Personajes como el expresidente colombiano Álvaro Uribe, quien construyó a pulso una reputación de “duro” frente a la guerrilla de las FARC y considera que los acuerdos de paz con ese grupo insurgente son un proyecto del “castrochavismo” para instalarse en su país, ven a Trump como una oportunidad para recuperar el terreno que su ideario conservador y militarista perdió en la región durante los ocho años de Barack Obama –un liberal pragmático que pertenece a una minoría racial– en la presidencia de Estados Unidos.

Horas después de las elecciones del martes 8 en Estados Unidos, Uribe envió a Trump un tuit que exhibe un oportunismo un servilismo político tan extremos, que avergonzó incluso a varios seguidores del exmandatario.
“Felicitaciones Presidente Trump; el narcoterrorismo de Colombia y la tiranía de Venezuela son los grandes enemigos de nuestra democracia”, escribió Uribe en su cuenta de Twitter.

El exmandatario y actual senador dijo además a periodistas que entre las prioridades de América Latina sobresalen dos: la “dañina dictadura de Venezuela” y “la necesidad de superar el narcoterrorismo en Colombia”.
Es decir, en el diagnóstico de este connotado integrante de la derecha latinoamericana, la superación de la pobreza, el desempleo, la crisis económica, la violencia, la criminalidad, la corrupción y las violaciones a los derechos humanos está por debajo del objetivo de deshacerse de la “dictadura” de Venezuela y del “narcoterrorismo” en Colombia.
Para Uribe, desde luego, “narcoterrorismo” es sinónimo de FARC, una guerrilla que ya lleva un año y cuatro meses en cese del fuego.
Y Uribe no es una voz solitaria en la región. Forma parte de un grupo de exmandatarios conservadores iberoamericanos –como Jorge Quiroga, de Bolivia, y el español José María Aznar– que han hecho oposición desde hace años al régimen chavista que gobierna Venezuela y que han criticado el proceso de normalización diplomática y comercial de Estados Unidos con Cuba.
De hecho, según el diario español La Vanguardia, el triunfo de Trump fortalece a Aznar porque “regresa ahora” como el principal enlace en España con el Partido Republicano.

Aznar ya felicitó a Trump y expresó su deseo de que el periodo que se iniciará con el gobierno del republicano “sea
una etapa de esperanza” para “la democracia, la libertad y la prosperidad”.
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