Las declaraciones de Francisco Chávez Abarca y los planes que se tramaban contra Venezuela, revelan la continuidad de las acciones terroristas contra la isla y abren nuevos interrogantes sobre la complicidad entre la CIA, FNCA, Posada Carriles y los congresistas anticubanos.
Coincidentemente con las noticias de que Luis Posada Carriles y varias organizaciones extremistas radicadas en EE.UU. se proponen continuar los planes de acciones violentas y paramilitares contra Cuba, fue capturado el pasado 1 de julio en Venezuela el terrorista internacional Francisco Antonio Chávez Abarca, uno de los principales eslabones de la conexión centroamericana, utilizada en sus acciones violentas contra Cuba por el connotado criminal, la Fundación Nacional Cubanoamericana (FNCA) y elementos que hoy integran un desprendimiento de la primera, denominado Consejo por la Libertad de Cuba (CLC).
Posada Carriles -prófugo de la justicia venezolana- sigue activo concibiendo planes anticubanos dentro y fuera del territorio norteamericano, cobrando deudas y favores a políticos, funcionarios y agentes locales o centroamericanos, como si no se acordara, le preocupara o importara la audiencia para fijar la fecha del juicio o simulacro que debe enfrentar a principios del próximo año, por un delito migratorio menor.
Cuba, que jamás ha permitido ni permitirá la utilización de su territorio para la realización, planificación o financiación de actos de terrorismo contra cualquier otro Estado, ha contemplado a lo largo de más de cinco décadas cómo en nuestro vecino del norte, y especialmente en la ciudad de Miami, se le da refugio seguro a connotados terroristas de antes y después del Triunfo de la Revolución; se proveen y recaudan fondos, operan cuentas bancarias que financian esas acciones y se permite el uso del territorio a quienes auspician, planifican y cometen actos criminales contra nuestro país, muchos de los cuales están o han estado en las nóminas de la CIA y el FBI.
¿Pasó de moda el terrorismo?
“Invitado de honor” al Congreso Anual de la organización terrorista Alpha 66, efectuado los días 27 y 28 de febrero de 2010, Posada propuso retomar los planes de acciones violentas y paramilitares contra Cuba.
Aunque los jefes de la agrupación señalaron que como estrategia deben aparentar que se transforman en un partido político, civilista y pacífico, ratificaron que el terrorismo es su principal línea de acción e instrumento para destruir la Revolución. En ese sentido propusieron recaudar fondos para adquirir nuevas embarcaciones y artillarlas con ametralladoras para desembarcar en Cuba o atacar nuestras costas.
Coincidentemente, el 22 de marzo -pocos días después de aquel congreso- fue atacada la residencia del embajador de Cuba en Guatemala con proyectiles explosivos disparados por un lanzagranadas que causó daños materiales.
En ese contexto, vuelve a ser noticia el congresista Lincoln Díaz-Balart, animador número uno de las peores causas contra nuestro pueblo, que van desde la promoción en el Capitolio de la agresión militar contra Cuba, el asesinato del Comandante en Jefe, hasta el secuestro del niño Elián González o el estímulo a las huelgas de hambre como método de lucha de mercenarios.
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