Jilwesley Almeida
Adital
Fragmentos del informe
comprueban torturas, muertes y abusos sexuales practicados por agentes
federales de la CIA contra personas que fueron detenidas, muchas sin acusación,
por la operación estadounidense aplicada después de los ataques del 11 de
septiembre de 2001 en Nueva York. El Gobierno de Estados Unidos nunca realizó
un pedido de disculpas oficial, y mucho menos indemnizó a las víctimas y a sus
familiares.
Por eso, organizaciones
de la sociedad civil piden que Estados Unidos acelere los procesos de juicio a los
prisioneros, libere a los inocentes y responsabilice a los agentes federales
por las torturas practicadas. Según la directora ejecutiva de la organización
brasilera Conectas Derechos Humanos, Jessica Carvalho Morris, en entrevista con
Adital, se espera también que el programa de tortura de la CIA sea eliminado. Y
que el sistema jurídico elabore una ley que imposibilite la creación de programas
de este tipo en otras gestiones.
De acuerdo con Jessica,
el gobierno estadounidense no niega que invirtió en centros de torturas, como
es el caso de la prisión de Guantánamo, construida en territorio cubano. Ella
afirma que los prisioneros que se encuentran en ese centro de detención militar
son personas supuestamente inocentes, secuestradas por la CIA.
En 2009, Barack Obama
asumió la Presidencia de Estados Unidos con la promesa de que cerraría el centro
de Guantánamo. Ya pasaron seis años y eso todavía no ocurrió, a causa de los
obstáculos impuestos por el Congreso estadounidense y por la dificultad de
reasentamiento de las personas detenidas en otros países, ya que no pueden
volver a su patria, ni tampoco ir a Estados Unidos. Si eso pasara, correrían el
riesgo de sufrir persecuciones y convertirse nuevamente en blanco de torturas.
Lo que se espera es que
la promesa de Obama sea cumplida antes del final de su segundo mandato, en
2017. Jessica Morris dice que la prisión de Guantánamo es sólo uno de los
centros de torturas que mantiene Estados Unidos. Las Black Sites, como son
llamadas esas unidades carcelarias, son mantenidas en varios lugares del mundo
por la CIA para el encarcelamiento de enemigos acusados de terrorismo.
En junio de este año,
durante una visita de la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, a Estados
Unidos, organizaciones brasileras y estadounidenses señalaron la posibilidad de
que Brasil ayude al cierre de Guantánamo, acogiendo a los presos que ya fueron
liberados para su transferencia.
El pedido para que Brasil
apoye el cierre de la prisión de Guantánamo todavía no fue realizado oficialmente,
pero los motivos por los cuales el país aceptaría acoger a los presos ya son
debatidos entre las organizaciones de derechos humanos.
La directora ejecutiva de
Conectas afirma que más de 55 países ya recibieron a personas liberadas de
Guantánamo, entre ellos Uruguay. Según
Jessica, la justificación para que Brasil
acoja a los presos ya aptos para su liberación es que es un país
reconocidamente abierto a los inmigrantes. Con tal actitud, "Brasil se mostrará
como líder internacional”, dice.
Ella resalta también el
papel que el país ha desempeñado mediante iniciativas humanitarias como la
acogida de migrantes y refugiados, principalmente en los casos de los haitianos
y sirios. Para Jessica, aceptar a los presos de Guantánamo sería algo parecido
a esas iniciativas.
En Estados Unidos, en la
ocasión del debate sobre el programa de torturas practicado por la CIA,
estuvieron presentes el relator de la Organización de las Naciones Unidas
(ONU), Juan Méndez, la ex procuradora General de Guatemala, Claudia Paz y Paz,
y el reverendo y sobreviviente de la tortura durante la dictadura militar
brasilera, Fred Morris.
Traducción: Daniel
Barrantes - barrantes.daniel@gmail.com
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