Entrevista a Xiomara Castro de Zelaya, candidata presidencial por LIBRE –Libertad y Refundación- de Honduras
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La última encuesta de CID/Gallup la ubica en primer lugar en intención
de voto, a la vez que refleja una caída porcentual de Juan Hernandez,
candidato del oficialista Partido Nacional. ¿Por qué cree que la
intención de voto a LIBRE se encuentra en ascenso –de 25 a 28%, según
Gallup-, y cae el candidato de Porfirio Lobo –de 23 a 18%, según la
misma fuente-? ¿Qué factores de la coyuntura política hondureña pueden
ayudar a explicar ambas tendencias?
-Existen muchos
factores que determinan este fenómeno en las encuestas. Encontramos en
ellas tendencias claras que se marcan cada vez más debido esencialmente
a las políticas impopulares que sigue imponiendo el gobierno de
Honduras desde el Congreso: así como la percepción de que nada de lo
que se legisla tiene más propósito que la campaña electoral del
oficialismo. Mientras nuestro argumento, concreto, apunta de forma
clara a la necesidad de cambiar Honduras desde una visión estructural.
Además, es evidente el vínculo indisoluble entre Juan Orlando Hernández
y Mauricio Villeda (este último del Partido Liberal golpista) con el
golpe de Estado, las violaciones a los derechos humanos y la calamidad
económica, social y de seguridad en que ha entrado el país en los
últimos 4 años. Para finalizar este apretado resumen, deberíamos
incluir la falta de transparencia de todos los que se beneficiaron del
Golpe de Estado Militar, algo que podemos afirmar ha minado seriamente
la credibilidad en el tradicionalismo político hondureño.
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Relacionado con lo anterior, tanto usted como Mel Zelaya –su pareja y
ex presidente de Honduras antes del Golpe de Estado de 2009- vienen
exigiendo la implementación del sistema de voto electrónico de cara a
las próximas elecciones, algo que ha recibido la negativa de Lobo. A su
vez, ustedes están exigiendo que organizaciones y movimientos de todo
el continente puedan participar como veedores de la elección. ¿Teme un
enrarecimiento del clima electoral de acá en más? ¿Cómo se evita un
posible fraude contra LIBRE en las elecciones de noviembre?
-En general nosotros no nos detenemos a hablar de fraude; han sido los
propios miembros de los partidos tradicionales, en especial el de Lobo,
quienes han denunciado un “fraude colosal” en las elecciones internas y
primarias de 2012. Cierto es que el sistema electoral hondureño es poco
confiable y, en aras de hacer un proceso creíble para toda nuestra
sociedad, hemos pedido y apoyado iniciativas para implementar mejoras
en la manipulación de los resultados. Pero somos conscientes de que las
posibilidades de que esto suceda son remotas, ya que todo el andamiaje
del estado opera en la más absoluta impunidad desde el Golpe de Estado
Militar de 2009.
Estamos convencidos de que estas elecciones
serán las más vigiladas de nuestra historia; por eso es importante
contar con todo el acompañamiento y la observación internacional
posibles; no debemos olvidar que en este proceso se juegan la
estabilidad de la democracia en el continente. Nosotros estamos
haciendo nuestra tarea, y ya hemos organizado más de veinte mil
colectivos a nivel nacional, y posiblemente alcancemos los treinta mil
en el proceso de vigilancia militante y defensa del voto. Será
complicadísimo para ellos sustentar un fraude, a pesar de contar con
cientos de millones de dólares para ese fin.
- En el plano
interno, ¿Cuáles son las principales medidas que tiene previsto
desplegar de cara a la situación económica que vive el país, tras una
fuerte caída en el ingreso de divisas por exportaciones? ¿Tiene pensado
fortalecer la inversión pública en ámbitos como la salud, la educación
y la vivienda? ¿Cómo se sale de la actual situación económica que vive
Honduras?
- Este es un problema central: Honduras, en el
aspecto económico, es un país muy pobre, con problemas de país rico. La
aplicación irracional de medidas de profundización neoliberal en el
país ha tenido resultados funestos. Hoy, la deuda pública tiene
postrado al país, y ya es una amenaza terrible para el nuevo gobierno.
La deuda interna ha sido contratada a corto plazo y a intereses
comerciales, por lo que muchos acreedores estarán prestos a exigir pago
del nuevo gobierno.
Por otro lado, el deterioro en el aspecto
social es dramático; según sus propias cifras, para finales de 2012 la
pobreza había aumentado en 10%. Es decir, destruyeron todo lo que
habíamos avanzado en la administración del presidente Zelaya. Ahora
estamos en la obligación de adoptar medidas claras y contundentes para
echar la economía a andar, enfocarnos en la producción, que ha de
generar muchos empleos, y legislar de tal manera que la aceleración del
proceso productivo genere beneficios directos a la población, mientras
el estado establece mecanismos de apoyo que alivien las desventajas que
se encuentran en el bajo poder adquisitivo de nuestro pueblo.
Tenemos, sobre todo, el desafío de que los sectores empresariales
acepten el reto de invertir en Honduras, de trabajar junto a nosotros,
el pueblo, en la resolución de problemas inmediatos como la soberanía
alimentaria, la construcción de un sistema educativo público de primer
nivel y un sistema de salud de alta calidad que dé cobertura a todos
los hondureños. Desarrollaremos sistemas de economía social, que
posibiliten la salida paulatina de la pobreza de millones de personas,
que deben incorporarse a la vida económica del país. Nuestro principal
reto radica en la construcción de soluciones realistas y viables
basadas en la nuestra realidad nacional. Ya no debemos copiar modelos,
ni aceptar la imposición desde fuera, eso solo nos sometería al
desmembramiento total de nuestra nación.
- Tras el golpe
de Estado de 2009, Honduras salió de la Alianza Bolivariana para los
pueblos de Nuestra América (ALBA). De ese tiempo a esta parte, además,
UNASUR y CELAC tomaron gran dimensión en términos regionales. ¿De
llegar a la presidencia de Honduras, cuál va a ser la política
internacional que piensa desplegar?
- Nuestro
planteamiento en política exterior ha sido muy coherente y claro para
todo el mundo. Nosotros somos un país soberano y así ha de ser nuestra
política exterior, fiel al respeto del principio de autodeterminación
de los pueblos y a las leyes internacionales. Rechazamos con vehemencia
la guerra, pues somos el producto de un proceso revolucionario
pacifico, sin manchas, por eso condenamos la agresión o la injerencia
extranjera contra cualquier nación del mundo.
Nuestra postura
a favor de la integración de la América Latina y el Caribe es
inclaudicable e irrenunciable. Planteamos el fortalecimiento del
Sistema de Integración Centroamericano (SICA), y aportaremos toda
nuestra energía y empeño para la consolidación de la CELAC. En el tema
del ALBA, es una decisión acertada para aquel momento que ya había
tomado el presidente Zelaya, y que el gobierno de facto denunció
rompiendo el tratado: ahora Honduras esta fuera del ALBA.
Apoyamos todas las formas regionales de integración, siempre que estas
no tengan la intención de aislar a alguno de nosotros del resto de
países. Apoyamos firmemente a UNASUR, al MERCOSUR y a la región
económica propuesta por PETROCARIBE, iniciativa nuestra, que sigue
siendo de nuestro pueblo, por mucho que otros imposten y engañen para
aprovecharse cínicamente de la solidaridad de nuestros hermanos, misma
que muchas veces atacaron con furia demencial.
Juan Manuel Karg es Licenciado en Ciencia Política, Universidad de Buenos Aires
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
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