Ángel Guerra Cabrera
En
una grave actitud delictiva, las autoridades de varios países europeos
impidieron la libre circulación en su espacio aéreo del presidente de
Bolivia, Evo Morales, lo que fue equivalente a un secuestro. El avión
del mandatario, en peligro de agotar el combustible en vuelo, se vio
forzado a un aterrizaje de emergencia en Viena, donde Evo debió
permanecer 14 horas como un virtual rehén de la pax americana
que se pretende imponer en todo el planeta desde el 11/S. Aunque Barak
Obama ha superado a su antecesor en la construcción de un Estado
policial y militarizado a escala mundial.
Un avión presidencial se considera territorio soberano del país
según el derecho internacional consuetudinario. Por eso la prohibición
de Francia, Portugal e Italia a volar sobre su territorio o aterrizar
el avión donde viajaba el presidente boliviano es un hecho doblemente
criminal, discriminatorio y violatorio del derecho internacional.
Estos gobiernos intentaron escudar al principio su conducta
delictiva tras burdas mentiras a las autoridades bolivianas y a los
medios, pero el mundo entero sabe que detrás está la imbecilidad de
creer que el avión del presidente podía llevar a bordo al ex miembro de
los servicios de espionaje yanquis Edward Snowden, y el pánico a la
posible reacción de Estados Unidos. Hecho confirmado cuando François
Hollande afirmó que Francia autorizó el sobrevuelo después de
cerciorarse de que el ex espía no iba en el avión.
Cual diligente sargento de la Guardia Civil en busca del temible
Snowden, el embajador del Estado español en Viena tuvo la osadía,
firmemente rechazada por Evo, de intentar subir al avión antes de que
por fin Madrid reconfirmara el permiso de aterrizaje. No es ocioso
recordar que estos países fueron cómplices de los ilegales vuelos de la
CIA a conciencia de que sus secuestrados pasajeros serían objeto de
torturas. Actúan igual que el ladrón, que juzga a todos según su
condición.
El gobierno de Obama ha montado una histérica y patética persecución
internacional a Snowden, quien horrorizado por la gran escala y
extensión del programa de espionaje masivo PRISM contra sus
compatriotas y la grosera violación que constituye de la Constitución
estadunidense, decidió, con riego grave para su vida, darlas a conocer
al mundo. Snowden también ha denunciado y documentado extensas y
sistemáticas acciones de espionaje estadunidense contra China, Rusia,
los países del G-20, México y la Unión Europea, supuesta aliada de
Washington. Son incalificables los intentos de Obama, Kerry y otros
funcionarios yanquis de restar importancia a esta monstruosidad, como
si fuera lo más normal del mundo, al igual que su banalización por los
pulpos mediáticos. Ergo, CNN, Fox, Televisa, sus pares y los diarios de la Sociedad Interamericana de Prensa.
El
secuestro del presidente boliviano por gobiernos que tanto presumen de
respetar los derechos humanos y el estado de derecho demuestra que con
tal de complacer a Washington, son capaces no sólo de violar la ley
sino de poner en riesgo mortal a un mandatario latinoamericano y sus
acompañantes. Este pudo haber sido el desenlace, de no ser por la
autorización de Austria al aterrizaje de emergencia en Viena.
Lloviendo sobre mojado, otra vez se pone de relieve la visión
colonialista y racista respecto a los pueblos de América Latina y el
Caribe –y, en general, de las ex colonias–, que continúa predominando
en las elites y los gobiernos de Europa. Su visión del mundo es cada
vez más mediocre, reaccionaria y supeditada a los dictados de Estados
Unidos, del cual se han convertido en colonias de facto. Al
parecer el papel de socios de menor categoría de la Roma actual en que
los ha colocado el masivo espionaje a que los someten sus
amigosestadunidenses los ha hecho más obsecuentes en su vasallaje. Al menos, mientras no demuestren lo contrario.
En contraste, la reacción de indignación de los ciudadanos de muchos
países europeos contra la bochornosa acción de sus gobiernos, fue lo
que logró que a la postre el avión presidencial boliviano recibiera la
autorización para volar. Al punto que varios gobiernos se vieron
forzados a dar explicaciones cantinflescas y hasta a negar que hubieran
impedido el vuelo de la nave.
Pero la más dura reacción fue en América Latina, donde el aluvión de
protestas no se hizo esperar en las llamadas redes sociales, así como
la inmediata y dura condena de los gobiernos de Argentina Ecuador,
Venezuela, Nicaragua y Cuba. Reunión de Unasur en puertas.
Twitter: @aguerraguerra
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