Sus lágrimas frente a las cámaras de televisión, cuando hizo referencia a los asesinatos masivos que se han llevado a cabo en Estados Unidos, entre otros motivos, por él, como presidente, no haber podido controlar la situación, algunos dicen que estaban escritas en el documento que leyó, al igual que en algunos discursos aparecen notas SEÑALAR AL CIELO, SONREIR, PARAR PARA PROVOCAR APLAUSOS, en este decía SECARSE LAS LAGRIMAS.
Todo lo que Obama propuso ahora, podía haberlo propuesto al ocupar la presidencia y si en definitiva esas medidas hubieran sido efectivas, el presidente hubiera evitado la muerte de cientos de ciudadanos estadounidenses.
Si Obama va a llorar en el discurso sobre el Estado de la Unión, cada vez que hable sobre algo que Estados Unidos está haciendo mal, los aguaceros de ayer en la Habana se van a quedar chiquitos.
Debe llorar cuando hable de los 41 millones de estadounidenses que viven por debajo de la línea de la pobreza, de los cinco millones de niños que no tienen hogar ni asegurada su alimentación, de la cárcel de Guantánamo donde se trata de forma inhumana a los prisioneros que ni tan siquiera han sido juzgados por delito alguno, de las violaciones a los derechos humanos que diariamente comenten las tropas estadounidenses en ultramar, por la represión policial contra negros y latinos, por la injerencia en los asuntos internos de otros países, destacándose Venezuela, Argentina y Cuba para señalar solamente los de América Latina, por el estado de la economía, que a pesar de todos los anuncios, está al borde del precipicio, de los inmigrantes que mueren diariamente como consecuencia de la política migratoria de Estados Unidos.
Un poco tarde para llorar, después de haber tenido ocho años para resolver esos asuntos y que se encuentren igual o peor que antes.
12 de enero 2016.
- Dr. Néstor García Iturbe es editor del boletín electrónico El Heraldo (Cuba) sarahnes@cubarte.cult.cu
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