El ministro de Seguridad de Costa Rica, José María Tijerino, defendió la presencia de soldados estadounidenses en su país y justificó que la nación centroamericana es una de las más amenazadas por el narcotráfico en la región por lo que necesita ayuda extranjera.
Tijerino considera que los “patrullajes conjuntos” acordados en “relación directa con países hermanos como Estados Unidos” (EE.UU.), colaborarán en la lucha que ese país mantiene contra organizaciones vinculadas al tráfico de estupefacientes.
La presencia de elementos norteamericanos consta de decenas de buques, aviones militares y más de 7 mil marines estadounidenses acordada entre los Gobiernos de San José y Washington hace un par de meses.
El ministro de Seguridad calificó de “poco patriotas” a quienes se oponen a la llegada del arsenal militar norteamericano y al mismo tiempo llamó a la población a sumarse a las medidas de seguridad implantadas por la gestión de la presidenta Laura Chinchilla.
Los adversarios a la administración de Chinchilla han criticado su disposición permisiva a que militares de EE.UU. se instalen en Costa Rica con la presunta intención de reforzar una lucha con el Gobierno local.
Diversos sectores sociales de Costa Rica repudiaron el acuerdo aprobado el primero de julio por la Asamblea Legislativa del país centroamericano que permite la llegada de buques de guerra y marines estadounidenses a esa nación, para el supuesto combate de los cárteles de droga.
El pacto forma parte de un convenio que ambos países firmaron hace 10 años que establece, entre otras cosas, que las tropas estadounidenses colaboren con la Guardia Policial “en el patrullaje de las costas”.
La presencia militar estadounidense en Latinomérica ha sido considerada como un peligro para los mandatarios de la región de Centro y Suramérica.
Ese acuerdo militar bilateral contradice la decisión de los costarricenses de abolir el Ejército en 1948, además que va en detrimento de la adopción de una política de defensa basada en el desarme.
En el 2004 y 2008 la Corte Suprema de Costa Rica dictaminó una resolución en la que ordena al Estado a rechazar cualquier actividad bélica.
EE.UU. tiene bases militares en Aruba y Curazao, situadas a menos de 70 kilómetros de Venezuela. Igualmente, en Colombia hay asentados miles de soldados estadounidenses e instalaciones equipadas con artefactos bélicos, con el supuesto objetivo de combatir a las bandas organizadas.
Telesur / Radio del Sur
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