Página 12
El secretario de Estado John Kerry le dictó a Siria un plazo de
siete días para proporcionar su inventario de armas químicas. Ninguna
ley o resolución de las Naciones Unidas establece un plazo tan
perentorio para ello –el lapso normal se estima en 60 días–, pero
Damasco causó el asombro de Washington: proporcionó la lista requerida
un día antes de su vencimiento (www.mcclatchydc.com, 20-9-13). También dejó mal parado a Moscú: Putin había expresado su desconfianza en que esto fuera posible.
Los funcionarios estadounidenses que cotejaron los datos pertinentes
brindados por la Organización para la prohibición de las armas químicas
(OPAQ) señalaron que la relación presentada por el gobierno de Bashar
al Assad es “sorprendentemente completa” (//edition.cnn.com,
21-9-13). La OPAQ tiene su sede en los Países Bajos y está encargada de
la aplicación de la Convención de la ONU sobre la prohibición del
desarrollo, producción, almacenaje y uso de armas químicas y sobre su
destrucción, vigente desde abril de 1997.
Estas presiones a Siria del Este y del Oeste no disimulan hechos
manifiestos de los que las ejercen. EE.UU. incumplió la meta fijada para
2012 por la Convención que le imponía destruir lo que resta de su
propio arsenal de armas químicas, y nunca apuró a Israel, su gran aliado
de Medio Oriente, para que ratificara dicho tratado, que firmó en 1993;
la sola firma no lo convierte en Estado Parte vinculante. Washington
acabó con el 90 por ciento de su arsenal químico declarado cuando firmó
la Convención en 1993, pero aún posee unas 3000 toneladas de esas armas
que sigue almacenando. Rusia, por su parte, liquidó el 60 por ciento de
sus reservas, pero todavía conserva unas 16.000 toneladas, según
estimaciones de la OPAQ (www.washingtonpost.com, 22-9-13). Haced lo que yo digo, pero no lo que yo hago.
Se podrá aducir que ni Washington ni Moscú hacen uso de esas armas,
pero aún se recuerda que cuando Irak invadió a Irán en los años ’80,
Saddam Hussein las empleó a gusto abastecido por EE.UU. Por otra parte,
estos retrasos de las dos grandes potencias en terminar con sus
respectivos arsenales químicos aseguran la cobertura y el silencio de
Israel sobre sus armas químicas y nucleares. Shlomo Aronson, profesor de
Ciencias Políticas en la Universidad Hebrea y experto en armas
nucleares israelíes, señaló que “la razón por la que Israel no hace
público el hecho de que tiene armas nucleares y químicas es porque así
se asegura de que no entren en el discurso público, mientras que sus
vecinos se dan por enterados de que atacarnos tendría un precio muy
alto” (www.abc.es, 17-9-13). De los 183 países que firmaron la Convención, sólo Israel y Myanmar no la ratificaron.
Obama no ha perdido las ganas de atacar a Siria, aunque la propuesta
rusa inició un paréntesis diplomático. Ese fue uno de los ejes del
discurso que pronunció el martes pasado en la sesión inaugural de la 68ª
Asamblea General de la ONU que tiene lugar en Nueva York: el mandatario
estadounidense demandó que el organismo internacional apruebe una
resolución que autorice el uso de la intervención militar en Siria si su
desarme químico no se concreta (www.washingtontimes.com,
24-9-13). De hecho, este mes han fracasado ya tres intentos de
resolución del Consejo de Seguridad de la ONU en razón del veto de China
y Rusia a que tal exigencia se incluyera (www.reuters.com, 24-9-13).
El Premio Nobel de la Paz 2009 no se privó de ensalzar las guerras
que su país ha desatado. En su discurso, se jactó de que “EE.UU. es
excepcional, en parte porque hemos mostrado la voluntad, sacrificando
sangre y reservas, de luchar no sólo por nuestros propios intereses,
sino por los intereses de todos”. Aunque el uso del adjetivo
“excepcional” podría tal vez aludir a Rusia, más bien parece dirigido a
la opinión pública estadounidense, pues aumenta su rechazo a una guerra
contra Al Assad. La encuesta más reciente de CBS News/The New York Times
revela que el 68 por ciento de los entrevistados opinó que EE.UU. no
tiene responsabilidad alguna que atender en Siria (www.cbsnews.com, 24-9-13).
El primer ministro francés, François Hollande, se mostró como un
excelente escudero de Obama. Justificó la necesidad de incluir el tema
de la intervención armada en Siria afirmando que la falta de acción ha
permitido que los grupos terroristas se aprovechen de “la inercia de la
comunidad internacional” para imponerse sobre la oposición moderada
(EFE, 24-9-13). Olvidó mencionar que EE.UU. y sus aliados Turquía y
Arabia Saudita se han ocupado de abastecer de armas y equipos
precisamente a esos terroristas.
“¿Dónde encontrar un hombre que ha olvidado las palabras? Me
gustaría conversar con él”, dijo el filósofo chino Zhuang Zhou en el
siglo IV antes de Cristo. Hollande, como tantos otros “olvidadizos” de
hoy, hubiera sido su hombre.
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