Allí se desarrolla el Festival Internacional de Cine Independiente de Pozos (FICIP), organizado y apoyado por un grupo de personas que han puesto la cultura como eje del desarrollo del lugar, lideradas por Martín Gonzáles, un joven de aquellos que son capaces de contagiarle a una los sueños, la pasión y el empeño que ponen por cambiar el estado de las cosas en su mundo. En el marco de FICIP, cuyo lema de este año es “Mujeres en movimiento” se desarrollará, además, el Encuentro de Escritoras y Activistas Latinoamericanas con presencia de mujeres de una trayectoria tan sólida como Jesusa Rodríguez, Guadalupe Rivera y Ana Roth.
¿Qué tiene que ver esto con Guatemala? Más de lo que pareciera. Los desarrolladores del lugar tomaron como modelo la ciudad de Antigua Guatemala, patrimonio cultural de la humanidad. Además está el tema de la relación vida-muerte, tan presente en el cotidiano guatemalteco. El Festival, que abre con la /content/edit/PRENWS20131116_0069película Sombra de la noche, de Pablo Odell, una conversación fragmentada con el escritor Horacio Vásquez Rial sobre el tabaco, el fumar, la vida y la muerte, cierra con la película I will be murdered (Seré asesinado) de Justin Webster. Esta película trata de la muerte de Rodrigo Rosenberg en Guatemala y la reseña habla de una historia de asesinato, amor e intrigas políticas que se desatan cuando un abogado muerto a tiros en la calle apareció en Youtube prediciendo su propia muerte y nombrando a los supuestos responsables. Ambas películas fueron seleccionadas por el Festival como “Selección Oficial Documental”.
En ambos casos, estas producciones relevan la conciencia de la participación del individuo en la Historia, así con mayúsculas. ¿Qué efecto tienen nuestras acciones en el destino general de nuestros pueblos? ¿Cómo viven los otros que no somos nosotros, su realidad histórica? Más allá de la vinculación con Guatemala, está la pregunta de ¿qué tiene que ver el cine con nuestras vidas para intentar responder a cuestiones como las anteriores? Una de las cosas que tienen los textos, especialmente la poesía es que generan en nosotros una serie de imágenes, pero de las cosas buenas que tiene el cine es que nos traslada desde las imágenes flujos discursivos, relatos humanos que nos permiten abrazar realidades individuales y colectivas que nos cuestionan sobre nuestro propio ser y estar en el mundo.
En el caso de la primera película, cuestiones esenciales sobre la vida y muerte, planteadas en momentos críticos, nos interpelan sobre nuestras propias historia de vida y muerte. En el segundo caso, el efecto de la muerte de un individuo, casi lleva a una nación al colapso político. De allí que Festivales como éste sean tan importantes, porque dan salida a propuestas independientes que no fueron pensadas originalmente como espectáculo comercial sino como espacios de comunicación y trascendencia humana que pueden enriquecer reflexiones y debates de profunda significancia.
La pregunta es por qué hablé de dos películas de hombres con protagonistas masculinos, siendo que el Festival está dedicado a las mujeres en movimiento. Primero, por una cuestión meramente fáctica, y es que al momento de escribir esta nota no se habían dado la conferencia magistral de la productora Ana Roth ni tampoco el Encuentro entre Escritoras y Activistas Latinoamericanas. Y segundo, porque este Festival apenas comienza a hacerse un espacio e irá sumando presencia de maravillosas directoras de cine independiente que están surgiendo en el continente, a las próximas ediciones.
cescobarsarti@gmail.com
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