De acuerdo con las estadísticas, 71% de los menores de edad fueron asesinados con armas de fuego, pero hay casos también de niños decapitados. Los relatos indican que los hechos se dan en escuelas y en lugares públicos. La media de homicidios en el país, según el periódico, sería de 12 casos por día.
Según Fabio Milina, jefe de la unidad de Estadísticas de Medicina Legal, es en la capital del país, San Salvador, donde se concentra la mayoría de los asesinatos contra menores, con 116 casos. Las ciudades de la Libertad y Sonsonate aparecen a continuación, registrando 34 y 30 casos respectivamente
Pero, no es apenas esta situación la que preocupa a los especialistas en infancia y adolescencia, ya que, los niños que no son víctimas de crimen, por otra parte, acaban siendo espectadores de los actos. Según informa el periódico, en cada escenario de crímenes, se forma un grupo de decenas de curiosos, entre ellos niños, para ver los detalles de escena.Por lo que todo indica, la onda de violencia ya forma parte de la rutina de la población. Los casos nuevos de homicidios son para los niños, un pasatiempo curioso. Cuerpos de personas asesinadas a tiros, son imágenes que ya no asustan a la mayoría de los pequeños. Un ejemplo es el caso de Juan, un niño de diez años, que afirmó en el reportaje que "somos (niños) valientes. Los muertos no nos dan miedo".
Pero, los especialistas advierten que el desarrollo de los niños puede quedar afectado con tantos actos violentos aconteciendo frecuentemente en su alrededor. La directora del Plan El Salvador, Rossana Viteri, expresa que el país se volvió tolerante con la onda de violencia y las personas se adaptaron a la situación, que ahora parece "normal’.
Sin embargo, expresa su preocupación por las consecuencias que esta situación puede acarrear: "la vida diaria de los niños está limitada por la violencia. Está en casa, en la escuela, en la comunidad, en todas partes y repercute en su vida y su autoestima", afirmó.
Para la gerente de la Red para la Infancia y Adolescencia (RIA), Georgina Villalta, "los niños y niñas pueden experimentar problemas de aprendizaje, de conducta y emocionales, debido a la exposición a la violencia". Argumenta además que el clima de violencia vuelve a los niños inseguros y, en algunos casos, propensos a ser agresivos.
La situación en las escuelas también se volvió crítica, una vez que frecuentar las aulas significa un factor de riesgo. Cerca de 100 centros educativos en el país, están bajo vigilancia policial permanente. Al mismo tiempo, los homicidios contra la comunidad educativa no paran. Solo este año, los casos registrados ya sobrepasan la marca de los 40.
Para Rossana Viteri y Georgina de Villalta, el gobierno del país, no ha garantizado la integridad y protección de los niños, niñas y adolescentes. Ellas coinciden en que el
Gobierno invirtió en políticas de represión, pero no en medidas de prevención y preguntan: "¿Qué estamos haciendo por nuestros menores, que son el presente y no el futuro?
Con informaciones del periódico "El Diario de Hoy".
Traducción: Ricardo Zúniga.
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