Leonard Peltier lleva encarcelado desde 1976
La Marea
La
tradición ha sido inmortalizada en cientos de películas. Los pavos
asados coronan las exuberantes mesas de los estadounidenses que cada
año celebran en familia el Día de Acción de Gracias (Thanksgiving, en
inglés) el último jueves de noviembre. De ese modo, recrean la comida
de hermandad que, según la mitología fundacional, ofrecieron los indios
de la tribu wampanoag a los peregrinos europeos que en 1620 llegaron a
Plymouth (Massachussets) a bordo del Mayflower.
Justo en ese
lugar, se celebra simultáneamente desde 1970 una conmemoración bien
distinta. Bautizada como Día de Luto (Day of Mourning), congrega a
centenares de personas, en su mayoría nativos americanos, con el
objetivo de destripar lo que sus organizadores califican de propaganda
oficial. Tanto la que ha inventado una idílica cena que nunca existió
como la que justifica que uno de los líderes del Movimiento Indio
Americano (AIM), Leonard Peltier, lleve 36 años en la cárcel cumpliendo
dos cadenas perpetuas consecutivas por la muerte de dos agentes
federales en 1975, a pesar de que no hay pruebas concluyentes en su
contra. Éste es el principal argumento de Amnistía Internacional (AI)
para pedir la liberación de quien considera un preso político.
Desde
1981, esta ONG se basa en los documentos que demuestran que en los años
70 el FBI (Oficina Federal de Investigación) “fabricó pruebas falsas
para meter entre rejas a líderes negros, indios y de otras minorías”,
tal como publicaba en octubre de ese año el New York Times. Amnistía ha
modificado su estrategia recientemente. Tras constatar que las
solicitudes para obtener el indulto han sido ignoradas de forma
sistemática y concluir que no será posible volver a pedir la libertad
condicional hasta 2024, demanda la liberación de Peltier por motivos
humanitarios.
A sus 69 años, este indio de las tribus
anishinable-lakota tiene serios problemas de salud. Es diabético, ha
perdido la visión de un ojo, y se encuentra encarcelado en Florida, a
más de 3.200 kilómetros de distancia de sus familiares, que residen en
North Dakota, por lo que no recibe demasiadas visitas. Su situación ha
empeorado recientemente. Según ha explicado a este medio el portavoz
del comité que lucha por la defensa de Peltier, Delaney Bruce, “en
2009, fue golpeado violentamente. En 2011, se le acusó de asaltar a un
guardia. No le tocó, ni siquiera estuvo en la misma mhabitación que él,
pero Leonard fue castigado con dureza por ese motivo”. Los miembros del
comité están convencidos de que el incidente fue inventado “para
retratarle como un prisionero violento y así evitar que pueda ser
indultado por Obama”.
En los últimos meses, algunos columnistas
estadounidenses han señalado a su actual presidente los paralelismos
entre el caso Peltier y el de Nelson Mandela. Barack Obama dijo haber
quedado impactado por la visita que hizo junto a su familia al preso
46.664 de Robben Island, el pasado junio. Mandela, que pasó 27 años
encarcelado, es una de las muchas personalidades que han solicitado el
indulto para Peltier. El líder sudafricano dirigió su petición a Bill
Clinton. Y, probablemente, ésa fue la ocasión en que la liberación
estuvo más cercana. Sin embargo, poco después de que el expresidente
demócrata se comprometiera a estudiar el caso, en diciembre de 2000,
más de 500 agentes del FBI marcharon hasta la Casa Blanca para
presionar en contra del indulto.
Seguimiento a los activistas
La
inteligencia estadounidense siguió muy de cerca los movimientos de los
principales activistas de los años 70. El mismo FBI reconoce en una
escueta nota publicada en su web que el programa Cointelpro fue creado
para “interrumpir las actividades del Partido Comunista de los EEUU”,
pero acabó aplicándose a otros grupos, “como el Ku Klux Klan, el
Partido Socialista de los Trabajadores y el de las Panteras Negras”.
Oficialmente, funcionó entre 1956 y 1971, pero algunos documentos
hechos públicos gracias a la Ley de Libre Acceso a la Información
(FOIA), y que permanecieron ocultos durante el juicio a Peltier, han
demostrado que el FBI estuvo vigilando las actividades del Movimiento
Indio Americano en Pine Ridge antes de que se produjera el tiroteo que
acabó con la vida de los agentes Jack Coler y Ron Williams, y del joven
indio Joe Stuntz el 26 de junio de 1975.
Tal como explica el
comité de defensa de Peltier, ese día los policías entraron en un
rancho de la reserva, una propiedad privada, para detener a uno de sus
residentes, que presuntamente había robado un par de botas de cowboy.
Era el último de los virulentos conflictos que estaban teniendo lugar
en Pine Ridge, entre ellos varias muertes de nativos a manos de hombres
blancos. Además de una pobreza extrema, en la reserva se vivía un clima
tan violento que los mayores del lugar pidieron protección a la AIM.
Varios activistas respondieron a la llamada y acamparon en el rancho.
Peltier
era uno de ellos. Otros dos compañeros suyos que también fueron
juzgados por los hechos de Pine Ridge en una causa separada fueron
puestos en libertad. “El jurado entendió que Butler y Robideau [los
otros acusados] estaban actuando en defensa propia”, explican los
defensores de Leonard Peltier. Amnistía Internacional señala algunas de
las principales irregularidades cometidas con el preso político que
lleva más años encarcelado en Estados Unidos.
Para empezar, el
principal testimonio usado para lograr la extradición de Peltier, que
huyó a Canadá poco después de que se produjeran los crímenes. La
testigo confesó después que había declarado contra él tras ser acosada
y amenazada por el FBI. Sin embargo, el juez rechazó que la defensa de
Peltier la llamara en calidad de testigo “porque podría ser altamente
perjudicial para el Gobierno”, recuerda en un artículo Zeke Johnson,
director de Amnistía Internacional USA. Asimismo, en 1980, la Corte de
Apelación a la que recurrieron los abogados de Peltier reconoció que
“hay algunas pruebas en el expediente de conductas indebidas por parte
de algunos agentes del FBI, pero somos reacios a atribuirles aún más
malas conductas”.
La comisión responsable de conceder la
libertad provisional siempre se la ha denegado porque Peltier no acepta
la responsabilidad criminal por los asesinatos. Sin embargo, en una
ocasión, este organismo afirmó que “la Fiscalía ha admitido la falta de
evidencia directa de que usted [Peltier] participó personalmente en las
ejecuciones de dos agentes del FBI”. “Como cualquier inocente, Leonard
jamás renunciará a luchar por su libertad”, asegura Bruce. Desde la
cárcel, el líder de AIM no sólo reivindica sus derechos, sino que
también participa en otras causas, a las que apoya con la venta de los
cuadros que pinta. El próximo Día de Luto, el 28 de noviembre, los
manifestantes convocados por la UAINE (Unión de Indios Americanos de
Nueva Inglaterra) volverán a homenajear a Peltier.
Este año,
además, cuentan con una valiosa información para su campaña
desmitificadora. El pasado mayo, los investigadores forenses del Museo
de Historia Natural de la Smithsonian Institution confirmaron que los
primeros colonos ingleses, la comunidad que se instaló en Jamestown
(Virginia) en 1607, recurrieron al canibalismo para subsistir en el
duro invierno de 1609. Esa historia es mucho más difícil de enseñar en
la escuela, apuntan.
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