Barack Obama y Mitt Romney luchan por el máximo cargo en
EE.UU. Sin embargo, el movimiento Ocupa Wall Street cree que la élite
financiera será la vencedora en estas elecciones, gracias a sus
millonarios aportes en la campaña.
La Radio del Sur/RT
En medio de la crisis económica, la actual campaña presidencial de
Estados Unidos sería una de las más caras de la historia. Y las
organizaciones, que la financian son precisamente las que llevaron al
país a la recesión, según denuncian los activistas de Ocupa Wall Street.
Antes de obtener el voto de los ciudadanos, los candidatos deben
pasar por otra peculiar carrera: la que tiene como objetivo ganar la
simpatía del denominado ’1%’, la élite que presta apoyo financiero a la
campaña. Según opinan los expertos, la participación de las empresas en
los fondos electorales está lejos de ser un gesto altruista Se reveló
que los ocho máximos patrocinadores de Mitt Romney son compañías
financieras de Wall Street.
Entre ellos figura la tristemente conocida Goldman Sachs. La carrera
electoral de Barack Obama está apoyada por los actores más importantes
del mundo informático: Microsoft y Google.
Todos ellos no dudan en arriesgar su dinero apostando por su
candidato a la Casa Blanca. Pero mientras este esquema político
sobreviva, puede ser que el voto de los directivos de las grandes
empresas, que en realidad orquestan la campaña electoral, tenga más
peso que el depositado en las urnas por la población.
“No importa por quién votemos, ganará Wall Street. Este es uno de
nuestros mensajes. Votando nos damos cuenta de todo el dinero que estas
corporaciones dan a los candidatos. Y no pueden ser objetivos cuando se
trata de los intereses de la gran mayoría”, señala Mark Bray,
coordinador del movimiento. El movimiento indignado Hace un año en
EE.UU. nació un grito indignado que se expandió por todo el mundo.
Millones de ciudadanos, que afirman estar cansados de pagar la deuda
de las multinacionales, salieron a las calles exigiendo cambios.
Se reunieron en el distrito financiero de Nueva York para protestar
contra la excesiva influencia de las grandes corporaciones sobre las
políticas de EE.UU., así como la corrupción y la injusta distribución
de la riqueza. La indignación que el año pasado sacó a la calle a los
activistas del movimiento Ocupa Wall Street fue ignorada por los
candidatos de ambos partidos mayoritarios.
Como no fueron escuchados entonces, ahora tampoco tienen la
esperanza de que sus demandas sean tomadas en cuenta en estas
elecciones donde, según confiesan, las opciones son escasas. Y los que
realmente ostentan el poder no necesitan que los elijan.
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