
La
misma de siempre, la que para nada le preocupa el bienestar de la gran
mayoría, la misma de la fallida intentona golpista en abril del 2002
contra el presidente Hugo Chávez, la misma recalcitrante y apátrida
derecha, lleva más de ocho meses, después que son mayoría parlamentaria,
haciendo hasta lo imposible para derrotar y acabar con la Revolución
Bolivariana en Venezuela.
En
los momentos actuales parece que Estados Unidos le ha vuelto a poner la
bota imperial en la nuca para presionarla y con aquel mismo enfado de
perro faldero, y esclavo que responde a su amo, cargar la mano rumbo al
golpismo aunque con ello vuelva el baño de sangre, como aquel del 2014
cuando 43 hijos de la tierra de Bolívar perdieron la vida por los actos
violentos de los guarimberos.
La
desfachatez en los actuales inquilinos opositores, que son mayoría en
la Asamblea Nacional Venezolana, AN, no tiene límites, pues, además del
desacato han cerrado los ojos al diálogo con el gobierno, claro está, es
una postura que responde a un guión dictado desde la Embajada gringa en
Caracas, guión que apuesta por crear un escenario similar al
desarrollado contra la legítima presidenta de Brasil, Dilma Rousseff.
La
bancada opositora en la AN, enloquecida con su triunfo electoral en
diciembre pasado prometió a sus electores salir de Nicolás Maduro,
presidente constitucional, en seis meses y para ello ha revuelto mar y
tierra, lo que la ha llevado a un tropiezo tras otro, y en casi la
totalidad evidencian desconocimiento de la Constitución de su país, de
esa misma Constitución que, en referendo nacional aplastó por abrumadora
mayoría la moribunda carta magna de la Cuarta República.
La
tolda golpista que preside el Parlamento Venezolano nada ha hecho por
el pueblo, solo ha pretendido echar abajo de un plumazo las obras de
beneficio social que llegaron luego de 1999 con Chávez y su Revolución
en el poder, y que tan dignamente ha sabido seguir Nicolás Madura con su
gabinete.
Lo
cierto es que en medio de zancadillas inescrupulosas de la oposición
apoyadas por ciertos sectores de extrema y con total complicidad de los
“grandes medios de comunicación” de dentro y fuera de Venezuela, la
economía tiende a mejorar , mientras que la derecha tampoco ha podido
superar el Chavismo en la calle, ni cuenta con las Fuerzas Armadas.
En
cuanto al mejoramiento de la economía, hace unos días Alicia Bárcenas,
directora de la CEPAL expresó: “Venezuela no está en una crisis
humanitaria, definitivamente no, hay que tenerlo claro. Hay escasez de
ciertos productos y tensión política, pero Venezuela tiene todavía
muchos elementos para ser un país (…) económicamente pujante…”
Muy
claras líneas, porque a las intentonas anticonstitucionales de la
derecha se suman diariamente las manipulaciones mediáticas de la
desinformación en los medios que pretenden venderle al mundo un país
colapsado, y de esa forma estimular actitudes falta de todo fundamento,
como las emitidas por el actual Secretario General de la Organización de
Estados Americanos, OEA, el comodín imperialista Luís Almagro y en el
peor de los casos propiciar una intervención extrajera.
El
respeto a la Constitución Bolivariana, la Unidad cívico-militar y el
chavismo enardecido en la calle, será una y otra vez la cachetada que
merecen los descolocados, tanto dentro como fuera de Venezuela, aquellos
que para congraciarse con los apetitos imperiales, pretenden acabar con
la legitimidad de un gobierno que, a toda prueba y con miles de
tropiezos ha respetado el legado de Chávez con estremecedora lealtad.
A
la oposición le quedará un camino, y no es otro que el de respetar la
Constitución, y de igual manera le convendría pensar en algo tan
sencillo como: “… la ignorancia no es excusa, y la historia no perdona”.
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