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martes, 30 de abril de 2013

Cuatro de los presos en huelga de hambre en Guantánamo están a punto de morir aunque a las autoridades estadounidenses les trae sin cuidado




Andyworthington.co.uk

Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández

Acabo de recibir un breve mensaje de una fuente fiable dentro de Guantánamo sobre la situación actual en la prisión, que quiero compartir con Vds. porque expone que cuatro de los prisioneros están a punto de morir como consecuencia de la huelga de hambre que se ha extendido por toda la prisión y que está ya en su octogésimo día. No obstante, los guardias están comportándose con brutalidad e indiferencia.
La fuente afirmaba que “parece que en GTMO se está volviendo atrás”, con los guardias “metiendo a los presos en celdas de aislamiento y haciendo ruidos insoportables a lo largo del día, gritando, corriendo por las escaleras metálicas y dejando sus radios de doble frecuencia encendidas día y noche. La gente no puede dormir”.
La fuente añadía: “Hay al menos cuatro presos que están graves y uno, de nombre Khiali Gul, de Afganistán, se halla en muy mal estado y no puede moverse ni hablar. Cuando los otros detenidos les cuentan a los guardias la situación en la que está, les responden: ‘Cuando esté completamente inconsciente, entonces le sacaremos’. Hay muchas posibilidades de que muera”.
La fuente explicaba también que habían estado intentando contactar con un abogado afgano para “que avisara a su familia a fin de que le llamaran y pudieran tener al menos la posibilidad hablar con él por última vez”.
La fuente afirmaba también: “Los guardias del campo son tan arrogantes que “cuando un prisionero se hallaba reunido con el equipo legal encargado de su defensa, ‘un guardia llegó, golpeó la puerta y dijo: El tiempo se ha terminado’. Uno de los abogados contestó: ‘OK, ¿nos puede dejar unos minutos más para recoger?’, y el guardia dijo: ‘No, su tiempo se acabó’. Y les echó fuera”.
Khiali Gul (alias de Khi Ali Gul), que tiene 49 o 50 años, es uno de los 86 detenidos que debían haber sido ya liberados y que sigue preso debido a la inercia del Presidente Obama y a los cínicos obstáculos planteados por el Congreso, diseñados para impedir la liberación de cualquiera de los presos. Debo destacar que es un afgano al que nunca deberían haber detenido, como expliqué el pasado mes de julio cuando escribí acerca de las discusiones entre los Presidentes Obama y Karzai acerca de la posibilidad de trasladar a Afganistán a algunos o a todos de los 17 prisioneros afganos que quedan en Guantánamo.
En mi libro publicado en 2007, “ The Guantánamo Files ”, expuse que Khi Ali Ghul es inocente y puedo decir con seguridad que, cuando en el verano de 2006 investigaba las historias de los prisioneros, llegué a la conclusión de que era un hombre inocente detenido por error. En mi último artículo del pasado julio, al exponer mi análisis de su historia en mi libro, escribía:
Gul fue capturado en Khost y acusado de participar en un atentado e integrar un equipo de asesinos talibanes. Durante sus largos años en Guantánamo, afirmó que había luchado con las fuerzas estadounidenses en Tora Bora y describió una ocasión en la que “los estadounidenses estaban durmiendo y nosotros estábamos guardándoles”. Y añadió: “Si hubiera sido su enemigo, les habría matado a todos”. Fue capturado en un control, y dijo sobre lo ocurrido: “Allí había algunos hombres con los que había discutido con anterioridad”, añadiendo que esos hombres “le contaron una mentira a los estadounidenses”, siendo después arrestado .
El pasado mes septiembre, otro prisionero que debía haber quedado libre, Adnan Latif, murió en Guantánamo , al parecer suicidándose. El Presidente Obama tiene que actuar de inmediato para que el resto de los prisioneros pendientes de liberación, como Khiali Gul, no mueran.
El Presidente tiene que entender que la huelga de hambre es consecuencia de su desesperación y no puede abordarla a partir de la estrecha visión de la necesidad de restaurar el orden en la prisión; además, como comandante en jefe, tiene que controlar a la fuerza de vigilancia.
Aunque lo más importante y urgente que debe hacer es liberar a todos los que, como Khiali Gul, en enero de 2010, hace ya al menos tres años y tres meses, cuando el grupo de trabajo interinstitucional del Presidente Obama emitió su informe recomendando qué prisioneros debían trasladarse, a quienes procesar o pasar a detención indefinida, se les dijo: “El 22 de enero de 2009, el Presidente de EEUU ordenó una nueva revisión del estatus de cada detenido en Guantánamo. Como resultado de la revisión, se ha decidido que tiene que ser liberado de Guantánamo… El Gobierno de EEUU intentará trasladarle tan pronto como sea posible…”
Actúe ya, Presidente Obama, o estas trágicas e inaceptables muertes caerán sobre su conciencia.
Andy Wortington es autor de The Guantánamo Files: The Stories of the 774 Detainees in America’s Illegal Prison (publicado por Pluto Press, disponible en Amazon) y de otros dos libros: Stonehenge: Celebration and Subversión y The Battle of the Beanfield . Ha puesto en marcha una campaña para cerrar Guantánamo ( apoyos aquí ).

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