Prensa Rural
Nuevamente nuestra
Comunidad de Paz de San José de Apartadó deja constancia ante el país y
el mundo de nuevas agresiones por parte de agentes directos e indirectos
del Estado, estrechamente coordinados entre sí, actos que contradicen
flagrantemente la voluntad de paz del gobierno y de sus instituciones y
revelan la voluntad de continuar pisoteando la dignidad y los derechos
de su población, en contradicción con un discurso de paz, democracia y
civilidad intensamente propalado a nivel internacional, con ocasión de
la firma de un acuerdo de paz con la guerrilla de las FARC y de la
recepción de un Premio Internacional de Paz recibido por el Presidente
del país en los últimos días. Las agresiones recientes son las
siguientes: El viernes 2 y el sábado 3 de diciembre de 2016, hacia las
2:00 horas de la madrugada dos hombres desconocidos en motocicletas
incursionaron en el asentamiento de San Josecito e hicieron varias
rondas alrededor del mismo sembrando intenso temor en los pobladores
integrantes de la Comunidad de Paz.
El viernes 9 de diciembre de
2016, algunos integrantes de la Junta Comunal de la vereda Mulatos Medio
irrumpieron en la Aldea de Paz Luis Eduardo Guerra, y sin mediar
permiso alguno de sus pobladores realizaron una reunión dentro del
predio de la Aldea, la cual se prolongó entre las 10 a.m. y las 4 p.m.,
durante la cual insistieron en arrebatarle ese predio a nuestra
Comunidad de Paz, alegando que la Alcaldía de Apartadó y el gobierno les
están haciendo donaciones de sillas, implementos de cocina para una
escuela y otros enseres para que los coloquen en el predio de la
Comunidad de Paz y se apoderen del mismo. Si bien varios de los
asistentes a dicha reunión revelaron que fueron presionados por tres
miembros de la Junta para hacer presencia allí, o de lo contrario
tendrían que abandonar la zona, las tres únicas personas que llevaron la
vocería alegaban tener derechos antiguos sobre ese predio, mientras es
de público conocimiento que llevan pocos años en la zona. Nuestra
Comunidad de Paz percibe allí una perversa estrategia del Gobierno que
utilizar a unos pocos miembros de la Junta Comunal para despojarnos de
uno de los sitios mas sagrados, donde fue sacrificado nuestro líder
histórico Luis Eduardo Guerra, y del cual la Comunidad ha tenido
posesión pacifica durante mas de 10 años, ejerciendo un dominio en
construcciones, sitios de memoria y proyectos ecológicos comunitarios.
El
viernes 16 de diciembre de 2016, miembros de la policía nacional
presentes en un retén ubicado en cercanías de Santa Fe de Antioquia,
subieron al bus donde viajaban dos miembros de nuestra Comunidad de Paz,
entre ellos el Representante Legal de la misma, y los filmaron, en
flagrante violación de las normas que amparan el derecho a la intimidad,
refrendado por varias sentencias de la Corte Constitucional.
El
sábado 17 de diciembre de 2016, en el Filo de los Arteagas, ubicado en
la vereda La Esperanza de San José de Apartadó, hizo presencia un grupo
de paramilitares en trajes de camuflaje y con armas largas. Preguntaron
por algunos pobladores y muy insistentemente por Cristóbal Mesa, quien
ha sido amenazado de muerte repetidas veces por ellos y conminado a
abandonar la región. Los paramilitares estaban ejerciendo un control
territorial, pues han afirmado que ellos son la autoridad en la zona y
que están limpiando la región, de modo que el que no se someta a ellos
debe irse de allí o va a ser “borrado y tirado al piso”.
El
sábado 17 y el domingo 18 de diciembre de 2016, otro contingente
paramilitar penetró en la vereda Arenas Bajas de San José de Apartadó,
en actitud de control territorial, advirtiendo a los pobladores que
ellos son la autoridad y que todos deben someterse a ellos; que quien no
lo haga debe abandonar la región o será ¨borrado y tirado al piso¨.
El
miércoles 21 de diciembre de 2016, hacia las 11:10 horas, en el sitio
conocido como tierra amarilla entre Apartado y San José, dos sujetos
vestidos de civil y portando arma corta interceptaron a un reconocido
campesino de San José quien se movilizaba en motocicleta, allí le
manifestaron que si tenia vínculos con la Comunidad de Paz, al contestar
que no, le advirtieron que mas le valía no vincularse a ella, de lo
contrario no respondían con el.
La estrategia del Gobierno
colombiano, desde hace varios años, de negar la existencia de grupos
paramilitares o afirmar que todos ellos ¨se desmovilizaron¨ en el
pasado, o que los grupos ahora activos no tienen las características de
los antiguos paramilitares, es una estrategia ampliamente conocida en el
país y en el exterior pero que no tiene consistencia alguna. Tienen una
coordinación con la fuerza publica tan estrecha como siempre o aún
mayor; expresan un respaldo al gobierno de turno como siempre, igual que
a las empresas multinacionales y a grandes empresas nacionales; revelan
una ideología contrainsurgente absolutamente nítida; se declaran
enemigos de todo movimiento social alternativo y de toda forma de
protesta social; actúan a poca distancia de destacamentos militares y
son protegidos y encubiertos por estos. Si no son paramilitares,
entonces ¿qué son?
Fuente original: http://prensarural.org/spip/spip.php?article20718
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