Organizaciones de defensa de inmigrantes en Estados Unidos revelaron que varios hospitales de esa nación deportan a ciudadanos indocumentados, cuando se encuentran en estado grave de salud para evitar cubrir los costos de la atención médica.
Activistas de derechos civiles precisaron que desconocen el número de inmigrantes indocumentados que han sido enviados de regreso a sus países de origen. Sin embargo, el Centro de Justicia Social y Asociación de Abogados de Nueva York (este) para el interés público han documentado al menos 600 casos.
La cifra está basada en datos de hospitales, organizaciones humanitarias, reportes de noticias. No obstante, los activistas consideran que el número es mayor porque hay hospitales que actúan de manera silenciosa en esos procedimientos.
Según la agencia The Associated Press (AP), el proceso oficialmente se conoce como “repatriaciones médicas” y permite a hospitales colocar a pacientes inconscientes o en coma en vuelos fletados. El traslado en esos casos es pagado por el centro de salud.
La profesora y directora del Centro para la Justicia Social de la Escuela de Derecho Seton Hall (este estadounidense), Lori Nessel, dijo que “el problema es que todo está ocurriendo en una especie de hoyo negro jurídico, no hay registro de nada”.
Inmigrantes temen que hospitales amplíen su política por la nueva reforma de la ley de atención médica, que contempla profundas reducciones en los pagos que reciben los centros asistenciales que atienden a personas sin seguro.
El doctor Mark Purtle, vicepresidente encargado de asuntos de salud del Sistema Médico de Iowa (centro-este), indicó que las autoridades nacionales y estatales no quieren cubrir los costos, ya que por ley los hospitales deben recibir a todo paciente que necesite atención de emergencia, aún cuando no tengan recursos para pagar.
Una vez que el paciente queda estable, la obligación desaparece. Muchos inmigrantes que carecen de permiso para residir en Estados Unidos no tienen derecho al Medicaid, el programa estatal de asistencia para los pobres.
Por ello, los hospitales tratan de enviar a esos pacientes a centros de rehabilitación o asilos para ancianos en sus países natales.
De acuerdo con una investigación reciente, algunas personas que fueron enviadas de vuelta terminaron muriendo en hospitales que no contaban con el equipo necesario para atender sus necesidades, mientras que otros sufrieron problemas medicos a largo plazo debido a que nunca recibieron una rehabilitación adecuada.
Entre los casos de repatriación destacan el de Jacinto Cruz y José Rodríguez Saldaña, ambos mexicanos que llegaron a Estados Unidos en busca de mejores oportunidades y hallaron empleo en una empresa de Iowa, que les facilitó seguro médico aunque carecían de documentación alguna.
Cruz y Saldaña sufrieron un accidente automovilístico en 2008 y fueron tratados inicialmente en el Centro Médico Metodista de Iowa y pese a tener seguro médico fueron enviados a Veracruz (México) cuando estaban en estado de coma.
Rodriguez Saldaña detalló que el hospital le dijo a su familia que no le quedaba mucho tiempo de vida y que lo mejor era que se volviera a México. “Querían desconectarme de los aparatos médicos y dejarme morir. Decían que yo no podía sobrevivir”.
Jacinto Cruz después de casi cinco años tiene el lado izquierdo del cuerpo paralizado, debido a lesiones a su columna y cadera. Se le hace difícil hablar y no puede trabajar.
Adjunto a esta nota escuche el reporte de Norma Martínez, en el noticiero El Sur en el Norte, retransmitido por La Radio de Sur.
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