Técnica de Planificación, Hugo Roing.
Si yo tuviera que hacer una evaluación y decir qué cosas no se van a repetir, cualquiera fuera el próximo gobierno, es el cambio de la política clientelista y de prebenda "hacia una gubernamental, más orientada hacia un enfoque de derecho", expresó en entrevista con Prensa Latina.
Roing reconoció que en Paraguay la sociedad está aprendiendo, y lastimosamente, opinó, lo estamos haciendo al cumplirse "los 200 años de independencia", que fueron conmemorados el 14 y 15 de mayo últimos.
Subrayó que nadie hoy se va a acercar al sistema de salud, de distribución de semillas, al de control ganadero o al sistema de control de rutas, a decir: "Miren, yo soy el hijo de fulano, de tal político, de tal militar".
En este país -apuntó- todos estamos exigidos de la misma manera, los servicios públicos se ofrecen a todos, independientemente de la altura, del peso, color de la piel, idioma o partido político al que pertenece.
Al respecto, señaló, que eso es un cambio aparentemente sencillo pero que ha costado sangre, sudor y lágrima, porque tenemos en nuestra historia "el hay que beneficiar a los amigos". Eso ya no va a ocurrir más, enfatizó.
Interrogado sobre los resultados de la Encuesta Permanente de Hogares 2010, realizada en el último trimestre de ese año, dijo que los números describen una realidad "lo más desapasionadamente posible, de manera positiva, al ser este el país en el cual nosotros estamos".
La investigación abarcó una muestra de más de 20 mil personas en cinco mil hogares de todo el país, con la excepción de los norteños departamentos de Boquerón y Alto Paraguay, que representan de conjunto el dos por ciento de la población total.
Los datos revelaron que la pobreza en Paraguay mantiene una tendencia paulatina a la baja en los últimos cinco años al pasar de 43,7 a 34,7 por ciento, con lo cual suman dos millones 197 mil las personas incluidas en ese indicador.
De dónde partimos, indagó el entrevistado, de una nación con niveles de pobreza del 45 por ciento, con un per cápita del Producto Interno Bruto de dos mil 500 dólares y con seis u ocho años de promedio de estudio.
"Partimos de un país, añadió, en donde esta realidad no estaba al alcance de los ojos y del corazón de toda la ciudadanía", lo cual implica iniciar desde condiciones que no son las adecuadas.
Nosotros decíamos: "vivimos bien, no tenemos no más que una casa con piso, no tomo agua potable, tomo del arroyo, pero el arroyo está limpio, o mi letrina está adecuadamente", pero lo que pasa es que eso no son condiciones adecuadas de vida, comentó.
El ministro consideró que el gran esfuerzo en estos primeros años de gobierno "es entender que las políticas públicas tienen que garantizar los derechos de las personas".
No es bueno ni para la persona, ni para el país, ni para la gobernabilidad, que existan gentes que no vivan como personas, remarcó.
Los derechos humanos -manifestó- nos dicen que un individuo a lo menos que puede aspirar es a tener identidad, empleo y estar educado, más de eso es lo óptimo, y en nuestro país había gente que no llegaba a eso, a lo menos, concluyó.
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