El laboratorio estadounidense de Los lamos, donde se lleva a cabo investigación clasificada sobre armas nucleares, permanece cerrado ante la proximidad de un incendio, en uno de los veranos más activos en fuegos forestales de los últimos años.
Los bomberos lograron contener hoy el fuego en las inmediaciones del laboratorio, que almacena depósitos de residuos radiactivos, pero el incendio sigue muy activo en otros frentes, que están devastando el norte de Nuevo México, informaron las autoridades.
Por el momento, este incendio -que, siguiendo la tradición estadounidense de poner nombre a las catástrofes, ha sido bautizado como “Las Conchas”- ha devorado desde el domingo unas 25.000 hectáreas.
Ayer, las autoridades decidieron evacuar la localidad de Los lamos, donde viven unas 12.000 personas, en previsión ante la posibilidad de que el fuego alcanzase la zona urbana.
El Laboratorio Nacional de Los lamos, donde se fabricaron y probaron las primeras bombas atómicas de Estados Unidos, es una de las instituciones científicas y de investigación más grandes del mundo.
En el laboratorio se llevan a cabo estudios e investigación que van desde la exploración espacial a la medicina, pasando por la seguridad nacional, las energías renovables, las supercomputadoras o la nanotecnología.
El presupuesto del laboratorio, que emplea a unas 10.000 personas, es de unos 2.200 millones de dólares anuales. Los lamos es, junto con el Laboratorio Nacional Lawrence Livermore, el único donde se hace investigación clasificada sobre el diseño de armas nucleares en Estados Unidos.
El laboratorio emitió hoy un comunicado en el que confirma que permanece cerrado pese a los esfuerzos de las unidades forestales por controlar el fuego mediante equipos humanos y avionetas.
Además, reconoce que en los últimos años se ha estado trabajando para ”reducir el material inflamable en el terreno”.
El subjefe del Cuerpo de Bomberos de ese condado, Mike Thompson, dijo al diario The Albuquerque Journal que las condiciones meteorológicas favorecieron durante la noche la labor de los bomberos.
“Dada la humedad, al menos pudimos llegar a algunas áreas para iniciar las tareas de contención”, añadió Thompson quien agregó que algunas zonas quemadas por el incendio “Cerro Grande” en mayo de 2000 están ardiendo nuevamente, aunque esas secciones “se quemarán rápidamente y no producirán brasas excesivas”.
El “Cerro Grande” arrasó casi 20.000 hectáreas y quemó cientos de casas en Los lamos.
Por su parte, Larry Luján, portavoz del Servicio Forestal, señaló a la emisora de la televisión local KOAT-TV que el incendio continúa propagándose, empujado por fuertes vientos.
El secretario de Agricultura de EE.UU, Tom Vilsack, visitará mañana Nuevo México y Arizona y recorrerá las regiones afectadas por los incendios forestales a fin de analizar, con las autoridades locales, las necesidad de ayuda para los productores agropecuarios.
Estados Unidos está viviendo uno de los veranos más intensos en cuanto a incendios forestales se refiere, especialmente en los estados del sur del país, donde la climatología es más árida.
De hecho, Nuevo México está sufriendo un segundo incendio durante estos días, a unos 100 kilómetros al este, en el Parque Nacional Santa Fe.
En el estado vecino de Arizona, en junio se han registrado tres fuertes incendios, que costaron a las arcas publicas unos 120 millones de dólares.
Uno de ellos, el llamado “Wallow”, se convirtió en el peor en la historia de Arizona, al arrasar 200.000 hectáreas forestales y destruir una treintena de viviendas.
En Florida, los bomberos y voluntarios lucharon la semana pasada para contener y extinguir 14 incendios en el condado de Palm Beach, una zona situada en el sur del estado, afectado por la sequía y donde en lo que va de año se han quemado unas 33.000 hectáreas.
Desde el pasado 1 de junio se han declarado unos 1.500 incendios que han consumido ya cerca de 81.000 hectáreas en todo el estado, según la División Forestal de Florida.
Según el sitio Wildfire Updates, promovido por un grupo privado, en la actualidad hay activos 53 incendios forestales no contenidos en doce estados del país, que han arrasado 567.000 hectáreas por el momento.
(Con información de EFE)
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