Dilma
Rousseff piensa que el proceso político en su contra tiene un factor
‘misógino’ por haber sido la primera presidenta de Brasil.
“En
realidad, es misógino. El hecho de que una mujer se convirtiera en la
presidenta de la República da lugar a evaluaciones muy comunes y muy
estereotipadas acerca de las mujeres”, lamenta la suspendida presidenta brasileña.En una entrevista concedida el jueves a la revista Time, Rousseff considera que por un lado fue presentada como una persona fría, dura cruel e insensible, y por otro, como una persona histérica.
Luego de afirmar que, al igual que otras mujeres, ha sido víctima de tales criterios, Rousseff resalta su firme decisión para seguir luchando y obtener los votos necesarios en el Senado para detener el impeachment y el proceso de golpe de Estado y volver a ocupar la Presidencia.
Para Rousseff el juicio en su contra se desarrolla injustamente y por un “no crimen”, ya que las supuestas maniobras fiscales que realizó cuando estaba en el Gobierno no suponen un crimen de responsabilidad, requisito indispensable para apartar a un presidente de su cargo.
Luego de reiterar que todo el proceso político en su contra está basado en “falsedades”, recuerda que su país está viviendo “un golpe parlamentario” cuyas consecuencias perjudicarían gravemente a las instituciones, “corroyéndolas por dentro y contaminándolas”.
Al final, explica que en caso de volver al poder haría una reforma en el sistema político. “Necesitamos un referéndum para que el presidente electo, que asumirá el cargo en enero del año 2019 dirija el país de una mejor manera”, agrega.
“Brasil necesita crecer de nuevo. Y tiene que volver a crecer de una manera que no vaya en contra de los intereses de miles de brasileños que han salido de la pobreza y hoy pertenecen a la clase media”, concluye Rousseff.
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