Poco
antes del día de las elecciones, las palabras del hoy electo presidente
Donald Trump declarando que al futuro presidente le espera una titánica
tarea para hacer una "América Grande como antes", y "restaurar sobre
todo la honestidad y responsabilidad en Washington", muestra claramente
el estado deplorable económico y político del país que deja Barack Obama
después de ocho años de Presidencia.
La guerra significa prosperidad y la paz significa la pobreza y el estancamiento económico
(Tyler Cowen, economista norteamericano)
Respecto al estado del sistema de salud, lo más relevante sería la situación de los veteranos militares, cuyo número llega a más de 22 millones. Se calcula que unos dos millones de militares rotaron durante las guerras en Irak y Afganistán, y de ellos unos 600.000 sufren del Trastorno de Estrés Postraumático (PTSD). Según el Departamento de Veteranos, la lista de espera para ser atendidos en los hospitales del departamento para pacientes con el PTSD es de seis meses y para los ex militares en general es de 30 días. Si a los defensores de la patria los atienden de esta manera entonces, ni qué hablar de los ciudadanos corrientes.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK
La guerra significa prosperidad y la paz significa la pobreza y el estancamiento económico
(Tyler Cowen, economista norteamericano)
La
presunción de Obama de "haber salvado la economía global y nacional de
la Gran Depresión, lo que ha sido bastante bueno y de lo que me siento
orgulloso", no ha impresionado hasta ahora a ningún economista. Según el
reportero político y económico norteamericano, Edmund Kozak, "en
términos de crecimiento económico, Barack Obama ha sido uno de los
peores presidentes de Estados Unidos". Inclusive el mediocre crecimiento
ha dependido de los altos precios del petróleo. El crecimiento
económico nunca ha excedido un 2,5%. En los primeros tres meses de 2016,
el Producto Interno Bruto (PIB) registró un 0,5% y para el primero de
octubre alcanzó apenas el 1,2%.
Declarar en estas condiciones, como lo hizo hace poco Obama en la Universidad de Howard, que "nuestra economía
se recuperó de la crisis mucho mejor y con mayor solidez que el resto
de las economías en el mundo", es no ver la realidad que está
atravesando su país actualmente. De acuerdo con el Bureau of Labor
Statistics, el índice de la Participación Laboral en 2008 era del 66%
mientras que en el 2016 bajó al 62,8%. Esto significa, como divulgó
US-CNS, que de la mano de obra disponible total de 251 millones de
personas, solamente 157 millones tienen trabajo, mientras que más de 94
millones están desocupados y un 40% de ellos no está laborando desde
hace más de dos años.
El
número de norteamericanos que sobrevive gracias a los cupones de comida
aumentó en los ocho años de la presidencia de Obama de 33 a 46 millones
de personas, lo que significa un incremento del 39,5%, de acuerdo con
el Buró de las Estadísticas de Análisis Económico. Sin embargo, un
informe de CNSNEWS eleva este número a los 101 millones de dependientes
El Departamento de Salud y Servicios Humanos informó el año pasado que
un 25% de las familias estadounidenses recibe alguna ayuda federal,
mientras que en los últimos años de la Presidencia de George W. Bush
(2001-2009) había solamente un 6% de este tipo de familias. El número de
pobres se incrementó también durante la Presidencia de Obama un 3,8%
hasta los 45 millones de habitantes. Pero, "la pobreza", como escribió
el columnista de The New York Times, David Brooks, "es problema de los
pobres, que no poseen la virtud normal de la clase media ni un código
moral decente".
Sin embargo, los norteamericanos también están
acostumbrándose a decir adiós a la clase media de la cual estaban
orgullosos en el siglo XX, especialmente en los años del 'boom
económico' después de la Segunda Guerra Mundial. Se calcula que una
familia de cuatro miembros necesita tener unos ingresos de no menos de
40.000 dólares al año para estar en esta categoría. Según el Buró del
Censo de la Población, en el 2014, el 38% de los empleados ganaba menos
de 20.000 dólares al año, el 51%, menos de 30.000 y el 63%, menos de
40.000 dólares al año.
Parece
que Barack Obama y sus asesores no quieren ver estos problemas, el
presidente se atrevió a declarar el pasado 5 de febrero durante una
conferencia de prensa en la Casa Blanca, que Estados Unidos puede estar
orgulloso de su economía debido al crecimiento de los ingresos, de los
puestos de trabajo, al precio más bajo del petróleo y al mejoramiento
del sistema del Seguro Médico. La misma estadística oficial está
desmintiendo al líder saliente del país. Resulta que el ingreso familiar
disminuyó en estos ocho años un 3,8%. El único empleo que aumentó es en
el sector gubernamental, donde actualmente laboran más de 22 millones
de norteamericanos, mientras que el sector industrial decreció
notablemente a 12 millones de trabajadores. El porcentaje de familias
donde nadie trabaja aumentó también del 17,8 en 2008 al 19,7% al final
del 2015.
Lea más: Expertos prevén el derrumbe económico de EEUURespecto al estado del sistema de salud, lo más relevante sería la situación de los veteranos militares, cuyo número llega a más de 22 millones. Se calcula que unos dos millones de militares rotaron durante las guerras en Irak y Afganistán, y de ellos unos 600.000 sufren del Trastorno de Estrés Postraumático (PTSD). Según el Departamento de Veteranos, la lista de espera para ser atendidos en los hospitales del departamento para pacientes con el PTSD es de seis meses y para los ex militares en general es de 30 días. Si a los defensores de la patria los atienden de esta manera entonces, ni qué hablar de los ciudadanos corrientes.
En
realidad, Estados Unidos está en un proceso de desmantelamiento de un
estado de bienestar y la formación de un estado policial, donde cada
ciudadano está en la mira de la Agencia de Seguridad Nacional (ANS) de
lo que tanto ha informado WikiLeaks. Todo esto se está realizando bajo
la consigna de Obama que reza: "No se puede tener el cien por cien de
privacidad y el cien por cien de seguridad simultáneamente". Los
pretextos para crear un ambiente de inseguridad si no existen, se
inventan, también se crean permanentemente todo tipo de situaciones para
desviar la atención pública de los acontecimientos reales. Barack Obama
en este contexto ha sido muy prolífico debido a sus asesores
neoliberales 'iluminados'. Como decía el escritor y filósofo británico
Aldous Huxley (1894-1963), "la ignorancia es un arma política y el
placer es una forma de control".
El 1% de los más ricos y
poderosos encargó la tarea de 'zombificar' a los norteamericanos a las
seis corporaciones de medios de comunicación cuyos 282 ejecutivos están
determinando lo que el 92% norteamericanos deben saber para mantenerlos
desinformados y que no perturben la agenda nacional e internacional de
las élites, quienes realmente gobiernan Estados Unidos. Al presidente se
le designa el rol de ejecutor de la voluntad del 1%. Barack Obama no ha
defraudado las esperanzas de los más ricos y poderosos y no cabe duda
de que al expirar su mandato tendrá una suculenta recompensa financiera,
tal y como están disfrutando actualmente Bill y Hillary Clinton, ellos
disponen de 2.000 millones de dólares de la Fundación Clinton. Bill
recibió un millón de dólares de regalo de Qatar en el día de su
cumpleaños, entre otros muchos obsequios.
A
los ricos y poderosos no les preocupan las declaraciones de muchos
estudiosos de tendencia alternativa indicando que Norteamérica está en
un proceso de decadencia y posible desintegración al estilo de la Unión
Soviética, pues los dueños de Norteamérica saben que el mundo está bajo
el dominio del dólar. Mientras el 80% del comercio mundial se realiza en
dólares, el 40% de los pagos internacionales se efectúa también en
dólares y el 65% de las reservas de divisas a nivel mundial utilizan la
moneda norteamericana, la hegemonía de Washington seguirá prácticamente
intacta.
A la élite tampoco le preocupa el crecimiento de la deuda nacional,
que en los ocho años de Presidencia de Obama aumentó de 10,6 a 19,8
millones de millones de dólares. Lo equivalente al 77,2% del Producto
Interno Bruto (PIB) y en 10 años alcanzará el 85,8% del PIB. La deuda
correspondiente al 2016 está superando todo el valor físico combinado
de todas las divisas del mundo, que asciende a 5.000.000 de millones de
dólares, sumando el valor del oro del mundo, que es de 7.700.000 de
millones de dólares y la plata valorada en 20.000 millones de dólares.
Pero mientras la máquina de imprimir dólares está en Estados Unidos y
bien aceitada, Washington está moviendo su agenda de dominio global sin
ninguna preocupación.
©
Foto: US Ministry of Defense / Dennis Sloan
Europa
se ha convertido en su seguro servidor y atenta a cada gesto de su
patrón, lo que la está debilitando día a día con la anuencia de su
población también 'zombificada'. América Latina está retornando
paulatinamente a su ya histórico lugar en el 'patio trasero' por
voluntad de sus habitantes. Al igual que los norteamericanos, están
perdiendo el sentido colectivo, que es reemplazado, sin que los
habitantes del planeta se den cuenta, por los intereses individuales.
Los habitantes de Estados Unidos pueden tener 300 millones de armas,
pero para qué sirven si sus dueños están preparados para defender no sus
derechos e intereses colectivos sino sus derechos individuales, y
después ni saben qué hacer con su armamento.
Washington dispone de
toda la información a través de sus 17 agencias de inteligencia para
neutralizar cualquier brote de descontento o rebelión con anticipación. A
la vez, permite los brotes de descontento por el asesinato frecuente de
algún afroamericano, esto es como un desfogue racial después del cual,
en pocos días, la calma retorna a su lugar. Tan rápido como aparecen los
líderes que tienen la capacidad de mover a la multitud descontenta,
también ellos 'desaparecen', a una velocidad inclusive más rápida. El
sistema del 1% sabe protegerse y utilizar cualquier descontento para sus
intereses con la ayuda de los medios de comunicación a su disposición.
A
nivelo internacional, Obama está dejando al próximo presidente Donald
Trump siete guerras, el caos en el Oriente Próximo y África,
confrontación verbal con Rusia y el aumento de tensiones con China. Todo
esto tendrá que resolver Donald Trump, que en su
primera invocación
a los norteamericanos después de ser elegido como el nuevo líder de
EEUU para los próximos años afirmó que: "Estamos a favor de la
cooperación y no de los conflictos. Vamos a poner en primer lugar los
intereses de Estados Unidos, vamos a ser honestos con todo el mundo, con
todos los pueblos y naciones". También prometió a sus ciudadanos que
"los hombres olvidados jamás volverán a ser olvidados. Nos uniremos como
nunca lo hemos estado antes".
Las promesas de Trump dan una esperanza tanto a los estadounidenses como a todos los pobladores de nuestro planeta que están cansados de guerras y conflictos
desatados por EEUU en todos los rincones del mundo y están anhelando la
paz. Sin embargo, no hay que olvidar que Trump fue apoyado también por
una parte de la élite globalizada para que siga su agenda de expansión
del Imperio norteamericano. El secretario general de la OTAN, Jens
Stoltenberg, ya mandó su mensaje
a Donald Trump haciéndole recordar que "una OTAN fuerte es buena para
Estados Unidos y buena para Europa". Eso quiere decir que los militares,
tanto norteamericanos como europeos, están insinuándole que la política
agresiva contra Rusia tendría que seguir su curso y que Rusia debería
ser considerada como un país 'enemigo' de Occidente.
Lo
que pasa es que los miembros de la OTAN están preocupados por el
recorte de la aportación de Norteamérica a su presupuesto, que llega al
72%. Si Trump decide cumplir su promesa de
hacer las paces con Rusia
y cooperar en la tarea común de destruir el Estado Islámico y otras
organizaciones terroristas afines, no se necesitaría una OTAN
fuertemente armada, pues el único 'enemigo' de la Unión Europea,
artificialmente creado por los globalizadores 'iluminados', se
convertiría en su aliado. Para hacer cumplir su promesa de dejar las
guerras y tomar el camino de la cooperación, Donald Trump tendría que
enfrentarse al complejo militar-industrial, al financiero, al energético
y al mediático, o lograr compromisos con ellos, además de con Israel.
Este país dio apoyo al candidato republicano en su campaña electoral y
habrá que ver cómo evolucionan las relaciones de Norteamérica con Irán
teniendo en cuenta que Israel considera al país persa su enemigo.
Por
el momento nadie sabe si Donald Trump logrará imponer su Contrato con
los Votantes Norteamericanos a las élites, ni que sea parcialmente. Hay
dudas, pero al mismo tiempo hay esperanza. Decía el líder afroamericano
Martin Luther King que "Si supiera que el mundo se acaba mañana, yo,
todavía plantaría un árbol".LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK
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