Se
trata de un nuevo grupo policial de élite con formación militar, de
unos 200 miembros, asesorado por los carabineros chilenos y la policía
colombiana, y la propuesta será analizada la semana próxima.
Según el proyecto, esa fuerza de respuesta, que radicará en unidades militares, quedará subordinada a la Secretaría de Seguridad y en caso de guerra pasará a estar dirigida por el Departamento de Defensa.
Dina Meza, periodista y defensora de los DDHH en Honduras, en declaraciones a La Radio el Sur, informó que “esta acción corresponde a acciones que se ha planificado desde el Departamento de Estado de EEUU, para continuar el militarismo en Honduras y ejercer mayor control sobre una población que se encuentra en resistencia desde el golpe de Estado”.
Con relación al plan de seguridad y desarme para la región del bajo Aguán, velazquez expresó que “esta representa una nueva etapa para los campesinos que han reclamo el derecho a la tierra, y que han sido objeto de asesinatos, persecuciones, amenazas, es por ello que consideramos que son iniciativas para favorecer la impunidad en la zona del bajo Aguán para que los terratenientes puedan seguir reprimiendo a los campesinos”
El nuevo aparato represivo surge en momentos en que la policía es sometida a un proceso de depuración al confirmarse un alto grado de corrupción entre sus miembros, algunos vinculados a diversos delitos.
También se crea al calor de disposiciones gubernamentales para disminuir la incidencia del crimen, entre ellas la prohibición de que circulen dos hombres en una moto y una ley de escuchas de las comunicaciones telefónicas.
RNV
Según el proyecto, esa fuerza de respuesta, que radicará en unidades militares, quedará subordinada a la Secretaría de Seguridad y en caso de guerra pasará a estar dirigida por el Departamento de Defensa.
Dina Meza, periodista y defensora de los DDHH en Honduras, en declaraciones a La Radio el Sur, informó que “esta acción corresponde a acciones que se ha planificado desde el Departamento de Estado de EEUU, para continuar el militarismo en Honduras y ejercer mayor control sobre una población que se encuentra en resistencia desde el golpe de Estado”.
Con relación al plan de seguridad y desarme para la región del bajo Aguán, velazquez expresó que “esta representa una nueva etapa para los campesinos que han reclamo el derecho a la tierra, y que han sido objeto de asesinatos, persecuciones, amenazas, es por ello que consideramos que son iniciativas para favorecer la impunidad en la zona del bajo Aguán para que los terratenientes puedan seguir reprimiendo a los campesinos”
El nuevo aparato represivo surge en momentos en que la policía es sometida a un proceso de depuración al confirmarse un alto grado de corrupción entre sus miembros, algunos vinculados a diversos delitos.
También se crea al calor de disposiciones gubernamentales para disminuir la incidencia del crimen, entre ellas la prohibición de que circulen dos hombres en una moto y una ley de escuchas de las comunicaciones telefónicas.
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