América Latina
Para el analista no se puede negar la "proximidad política" que existe entre Cunha y el presidente interino Michel Temer —que le habría aconsejado presentar la dimisión— aunque subraya que por el momento el presidente interino ha sido hábil al mantenerse distante de Cunha y de las polémicas que le rodean.
"Cunha
ha conseguido colocar a los miembros de su llamada 'Tropa de Choque' en
los puestos clave para intentar librarse de cualquier castigo (…)
Todavía tiene fuerza dentro de la Cámara, su renuncia es simplemente una
forma de mantenerse apartado del foco", explica a Sputnik Nóvosti el
analista político de la Universidad de São Paulo (USP) Rafael Moreira,
especialista en el Partido del Movimiento Democrático de Brasil (PMDB)
al cual pertenece Cunha.
En su opinión, el expresidente de la
Cámara maniobrará hasta el final para salvar su mandato como diputado y
mantener así un escudo frente a las investigaciones de la Operación Lava Jato,
que le acusan de haberse beneficiado de la trama corrupta de Petrobras y
de esconder el dinero sucio en diversas cuentas secretas en Suiza.
Esta
semana la Comisión de Constitución y Justicia de la Cámara podría
decidir la casación definitiva de su mandato, aunque Moreira advierte de
que todavía hay posibilidades de que Cunha se salve.
"Hay una
fuerte articulación entre bastidores entre los miembros de la actual
Mesa de la Cámara, los diputados del 'centrão' (partidos minoritarios de
extrema derecha) y ciertos sectores del PMDB para que Cunha salve su
mandato, coloque a uno de sus aliados en la presidencia de la Cámara y
continúe llevando adelante los retrocesos que ha promovido a base de sus
proyectos de ley", advierte Moreira.
El
analista, igual que muchos otros expertos, considera que la dimisión de
Cunha es tan solo una estrategia para poder seguir maniobrando en la
sombra y al mismo tiempo intentar presentarse como víctima de un
"complot" orquestado como represalia por haber iniciado el proceso de '
impeachment
' contra la presidenta Dilma Rousseff.
Una
prueba de la amplia capacidad de influencia que de la que Cunha ha
gozado en la Cámara son todos los obstáculos que sus aliados pusieron en
el proceso que le juzgaba en el Consejo de Ética, convirtiéndolo en "el
más largo de la historia"; los diputados tardaron ocho meses hasta
conseguir apartar a Cunha de su cargo, recuerda Moreira.Para el analista no se puede negar la "proximidad política" que existe entre Cunha y el presidente interino Michel Temer —que le habría aconsejado presentar la dimisión— aunque subraya que por el momento el presidente interino ha sido hábil al mantenerse distante de Cunha y de las polémicas que le rodean.
"Por
lo que parece, la continua presión popular por la caída de Cunha no se
ha reflejado en una presión popular similar para la caída de Temer, a
pesar de todos los escándalos por los que su Gobierno ha pasado en poco
tiempo: creo que esto se debe en parte a la comodidad y en parte a lo
embarazoso que debe ser para los que pedían la caída de Dilma, que ahora
tienen que convivir con un gobierno aún peor que el suyo", señala.
En
cualquier caso Moreira pronostica que tras la salida de Cunha de la
primera línea de fuego es probable que la atención recaiga ahora en
otras figuras públicas que están "tan involucradas como él" en asuntos
relacionados con la corrupción y que hasta ahora habían quedado en un
segundo plano, como el presidente del Senado, Renan Calheiros, y el
propio presidente Temer.
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