Familias productoras de granos básicos hacen un fuerte llamado al gobierno
La Alianza “Semillas de
Identidad”, conformada por seis redes nacionales[1] y más de 35 mil
familias productoras de granos básicos, presentó una solicitud al
gobierno de Nicaragua para que no ceda ante las presiones de las
empresas agroindustriales, que pretenden introducir semillas
transgénicas para el establecimiento de cultivos o fines experimentales,
de investigación y comercio.
Según el Censo Agropecuario del 2012, en Nicaragua existen casi 240 mil productores, el 90 por ciento de los cuales son pequeños y medianos, poseen el 67 por ciento de las tierras cultivables y producen el 91 por ciento de la producción de maíz y el 82 por ciento del frijol.
Son ellos que alimentan a Nicaragua.
Desde que en el 2006 se lanzó la Campaña “Semillas de Identidad”, las organizaciones, redes y grupos que la integran lograron identificar 141 variedades criollas de frijol, 127 de maíz, 38 de sorgo y 9 de arroz.
También se han creado más de 400 bancos comunitarios de semillas criollas de propiedad colectiva, que permiten a miles de familias campesinas tener acceso a este impresionante patrimonio genético.
OGM: nada más que un gran negocio. En defensa de las semillas criollas
Ante las fuertes presiones ejercidas por las empresas agroindustriales para que el gobierno apruebe la introducción de semillas transgénicas, la Alianza “Semillas de Identidad” alertó sobre el peligro de contaminación genética que afectaría gravemente las variedades criollas y acriolladas.
“Hoy más que nunca estamos comprometidos con la defensa de nuestras semillas criollas y acriolladas”, dijo Carlos Vidal Tenorio, del Programa Campesino a Campesino (PCaC).
Según él, diferentes estudios ya han demostrado que los cultivos transgénicos no sólo no son más productivos que los cultivos tradicionales, sino que son adictos a los agrotóxicos, generan problemas de salud, contaminación y erosión genética.
Además, como las semillas transgénicas están patentadas por las grandes trasnacionales, los productores no podrán ni guardarlas, ni sembrarlas nuevamente sin pagar una licencia.
“Todo esto nos traería más dependencia, pérdida del patrimonio nacional y contaminación ambiental. Vamos a crear un frente de lucha contra la introducción de transgénicos al país”, indicó Vidal Tenorio.
También para Mayra Flores de la Red GPAE y Blanca Landero del MAONIC es importante pronunciarse para que el patrimonio genético de Nicaragua se cuide y se defienda.
“Debemos seguir impulsando la agroecología, defendiendo nuestras semillas autóctonas, sumando a más familias productoras, oponiéndonos a la introducción de cualquier tipo de transgénicos. Y queremos que nuestro gobierno nos escuche y nos apoye”, dijeron las dos productoras.
Ante este peligro inminente y basada en los principios de “prevención” y “precaución”, la Alianza “Semillas de Identidad” solicitó al actual gobierno no permitir la introducción de cultivos transgénicos, al tiempo que instó a estar alerta ante “la falsa propaganda y promesas engañosas de las grandes multinacionales”.
También pidió que ante las solicitudes de empresas privadas de introducir cultivos transgénicos, las autoridades se apeguen a los procedimientos establecidos por la Ley 705 o Ley de Bioseguridad[2].
Desafortunadamente, esta ley, la más avanzada de la región centroamericana en el control y regulación de OGM, nunca ha sido reglamentada. Esto limita enormemente su aplicación.
Finalmente, la Alianza solicitó “fortalecer las capacidades administrativa y técnicas de las autoridades competentes para revisar, analizar y determinar los riesgos asociados a especies transgénicas”, así como “defender los derechos de la agricultura familiar y la preservación del patrimonio genético nacional”.
Notas
[1] Centro Humboldt, Grupo de Interés por la Soberanía y Seguridad Alimentaria y Nutricional (GISSAN), Liga de Defensa del Consumidor de Nicaragua (LIDECONIC), Movimiento de Productoras y Productores Agroecológico y Orgánico (MAONIC), Programa Campesino a Campesino (PCaC), Red de Promoción de la Agroecología (GPAE)
[2] “Ley Sobre Prevención de Riesgos Provenientes de Organismos Vivos Modificados por Medio de Biotecnología Molecular".
Fuente: http://nicaraguaymasespanol. blogspot.com/2017/02/no-la- aprobacion-de-semillas.html
Según el Censo Agropecuario del 2012, en Nicaragua existen casi 240 mil productores, el 90 por ciento de los cuales son pequeños y medianos, poseen el 67 por ciento de las tierras cultivables y producen el 91 por ciento de la producción de maíz y el 82 por ciento del frijol.
Son ellos que alimentan a Nicaragua.
Desde que en el 2006 se lanzó la Campaña “Semillas de Identidad”, las organizaciones, redes y grupos que la integran lograron identificar 141 variedades criollas de frijol, 127 de maíz, 38 de sorgo y 9 de arroz.
También se han creado más de 400 bancos comunitarios de semillas criollas de propiedad colectiva, que permiten a miles de familias campesinas tener acceso a este impresionante patrimonio genético.
OGM: nada más que un gran negocio. En defensa de las semillas criollas
Ante las fuertes presiones ejercidas por las empresas agroindustriales para que el gobierno apruebe la introducción de semillas transgénicas, la Alianza “Semillas de Identidad” alertó sobre el peligro de contaminación genética que afectaría gravemente las variedades criollas y acriolladas.
“Hoy más que nunca estamos comprometidos con la defensa de nuestras semillas criollas y acriolladas”, dijo Carlos Vidal Tenorio, del Programa Campesino a Campesino (PCaC).
Según él, diferentes estudios ya han demostrado que los cultivos transgénicos no sólo no son más productivos que los cultivos tradicionales, sino que son adictos a los agrotóxicos, generan problemas de salud, contaminación y erosión genética.
Además, como las semillas transgénicas están patentadas por las grandes trasnacionales, los productores no podrán ni guardarlas, ni sembrarlas nuevamente sin pagar una licencia.
“Todo esto nos traería más dependencia, pérdida del patrimonio nacional y contaminación ambiental. Vamos a crear un frente de lucha contra la introducción de transgénicos al país”, indicó Vidal Tenorio.
También para Mayra Flores de la Red GPAE y Blanca Landero del MAONIC es importante pronunciarse para que el patrimonio genético de Nicaragua se cuide y se defienda.
“Debemos seguir impulsando la agroecología, defendiendo nuestras semillas autóctonas, sumando a más familias productoras, oponiéndonos a la introducción de cualquier tipo de transgénicos. Y queremos que nuestro gobierno nos escuche y nos apoye”, dijeron las dos productoras.
Ante este peligro inminente y basada en los principios de “prevención” y “precaución”, la Alianza “Semillas de Identidad” solicitó al actual gobierno no permitir la introducción de cultivos transgénicos, al tiempo que instó a estar alerta ante “la falsa propaganda y promesas engañosas de las grandes multinacionales”.
También pidió que ante las solicitudes de empresas privadas de introducir cultivos transgénicos, las autoridades se apeguen a los procedimientos establecidos por la Ley 705 o Ley de Bioseguridad[2].
Desafortunadamente, esta ley, la más avanzada de la región centroamericana en el control y regulación de OGM, nunca ha sido reglamentada. Esto limita enormemente su aplicación.
Finalmente, la Alianza solicitó “fortalecer las capacidades administrativa y técnicas de las autoridades competentes para revisar, analizar y determinar los riesgos asociados a especies transgénicas”, así como “defender los derechos de la agricultura familiar y la preservación del patrimonio genético nacional”.
Notas
[1] Centro Humboldt, Grupo de Interés por la Soberanía y Seguridad Alimentaria y Nutricional (GISSAN), Liga de Defensa del Consumidor de Nicaragua (LIDECONIC), Movimiento de Productoras y Productores Agroecológico y Orgánico (MAONIC), Programa Campesino a Campesino (PCaC), Red de Promoción de la Agroecología (GPAE)
[2] “Ley Sobre Prevención de Riesgos Provenientes de Organismos Vivos Modificados por Medio de Biotecnología Molecular".
Fuente: http://nicaraguaymasespanol.
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