En
las frías aguas del Atlántico Sur, los generales argentinos intentaron
en 1982 dar un último manotazo de ahogado. Su régimen dictatorial se
caía ante la presión popular, por lo que apostaron al extendido
sentimiento de patriotismo para salvarse. Las acciones militares que
emprendieron contra el Reino Unido para recuperar las Malvinas
resultaron ser una pésima estrategia: los militares argentinos no sólo
no lograron su objetivo, sino que la posición británica en las islas
salió fortalecida.
"Hoy Malvinas es una unidad de negocios de la economía británica", ahondó Alonso, quien afirmó que no se trata de un territorio de libre circulación, sino que cuenta una política migratoria controlada por Gran Bretaña. "Toda persona que va ahí, lo hace para trabajar dentro de esa esa gran estructura que es la Falklands Islands Company", el grupo económico que detenta licencias de pesca que Alonso considera ilegítimas.
"Un enclave neocolonial militar"
"Argentina ha obtenido el apoyo global en esta causa. El mundo no acepta más una situación de colonialismo" sentenció Alonso al respecto. Por eso consideró que el primer punto a tratar en cualquier discusión sobre las Malvinas "es la soberanía argentina".
150.000
millones de dólares gracias a la pesca en la zona ha sido el beneficio
para el Reino Unido desde aquella fracasada aventura militar, según dijo
a Sputnik Ernesto Alonso. Veterano de aquella guerra, y denunciante de
las violaciones a los derechos humanos dentro del Ejército argentino,
Alonso recordó que con los acuerdos firmados con posterioridad al
conflicto, en los años 89 y 90, el presidente Carlos Menem le permitió a
los británicos avanzar en la explotación de enormes recursos ictícolas.
"Ahora
está latente la explotación de recursos hidrocarburíferos", sostuvo.
Dados los altos costos de la explotación de petróleo offshore, los
ingleses necesitarían apoyo logístico desde el área continental
argentina para utilizar esos recursos. Por eso Londres sintoniza con los
gobiernos locales que considera no hostiles a su estrategia."Hoy Malvinas es una unidad de negocios de la economía británica", ahondó Alonso, quien afirmó que no se trata de un territorio de libre circulación, sino que cuenta una política migratoria controlada por Gran Bretaña. "Toda persona que va ahí, lo hace para trabajar dentro de esa esa gran estructura que es la Falklands Islands Company", el grupo económico que detenta licencias de pesca que Alonso considera ilegítimas.
"Un enclave neocolonial militar"
"El
objetivo final de Gran Bretaña no son las Malvinas. Son los mares
circundantes, las Islas Georgias, Sandwich y Orcadas del Sur y la
proyección hacia la Antártida", estimó Alonso.
El ex combatiente
opinó que la presencia de una base militar británica en Mount Pleasant,
es una "situación gravísima para la paz de la región". "Se trata de la
base militar de fuerzas extranjeras más importante de la región.
Mantienen coordinación en con otras bases militares que ocupan
territorios latinoamericanos, como las de Estados Unidos", agregó.
Se
estima que en la base de Mount Pleasant operan actualmente unos 1.500
militares y unos 500 civiles británicos. Ante una denuncia de la
cancillería argentina en 2012 sobre el despliegue de armas nucleares en
las islas, Londres prefirió mantener su silencio.
Desde la
asunción de Mauricio Macri en diciembre de 2015, las relaciones
británico-argentinas experimentaron una distensión considerable. Los
veteranos del conflicto critican al presidente su poco compromiso con la
recuperación de las islas. Algo que el mandatario niega."Argentina ha obtenido el apoyo global en esta causa. El mundo no acepta más una situación de colonialismo" sentenció Alonso al respecto. Por eso consideró que el primer punto a tratar en cualquier discusión sobre las Malvinas "es la soberanía argentina".
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