Bajo la Lupa
Alfredo Jalife-Rahme
La Jornada
est
Mientras Washington se desgarra con las poco convincentes suputaciones de James Comey, ex director de la FBI –vulgar
soplóny marioneta del Deep State violentamente defenestrado por el cada vez más atribulado Trump–, el mundo se desordena y se reordena en forma simultánea a pasos acelerados para ocupar los espacios que deja vacios Estados Unidos: la otrora superpotencia unipolar hoy en franca decadencia y en plena
guerra civilque no se atreve a pronunciar su nombre.
Totalmente boicoteado por los desinformativos multimedia
occidentales, el Grupo de Shanghai (Organización de Cooperación de Shanghai: OCS) celebró su trascendental cumbre 17 en Astana, capital de Kazajistán, país convertido en la bisagra euroasiática entre China y Rusia. El boicot multimediático
occidentalcolinda con lo pueril, cuando en dicha cumbre fue avalado el espectacular ingreso de India y Pakistán: su mayor evento después de 16 años de existencia teórica.
No es menor la incrustación de India y Pakistán –a mi juicio, la
primera apadrinada por Rusia y la segunda por China–, dos potencias
medianas nucleares que se han enfrascado en tres guerras convencionales.
De sus seis miembros primigenios –China, Kazajistán, Kirguistán, Rusia,
Tayikistán y Uzbekistán–, la OCS pasa ahora a ocho: cuatro de ellos
conspicuas potencias nucleares (Rusia, China, India y Pakistán).
¿Se nucleariza el Grupo de Shanghai mientras se resquebraja la
Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en la fase
trumpiana? El Grupo de Shanghai ostenta como
observadoresa Afganistán, Bielorrusia, Irán y Mongolia y, como
socios de diálogo, a Armenia, Azerbaiyán, Camboya, Nepal, Turquía y Sri Lanka. En total, 10 países adicionales se encuentran en la lista de espera que deberán dosificar China y Rusia (https://goo.gl/KKuM0b).
¿Se saldrá Turquía de la OTAN para adherirse al Grupo de Shanghai más
afín a su cultura y etnia, y así olvidarse de la hoy desgajada Unión
Europea (UE) que despreció su inclusión contra natura? El núcleo del
Grupo de Shanghai fue eminentemente
centroasiáticodurante 16 años, pero hoy lanza relevantes vectores geopolíticos y geoeconómicos al subcontinente indio (vía India y Pakistán, por extensión a Sri Lanka y Nepal), también al Cáucaso (Armenia y Azerbaiyán)y hasta Indochina (Camboya).
El flujograma y el cronograma de la OCS se ha ajustado en los
recientes 16 años conforme han declinado tanto la salvaje unipolaridad
estadunidense como su corolario globalista israelí/anglosajón, lo cual
se expresa nítidamente con la aplicación de Irán para convertirse en
miembro a carta cabal en momentos tan cruciales para la edificación del
nuevo orden multipolar (https://goo.gl/7T8lZu).
Alexander Dugin, uno de los máximos ideólogos rusos muy cercano al zar Vlady Putin, contrasta el irredentismo prácticamente unipolar de la OTAN con la pluralidad multipolar de la OCS: en la OTAN
domina un solo país, una sola ideología, mientras la OCS se compone de los países y las fuerzas que representan diversas civilizaciones con diferentes ideologías y sistemas políticos.
Es cierto, la OTAN es unipolar, donde EU domina al restante
pusilánime e inánime, mientras el relativamente naciente Grupo de
Shanghai es plural bipolar (sin menospreciar la invaluable adquisición
de India).
Para Dugin, ideólogo ruso del euroasianismo, “La OCS se crea no como
la ‘OTAN asiática’, sino como una estructura euroasiática que se opone a
la globalización. La unión de grandes estados asiáticos que poseen una
enorme capacidad económica y grandes fuerzas estratégicas es un serio
paso hacia la institucionalización del mundo multipolar”.
Dugin lo expresa sin tapujos:
La OCS es un bloque multipolar, y ello equilibra la hegemonía estadunidense y occidental, convierte un modelo de mundo que se impone a todos sin alternativas, en una libertad. Ello atribuye nuevas posibilidades a los jugadores regionales de cualquier escala.
Dugin diseca la intimidad geopolítica de la OCS, a la que
coloca como fuerza de equilibrio frente al irredentismo de EU: “eso será
un desafío que ninguna estructura o coalición occidental ni ningún
bloque podrá vencer. Si la OCS elabora una postura consolidada sobre la
lucha antiterrorista (…) significará un ambiente absolutamente diferente
para resolver el conflicto sirio. Si la OCS dice ‘no’ a algunas
acciones de occidente, habrá que tenerlo en cuenta”.
Detecto una contradicción conceptual y operativa entre la apología de la
globalización económica(en contrapunto a la
globalización financieristade las plazas globalistas de Wall Street y la City) que pregonó el mandarín Xi en su reciente aparicion en el foro moribundo de Davos, con la oposición contundente de Dugin a la
globalizacióntout court. Ya habrá tiempo de discutirlo en detalle.
A mi juicio, de lo más relevante de la cumbre 17 de la OCS en Astana
fue la enésima reunión bilateral del mandarín Xi con el zar Vlady Putin para afinar detalles de su cada vez más profunda
alianza estratégica(https://goo.gl/vON8mW).
Ni al zar Putin ni al mandarín Xi se les escapa que la agenda
desestabilizadora de los yihadistas del Daesh está programada en los
algoritmos geopolíticos de los instrumentos de EU en el Cáucaso/Sur y
Asia Central, en sus fronteras respectivas de Rusia y China con la
provincia islámica de los uigures en Xinjiang (https://goo.gl/ZD7258).
Los mandatarios de Rusia y China enfocaron sus baterías en la
delicada situación de Norcorea y en el papel destinado a jugar por la
OCS en la reconciliación y reconstrucción de Afganistán, cuando tampoco
podía faltar el realineamiento de la
nueva ruta de la seda(proyecto chino) con la Unión Económica Euroasiática (proyecto ruso).
El zar Putin acusó a EU de estar detrás de los atentados terroristas
yihadistas, lo cual sólo es ignorado por los multimedia desinformativos
de
Occidente(https://goo.gl/P2yhA8).
El geopolitólogo Rostislav Ischenko fustigó la
incapacidadde EU y la UE de lidiar con la amenaza terrorista proveniente de Medio Oriente y Asia Central, que afecta los intereses de los miembros de la OCS cuando los yihadistas del Daesh se aprestan a trasladar y mutar sus operaciones en las fronteras y entrañas del RIC (Rusia, India y China):
Ni Rusia ni China pueden permitir que las bandas terroristas expulsadas de Medio Oriente depreden sus fronteras, lo cual descarrilaría la
nueva ruta de la seday la Unión Económica Euroasiática (https://goo.gl/DbvYjO).
El Grupo de Shanghai provee el formato idóneo para que India y
Pakistán, no se diga India con China, asciendan y trasciendan a un nuevo
plano más creativo su nuevo tipo de interacción, que dejen atrás sus
aldeanas contradicciones y confrontaciones que benefician el caduco
orden unipolar anglosajón. Desde su eclosión de muy bajo perfil hace 16
años, ahora sí que el Grupo de Shanghai ha tomado una dinámica más
acelerada y consolidada en su cumbre en Astana.
Después de haber estado en franca defensiva, desde el montaje hollywoodense del 11/9 (con sus guerras fabricadas en Afganistán e Irak), al unísono de la reactivación de la agenda yihadista y sus
células dormidasde la eterna CIA, ahora el Grupo de Shanghai pasa a una notable contraofensiva en la cartografía de los
Balcanes Euroasiáticosdel hoy fallecido Brzezinski, y que es inversamente proporcional a la decadencia unipolar de EU.
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