El
presidente boliviano, Evo Morales, se ha convertido en una nueva espina
clavada en la garganta del jefe del régimen norteamericano, Barack
Obama, que no deja de pincharle al actual inquilino de la Casa Blanca,
por su política agresiva e intervencionista en América Latina y el
mundo.
Bautizado como el Gran Jefe Indio Latinoamericano, Morales no pierde
una sola oportunidad para acusar a Obama por su permanente conducta
amenazante, subversiva y por fomentar las embestidas y agresiones
militares contra los pueblos de este planeta, especialmente aquellos
que son antiimperialistas, y por cierto, cada día más numerosos.
Entre las más recientes expresiones del mandatario boliviano
referidas a su similar norteamericano, figura la hecha este jueves en
Venezuela, donde lamentó que el Comité del Premio Nobel de la Paz le
otorgará esa controvertida y manipulada distinción a quien solo es
merecedor del Premio Nobel de la Guerra.
El líder la Pachamama (Madre Tierra) subrayó que desde que el jefe
de Washington asumió el poder han proliferado las intervenciones de
rapiña y los conflictos castrenses, ejemplificando los escenificados
en Afganistán, Irak, Libia y ahora el de Siria.
En diferentes declaraciones a la prensa, tanto en el actual 68
Periodo de Sesiones de la Asamblea General de la ONU que se desarrolla
en Nueva York, como en otras anteriores en La Paz, Morales ha reiterado
que el primer dignatario de la administración norteamericana se ha
creído que es el dueño del mundo, y evidentemente está equivocado.
Igualmente ha propuesto que Obama sea juzgado internacionalmente por
delitos de lesa humanidad, y lo ha denominado un “pirata” de aviones
presidenciales, al impedirle a Jefes de Estado que sobrevuelen con sus
aviones ejecutivos espacios aéreos de diferentes naciones.
El Gran Jefe Indio Latinoamericano identificó además al ocupante de
la Casa Blanca como el único responsable de la agresión de que él fue
blanco, cuando en julio pasado se le prohibió sobrevolar por España,
Italia, Francia y Portugal, y se puso irresponsablemente en riesgo su
vida.
De otro lado, los Movimientos Sociales en Bolivia y otras
organizaciones, han demandando una y otra vez que la embajada de
Estados Unidos en La Paz debe ser cerrada definitivamente, debido a sus
cotidianas actividades sediciosas adversas a esta nación andina.
Las repetidas acusaciones de Morales contra Obama y la petición de
la sociedad boliviana mantienen a los representantes norteamericanos en
la Pachamama con “los bultos preparados” desde hace algún tiempo,
porque no descartan que en cualquier momento todos sean expulsados.
De hecho, ya algunos han partido de La Paz por temor a que sean
reveladas sus conocidas acciones de subversión contra el ejecutivo y el
pueblo bolivianos.
Por su parte, el Premio Nobel de la Guerra estadounidense se
mantiene enmudecido, quizás por la nueva espina que tiene clavada en su
garganta en la que se ha convertido Morales, líder indiscutible
indígena de la Patria Grande.
El
presidente boliviano, Evo Morales, se ha convertido en una nueva espina
clavada en la garganta del jefe del régimen norteamericano, Barack
Obama, que no deja de pincharle al actual inquilino de la Casa Blanca,
por su política agresiva e intervencionista en América Latina y el
mundo.
Bautizado
como el Gran Jefe Indio Latinoamericano, Morales no pierde una sola
oportunidad para acusar a Obama por su permanente conducta amenazante,
subversiva y por fomentar las embestidas y agresiones militares contra
los pueblos de este planeta, especialmente aquellos que son
antiimperialistas, y por cierto, cada día más numerosos.
Entre
las más recientes expresiones del mandatario boliviano referidas a su
similar norteamericano, figura la hecha este jueves en Venezuela, donde
lamentó que el Comité del Premio Nobel de la Paz le otorgará esa
controvertida y manipulada distinción a quien solo es merecedor del
Premio Nobel de la Guerra.
El
líder la Pachamama (Madre Tierra) subrayó que desde que el jefe de
Washington asumió el poder han proliferado las intervenciones de
rapiña y los conflictos castrenses, ejemplificando los escenificados
en Afganistán, Irak, Libia y ahora el de Siria.
En
diferentes declaraciones a la prensa, tanto en el actual 68 Periodo de
Sesiones de la Asamblea General de la ONU que se desarrolla en Nueva
York, como en otras anteriores en La Paz, Morales ha reiterado que el
primer dignatario de la administración norteamericana se ha creído que
es el dueño del mundo, y evidentemente está equivocado.
Igualmente
ha propuesto que Obama sea juzgado internacionalmente por delitos de
lesa humanidad, y lo ha denominado un “pirata” de aviones
presidenciales, al impedirle a Jefes de Estado que sobrevuelen con sus
aviones ejecutivos espacios aéreos de diferentes naciones.
El
Gran Jefe Indio Latinoamericano identificó además al ocupante de la
Casa Blanca como el único responsable de la agresión de que él fue
blanco, cuando en julio pasado se le prohibió sobrevolar por España,
Italia, Francia y Portugal, y se puso irresponsablemente en riesgo su
vida.
De
otro lado, los Movimientos Sociales en Bolivia y otras organizaciones,
han demandando una y otra vez que la embajada de Estados Unidos en La
Paz debe ser cerrada definitivamente, debido a sus cotidianas
actividades sediciosas adversas a esta nación andina.
Las
repetidas acusaciones de Morales contra Obama y la petición de la
sociedad boliviana mantienen a los representantes norteamericanos en la
Pachamama con “los bultos preparados” desde hace algún tiempo, porque
no descartan que en cualquier momento todos sean expulsados.
De
hecho, ya algunos han partido de La Paz por temor a que sean reveladas
sus conocidas acciones de subversión contra el ejecutivo y el pueblo
bolivianos.
Por
su parte, el Premio Nobel de la Guerra estadounidense se mantiene
enmudecido, quizás por la nueva espina que tiene clavada en su garganta
en la que se ha convertido Morales, líder indiscutible indígena de la
Patria Grande
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