De acuerdo con la Organización de Naciones Unidas, 99 por ciento de los fondos para la reconstrucción de la nación caribeña pasan por entidades públicas, quienes hasta la fecha solo desembolsaron 37,8 por ciento del total prometido.
El pasado año el monto entregado fue de 1,74 millones de dólares para actividades de reconstrucción, poco más de la tercera parte de la cantidad comprometida para el período 2010-2011, informó el texto.
Ante este panorama, la ONU recomendó que el flujo de la ayuda debe transitar por el gobierno haitiano, para poder asegurar en el menor tiempo la reconstrucción, el refuerzo de la institucionalidad, la creación de empleos y las mejoras de los servicios públicos.
Tras el sismo de enero de 2010, que provocó más de 300 mil muertes y la destrucción de la infraestructura nacional, las organizaciones internacionales recelaron de entregar la ayuda al Ejecutivo caribeño, ante temores de supuesta corrupción.
Haití vive una situación de crisis desde hace más de un año, cuando el terremoto dejó además dos millones de damnificados, de los cuales más de 680 mil residen aún en campamentos donde la situación es cada vez más crítica.
Según la Organización Internacional para las Migraciones la cuarta parte de los albergados fueron presionados para que abandonen las carpas y organismos de ayuda aseguran no dar abasto para conseguir viviendas para tantas personas.
La nación sufre además una epidemia de cólera que ya cobró más de cinco vidas y la Organización Panamericana de la Salud estima que el número puede triplicarse durante los meses venideros, como consecuencia de la temporada de lluvias.
En reuniones sostenidas en abril de 2011, el Consejo de Seguridad de la ONU reconoció la necesidad de alcanzar progresos rápidos y tangibles en el apoyo internacional como requisito para la estabilidad de Haití.
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