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Economía
"Durante
el 2017 habrá una depreciación de las monedas regionales con respecto
al dólar. Esto tiene que ver con las noticias que tuvimos los dos
últimos meses del año: la victoria de Donald Trump y la decisión de la
Reserva Federal de subir la tasa de interés y el anuncio de
normalización monetaria menos gradual que antes", dijo a Sputnik German
Deagosto, economista y docente del Departamento de Macroeconomía de la
Universidad de la República en Uruguay.
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Sputnik/ Mikhail Kutuzov
El
especialista explicó que esto tiene que ver con las "políticas
inflacionarias" como el "proteccionismo comercial" y los "estímulos
fiscales" que anunció Trump durante su campaña.
"En
este contexto de recuperación económica ese ‘mix' de políticas
generarían presiones inflacionarias, haciendo que la Reserva Federal
adopte políticas restrictivas. De este modo estaríamos frente a un mundo
con un dólar más fuerte, tasa de interés más alta, menor liquidez
internacional y condiciones de acceso a financiamiento más
restringidas", señaló.
El 2016 fue un año atípico en
términos de presiones sobre el dólar. Durante enero y febrero la región
tuvo mucha presión de la moneda estadounidense. Mientras que entre junio
de 2014 y febrero de 2016, el dólar se fortaleció frente al resto de
las monedas. Luego el mundo entró en una pausa financiera de marzo a
noviembre, agregó Deagosto.
"Las
noticias dejaron de ser tan malas principalmente por parte de China. La
Reserva Federal había confirmado que iba a hacer un desarme más gradual
principalmente a raíz de los focos puntuales de volatilidad que había
en el mundo, como el Brexit. A partir de entonces el mundo entró en una
pausa financiera entre marzo y noviembre, y las monedas que se venían
depreciando comenzaron a apreciarse. Eso fue una tendencia regional",
indicó el economista.
Para el experto es probable que en
2017 las economías regionales sufran la presión del dólar. Algunas
economías podrán soportar mejor que otras la presión de ese "reacomodo
monetario" de Estados Unidos. "Este año el mundo será bastante
desafiante para las economías de la región. En especial para aquellas
que tienen que corregir desequilibrios, como Argentina o Brasil",
concluyó.
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