Sin embargo, no debemos esperar que esa bravuconada, termine allí. Indudablemente, el Imperio necesita una guerra más para poder balancear su gran déficit financiero, de tal manera que sus stocks de armas están sin ser rotados a la velocidad a que han estado acostumbrados lo que equivaldría a pérdidas por el costo de oportunidad que los pondrían al borde de una verdadera quiebra.
Por supuesto, la sociedad gringa no desaparecerá en lo económico de la noche a la mañana. Es una economía demasiado grande para hacerlo de esa manera. No obstante,para mantener su ritmo de consumo y dinámica tienen que agenciarse a la fuerza ahora de nuevos recursos energéticos, naturales y humanos pues, los indicios de su detrimento han empezado a ser más plausibles: el paro es mayor hoy, las manifestaciones en contra de su gobierno más continuas, el rechazo internacional a su forma de proceder es innegable.
Esta guerra implica un respiro para el Imperio, una oportunidad para desaparecer a grandes contingentes poblacionales de extensas zonas del planeta los cuales vendrán a ocuparlos ciudadanos de segunda y tercera categoría que hoy están en su territorio como los negros y los inmigrantes latinos a quienes dispondrán como mano de obra barata en sus futuras instalaciones donde ubicarán nuevas fábricas. "El capital no tiene patria".
Así pues, esta guerra es el inicio de un conflicto más a largo plazo donde se desharán de ese excedente armamentista, podrán sanear su economía en base a la fabricación de nuevas armas y a reflotar su poderío a costa de la muerte y la ruina de pueblos enteros. Esa es la nueva visión que el Imperio tiene para seguir dominando el planeta. No obstante, saben que los pueblos opondrán una dura resistencia donde existen buenas probabilidades que triunfen. Por lo que hoy el Imperio se juega su propia existencia. De ahí que no tengan el menor impedimento para demostrar su cinismo e irracionalidad.
Por todo lo anterior, cristianos y ateos, musulmanes y judíos, coptos y ortodoxos, todo ser humano de buen corazón y amante de la vida y el planeta nos debemos oponer a esta locura.
¡Todos por Siria!
Lic. Carlos Maldonado
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