"Medicare" para todos
Democracy Now!
La promesa del Presidente Trump de derogar Obamacare o
la Ley de Cuidado de Salud a Bajo Precio, está por volverse realidad,
al tiempo que el Senado hace pública su propia versión —redactada en
secreto— de la nueva Ley de Cuidado de Salud de Estados Unidos de la
Cámara de Representantes, el proyecto de ley que el propio Trump
defendió y que recientemente criticó. La mayoría republicana del Senado
pretende que el proyecto de ley se apruebe antes del feriado del 4 de
julio. Como resultado de Obamacare decenas de millones de
estadounidenses ahora tienen algún tipo de atención de salud, aunque el
plan adolece de sus propios problemas. Debido a que la atención de la
salud representa una sexta parte de la economía estadounidense, el
debate político entre un muy mal proyecto de ley republicano y el menos
malo Obamacare podría dejar un espacio libre para lograr una
solución razonable, como ocurre en casi todos los países desarrollados:
un sistema de salud de pagador único.
Este sistema ya está en práctica
en Estados Unidos y ha tenido muy buena recepción. Se llama «Medicare»,
el programa financiado con los impuestos de los contribuyentes que
garantiza atención de la salud a las personas mayores y las personas con
discapacidad. Las encuestas públicas realizadas después de la Segunda
Guerra Mundial demostraban que existía un amplio apoyo para esta
propuesta. Medicare se convirtió en ley en 1965. En el tristemente
célebre discurso de lanzamiento de candidatura que Trump realizó en
junio de 2015, además de atacar a los mexicanos al calificarlos de
«violadores», también prometió: «Salvemos a Medicare, Medicaid y a la
seguridad social sin recortes. Debemos hacerlo».
Si el actual
proyecto de ley sigue su curso y es aprobado, Donald Trump deberá
decidir si romperá su promesa. Si bien el proyecto de ley debe aprobarse
primero en el Senado y luego pasar por un proceso en el que se deben
reconciliar los proyectos de ley de la Cámara de Representantes y el
Senado, como mínimo, recortará los fondos de Medicaid.
El motivo por el cual muchos opositores de Trumpcare lo
denominan «cuidado de la riqueza y no de la salud» es que elimina el
impuesto de Obamacare a los estadounidenses más ricos. Mientras ellos
obtienen una exención impositiva, decenas de millones de estadounidenses
se quedarán sin seguro de salud. Otros seguirán sin poder acceder a él,
o se verán obligados a comprar planes vacíos que ofrecen cobertura
mínima, o planes con abultados deducibles y copagos. A las personas que
padecen las denominadas «afecciones preexistentes» les resultará
prácticamente imposible obtener un seguro de salud en la mayoría de los
estados. Un estudio reciente de Kaiser Family Foundation calcula que más
de 52 millones de personas «no mayores» padecen afecciones
preexistentes. Kaiser aclara «no mayores», dado que las personas
mayores, que reciben cobertura a través de Medicare, no pueden ser
excluidas por padecer afecciones preexistentes.
Actualmente, de
una población total de 320 millones de habitantes en Estados Unidos, tan
solo 57 millones de adultos mayores y personas con discapacidad son
beneficiarias de Medicare. No hay un motivo racional por el cual
Medicare no pueda ampliarse para cubrir a todos los estadounidenses,
independientemente de su edad, desde que nacen hasta que mueren. Los
defensores del sistema de atención de salud de pagador único denominan a
esto «Medicare para todos».
Medicare para todos mantendría el
sistema actual de hospitales privados y sin fines de lucro, consultorios
médicos y otros aspectos conocidos del sistema de salud de Estados
Unidos. La principal diferencia es que las aseguradoras de salud, tal
cual las conocemos, dejarían de existir. Las aseguradoras no
proporcionan atención de salud. Actúan como administradoras, procesan
facturas y obtienen ganancias desorbitantes a costa del dolor de las
personas y pagan a sus directores salarios muy elevados. Se ahorraría
muchísimo dinero y el sistema probablemente sería mucho más aceptado que
Medicare.
Hay señales esperanzadoras a favor del sistema de
pagador único. El congresista John Conyers, el miembro más antiguo del
Congreso (que ha ocupado su banca desde 1965, el año en que comenzó
Medicare), ha propuesto el proyecto de ley H.R. 676 o Ley por un
Medicare más amplio y mejorado para todos. Actualmente cuenta con el
sorprendente apoyo de 112 copatrocinadores (todos demócratas). Dado que
es improbable que las mayorías republicanas de ambas cámaras apoyen este
proyecto de ley, algunos activistas están llevando la lucha a los
estados. La Ley California Saludable, SB 562, otorgaría cobertura de
salud a todos los habitantes del estado de California, y ya ha sido
aprobada en el Senado estatal. La Asamblea, controlada por los
demócratas, la está estudiando en este momento. En el estado de Nueva
York, un proyecto de ley ha sido aprobado por la Asamblea y será
discutido en el Senado estatal de Nueva York, donde los republicanos
controlan la cámara por un escaño.
Detrás de toda la legislación
existe un movimiento de base creciente y diverso. Hay grupos nacionales
que han estado trabajando durante años, entre ellos Healthcare- NOW !,
Médicos por un Programa de Salud Nacional y sindicatos como el sindicato
de enfermeros National Nurses United. Las coaliciones estatales educan,
organizan y presionan a los legisladores y a políticos destacados como
Bernie Sanders para que junten a sus seguidores e impulsen esta
iniciativa.
El sistema Medicare de Canadá, que brinda cobertura a
todos los habitantes del país, comenzó en la provincia rural de
Saskatchewan y luego se extendió a todo el país. Mientras los canales de
televisión por cable solo hablan de la batalla entre Obamcare y
Trumpcare, el movimiento a favor de un sistema de salud de pagador
único, que no sale en las noticias, está creciendo. Al igual que ocurre
con todos los grandes cambios en la historia, cuando el pueblo lidera,
los líderes lo siguen.
© 2017 Amy Goodman
Traducción al español del texto en inglés: Mercedes Camps. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org
Amy
Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional
que se emite diariamente en más de 800 emisoras de radio y televisión en
inglés y en más de 450 en español. Es co-autora del libro "Los que
luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios
en Estados Unidos", editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.
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