Muñoz señaló el carácter “popular y de clase que tiene el
proceso bolivariano. Un proyecto que se hace con, desde y para las
clases que nunca fueron parte de los proyectos políticos
tradicionales”, afirmó.
La Radio del Sur / AVN
De visita en Caracas, el presidente del Partido de Izquierda de
Chile (Paiz), Salvador Muñoz, precisó aspectos claves del proyecto
bolivariano a propósito del cambio estructural que desde hace más de un
año reclaman los estudiantes chilenos.
El primer punto señalado por Muñoz es el carácter “popular y de
clase que tiene el proceso bolivariano. Un proyecto que se hace con,
desde y para las clases que nunca fueron parte de los proyectos
políticos tradicionales”.
La segunda clave “es la vocación internacionalista del proceso”,
dijo el presidente de Paiz durante una entrevista con la Agencia
Venezolana de Noticias (AVN).
“Los problemas regionales se resuelven regionalmente”, explicó el
chileno tras destacar el ascenso de nuevos gobiernos en la región que
siguen la línea impulsada desde Caracas.
Advirtió que a pesar de los problemas comunes para el continente,
hay otros específicos que responden a “cómo se ha impuesto la
imposición del modelo económico neoliberal en cada país”.
En Chile, precisó, la tarea fundamental es “convertir el descontento
en un proyecto político” y en este punto el papel de los estudiantes
fue hacerle entender a la sociedad que las demandas no son sectoriales.
“El problema de la educación no se resuelve desde la educación, sino con la transformación del modelo económico”, agregó.
El objetivo principal de Paiz es “devolverle a Chile su soberanía,
secuestrada por la dictadura”, afirmó Muñoz luego de recordar que Chile
“es el único país del mundo que vive en democracia con una constitución
hecha en dictadura”.
El sistema político chileno, explicó el dirigente político, está
diseñado para que no surjan nuevos partidos y específicamente para que
no pueda transformarse nada sustancialmente.
Los partidos “permitidos”, recordó, fueron aquellos que pactaron
durante la transición y “entraron al juego con las reglas de la
dictadura”.
La demanda de una Constituyente como la realizada en Venezuela en
1999 es una de las banderas que alza la organización política
conformada en 2009.
“En la historia de Chile, nunca la Constitución ha sido emanada
desde la soberanía popular. Las constituciones han sido elaboradas por
clases oligarcas o pequeñoburguesas”, aclaró.
Esta minoría, en el caso de la carta marga actual (elaborada durante
la dictadura de Augusto Pinochet), estuvo inspirada en los
planteamientos del ideólogo del fascismo Carl Schmitt, los Chicago Boys
y bajo la supervisión del Opus Dei. Uno de sus redactores, el abogado
Jaime Guzmán se declaró abiertamente admirador de Francisco Franco.
Actualmente hay “menos trabajadores sindicalizados que los que había
en dictadura. Menos medios de comunicación que los que había en
dictadura. Menos partidos políticos que los que había en dictadura”.
Uno de los instrumentos más utilizados para tal desarticulación
social es la contaste invocación de la ley antiterrorista contra
sectores como los Mapuches y recientemente contra los estudiantes o las
protestas en Aysen.
“El ministro de Interior, el encargado de resguardar el orden
público y la seguridad del Estado, hizo su servicio militar en otro
país, por tanto, es militar de reserva de otro país, en este caso de
Israel”, recordó Muñoz.
El origen de la tentativa de desintegrar al movimiento organizado en
Chile, explicó Muñoz, tiene su origen en el pacto entre la derecha y la
Concertación durante la Transición a la democracia: Lo que se tranzó
entre ambas facciones fue anulación de la actividad de los movimientos
sociales y sindicales a cambio de participación en el gobierno.
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